Misioneros de la Cruz Sacerdotes de nuestra comunidad, más material sobre sacerdocio.
Enlaces sobre el sacerdocio

Escritores clásicos sobre el sacerdocio:
S. Augustín, S. Juan Chrysostomo, Sto. Tomás Aquino, S. Juan de Avila, S. Alfonso Ligourio, S. Juan Eudes, S. Juan M. Vianney,  Ven. Juan Pablo II; Avery Dulles: "The Priestly Office"; De Lubac, Congar, Guardini, Von Balthasar...

El sacerdocio es una vocación que choca con la mentalidad del mundo porque requiere renunciar a si mismo por el Reino.

Oración
"la oración es el primer compromiso, el verdadero camino de santificación para los sacerdotes".
Benedicto XVI, 1 VII 09

Sacerdote y Eucaristía

“El presbítero tiene que ser antes de todo adorador y contemplativo de la Eucaristía, desde el momento en el que es él quien la celebra. Sabemos bien que la validez del sacramento no depende de la santidad del celebrante, pero su eficacia, para él y para los otros, será mayor cuanto más lo viva con fe profunda, amor ardiente y fervoroso espíritu de plegaria”
-Benedicto XVI, 18 Sept, 2005

"La causa del relajamiento del sacerdote es que no presta atención a la Santa Misa. ¡Dios mío, qué digno de compasión es un sacerdote cuando celebra la Santa Misa como una cosa ordinaria! -San Juan María Vianney, el Cura de Ars.

"El fin de la misión de todo presbítero, podríamos decir, es “cultual”: para que todos los hombres puedan ofrecerse a Dios como hostia viva, santa, agradable a Él, que en la misma creación, en los hombres, se convierte en culto, alabanza del Creador, recibiendo aquella caridad que están llamados a dispensarse unos a otros. S. Juan Crisóstomo decía: “el sacramento del altar y el sacramento del hermano, constituyen dos aspectos del mismo misterio.”  
- Benedicto XVI. Audiencia 1º de Julio de 2009.

Sacerdote: obediente servidor
Nuestra obediencia es creer con la Iglesia, pensar y hablar con la Iglesia, servir con ella». Esto implica lo que Jesús predijo a Pedro: «Te llevarán adonde no quieras». 

«Este dejarse guiar hacia donde no queremos es una dimensión esencial de nuestro servir, y es justamente así que nos hace libres. Si nos dejamos llevar, aunque pueda ser contrario a nuestras ideas y nuestros proyectos, experimentamos lo nuevo, la riqueza del amor de Dios».
 -Benedicto XVI, 20-III-2008


"El sacerdote es el amor del corazón de Jesús" «Esprit du Curé d’Ars, M. Vianney dans ses catéchismes, ses homélies et sa conversation», édition de Téqui, Paris 1935, p. 117

Testigos de sufrimientos y luces
Los sacerdotes somos testigos cada día de tantos sufrimientos que nos confían, pero también de tantos caminos luminosos; encontramos en esta compasión y en esta maravilla la fuente misma de nuestra oración. -Cardenal Marty

"Esfuércense los sacerdotes, con oraciones y obras buenas, por obtener de Cristo, sumo y eterno Sacerdote, la gracia de brillar por la fe, la esperanza y la caridad, y otras virtudes, y muestren con su estilo de vida, pero también con su aspecto exterior, que están plenamente entregados al bien espiritual del pueblo, que es lo que la Iglesia siempre ha buscado por encima de cualquier otra cosa." -Decreto de la Penitenciaría Apostólica en ocasión de el año sacerdotal. 2009

El "Sacramento del Orden"
Establece pastores para la Iglesia. 
(Obispos, sacerdotes, diáconos)

INDICE

En esta página:
 
Referencias Bíblicas sobre el sacerdocio
 
Puntos principales
 
Sobre el sacerdote y su misión -JPII
  Reflexiones

En Catolico.org:
checkMV.gif (662 bytes) CATECISMO SOBRE ESTE SACRAMENTO
Diaconado 
Obispo
Sacerdote (Presbítero)
Cardenal

Celibato
Crítica a los sacerdotes
Examen conciencia para sacerdotes
Pastores
Confesor y director espiritual
Consagración sacerdotal a los Corazones de Jesús y María
Delitos graves -Abuso sexual, etc.
Oraciones del Sacerdote antes de la Misa
Vocación
Vestimenta clerical -Los sacerdotes y religiosos deben usarla.

