La Iglesia: Constructora de la civilización
Padre Jordi Rivero

 

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Grecia, Roma y otras civilizaciones contribuyeron las bases de la civilización occidental. En otros continentes, diferentes culturas florecieron. Todos esos esfuerzos humanos tienen gran valor pero no podían capacitar al hombre para vivir todo su potencial. Solo Dios puede hacerlo y para ello envió a su Hijo al mundo.

 

Jesús vino para elevar al hombre, liberándolo del pecado y dándole una vida nueva en el Espíritu. Para que su gracia llegue a todos los hombres de todos los tiempos, Jesús instituyó Su Iglesia la cual ha sido y es el motor decisivo en el desarrollo de la civilización.

 

La misión de la Iglesia es ante todo espiritual y precisamente por ello es capaz de transformar la civilización en todos sus aspectos, porque solo el hombre espiritual tiene pleno domino de si mismo. No está dominado por sus pasiones y deseos carnales. Cuando el espíritu del hombre se llena de la luz de Cristo, todo queda iluminado. La fe capacita al hombre para su plena realización en todos los aspectos de su humanidad.

 

Hoy algunos solo miran el mal de los miembros de la Iglesia y no ven que se trata de un mal que es endémico en todo el mundo. Si hay enfermos en la calle también los habrá en el hospital. Pues bien, la Iglesia es el hospital de las almas y es la fuente de salud que todos necesitamos, pero hay que dejarse curar. Si hay malos médicos, ¿Acaso por causa de ellos rechazan la medicina?. ¿Por que no ven lo que Dios hace en la Iglesia con los que de verdad viven su fe?. En ningún siglo han faltado los santos, tanto los canonizados como la gran multitud que, alimentada por la sana doctrina y los sacramentos han tomado en serio el Evangelio. ¿Quienes han sido los que cuidan los huérfanos, los pobres, los ancianos?; ¿Quienes han fomentado los valores de familia, de honestidad y respeto a la vida humana?. Mira en tu propia ciudad y veras que no faltan buenos cristianos actuando como luz del mundo y sal de la tierra.

 

Los enemigos de la Iglesia no se contentan con resaltar los pecados de los católicos sino que difaman a los justos, como han hecho con S.S. Pio XII, y no se retractan aun cuando se ha demostrado exhaustivamente la santidad de ese Papa. En otras ocasiones sacan las cosas fuera de contexto y las exageran para hacer ver como si un error representa la forma general de actuar. Así han creado el mito de que la Iglesia es anti-ciencia cuando en realidad es lo contrario (Ver Galileo).

 

Según otro mito muy repetido, la Iglesia destruyó la civilización de los indios. En realidad europeos de todas las tendencias arribaron al nuevo continente, muchos explotaron a los indios por intereses económicos. Los gobiernos desde el tiempo de las colonias fueron por lo general anticlericales. En proporción al número de europeos en América, los misioneros católicos eran pocos. Siempre son pocos los que viven en serio el Evangelio. Estos sin embargo demostraron un amor heroico y sus frutos fueron extraordinarios. Sufrieron mucho por defender a los indios. Ver la misiones paraguayas. Recordemos que los indios no eran estúpidos. Ellos no hubieran abrazado la fe católica sino fuera por la gracia de Dios y el ejemplo de esos misioneros. Ver: Evangelización de América.

 

Hoy día hace falta volver a las fuentes y estudiar con honestidad la labor de la Iglesia en su conjunto. Esto es lo que logra hacer Thomas E. Woods en su libro, Como la Iglesia Construyó la Civilización Occidental. Es una valiosa síntesis de la inmensa contribución de la Iglesia en los campos de la Universidad, la ciencia, el arte, la economía, el derecho…  Dios quiera que muchos otros libros continuen esta obra.