DOCUMENTOS ECLESIALES
Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros
Formación sacerdotal
-Pastores Dabo Vobis
Laicos; complementariedad - no igualdad- entre sacerdotes y laicos -JPII
Mujeres; Dignidad de la mujer no esta en ser sacerdote -con enlace a carta de JPII.
Ordenación; sobre candidatos -JPII, 2002.
Ordenación homosexuales -Negativa 2002 y Instrucción, 2005
Delitos graves -escándalos

Presbítero ante el III milenio -Congr. Clero
Cartas del Papa a los sacerdotes

Consejos del Papa ante la ordenación sacerdotal  -Benedicto XVI
La vida de los clérigos virtuosos ilumina y serena -San Juan de Capistrano
Libro: Sacerdote para siempre, P. Angel Peña, Formato pdf
Video  Video Vocación Sacerdotal

CURSO para sacerdotes -Catholic.net

APOYO A LOS SACERDOTES
Adoración y Maternidad espiritual para santificación de los sacerdotes -
Congregación para el Clero
Laicos; Colaboración en el ministerio de los sacerdotes  
-Congregación para el Clero

ORACION
Oraciones por los sacerdotes

Alter Christus
You Tube
 Parte 1
parte 2
parte 3

¡El Sacerdote tiene que estar siempre envuelto en el Espíritu Santo como lo está en su vestimenta! S. Juan M. Vianney

vocaciòn
Te prometo una vida apasionante

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The Nature of Priestly Ordination:Theological Background and Some Present Concerns -Bishop Burke

 

Referencias Bíblicas:

  • La imposición de las manos en la ordenación (Hechos 13, 2-2).
  • Los primeros diáconos ordenados por los Apóstoles (Hechos 6, 1-6.)
  • San Pablo manda a ordenar presbíteros. S. Pablo dice a Tito: "El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt 1, 5).
  • El episcopado "si alguno aspira al cargo de obispo, desea una noble función" (1 Tm 3, 1)
  • Timoteo es pastor por imposición de las manos.  2 Tm 1, 6: San Pablo dice a su discípulo Timoteo: "Te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos"

Puntos principales:

  • El sacerdocio es un sacramento de la Nueva Alianza, instituido por Cristo en la Ultima Cena, que confiere a un hombre el poder de consagrar y ofrecer el Cuerpo y la Sangre de Cristo en la Santa Misa y de remitir y retener los pecados en el sacramento de reconciliación.
  • La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal.
    "La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el bautismo, todos los fieles participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama "sacerdocio común de los fieles". A partir de este sacerdocio y al servicio del mismo existe otra participación en la misión de Cristo: la del ministerio conferido por el sacramento del Orden, cuya tarea es servir en nombre y en representación de Cristo-Cabeza en medio de la comunidad". Catecismo Iglesia Católica 1591.
  • El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles.   "El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza (munus docendi), el culto divino (munus liturgicum) y por el gobierno pastoral (munus regendi)."  (CIC 1592)
  • Tres grados del sacerdocio.
    Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres grados: el de los obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Normalmente el sacerdocio se refiere a los presbíteros.
  • El obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden
    Lo incorpora a la jerarquía la cual forma un Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es confiada. Los obispos, en cuanto sucesores de los apóstoles y miembros del Colegio, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa, sucesor de san Pedro. (CIC 1594).
  • Los presbíteros (llamados también: sacerdotes)
    Los presbíteros están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos; forman en torno a su obispo el presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada. (CIC 1595).
  • Los diáconos
    Son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el ministerio de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo. (CIC 1596)
  • Como se confiere el sacramento
    El sacramento del Orden es conferido por la imposición de las manos seguida de una oración de consagración solemne que pide a Dios para el ordenando las gracias del Espíritu Santo requeridas para su ministerio. La ordenación imprime un carácter sacramental indeleble. (CIC 1597)
  • Los ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia: sin el obispo, los presbíteros y los diáconos no se puede hablar de Iglesia.(CIC 1593)
  • Candidatos al sacramento del Orden
    La Iglesia confiere el sacramento del Orden únicamente a varones (viri) bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente reconocidas. A la autoridad de la Iglesia corresponde la responsabilidad y el derecho de llamar a uno a recibir la ordenación.  En la Iglesia latina, el sacramento del Orden para el presbiterado sólo es conferido ordinariamente a candidatos que están dispuestos a abrazar libremente el celibato y que manifiestan públicamente su voluntad de guardarlo por amor del Reino de Dios y el servicio de los hombres.  (CIC 1598- 1599)
  • Quien confiere el sacramento del Orden:  Corresponde a los obispos conferir el sacramento del Orden en los tres grados. (CIC 1600).

Sobre el Sacerdote y Su Misión:
Su Santidad, Juan Pablo II,

El sacerdote debe presentarse, ante todo, como un <,,hombre de fe>,, porque él, en virtud de su misión, debe comunicarla a través del anuncio de la Palabra. No podrá predicar el Evangelio de forma convincente si él mismo no ha asimilado profundamente su mensaje. El da testimonio de la fe con su forma de actuar y con toda su vida. Hombre de fe, el sacerdote es también «hombre de lo sagrado», testigo del Invisible, portavoz de Dios revelado en Jesucristo. El sacerdote debe ser reconocido como un hombre de Dios, un hombre de oración, al que se ve rezar, al que se oye rezar. El sacerdote, por tanto, debe alimentar en sí mismo una vida espiritual de calidad, inspirada en el don del propio sacerdocio ministerial. Su oración, su forma de compartir, sus esfuerzos en la vida, están inspirados por su actividad apostólica que se alimenta de toda una vida vivida con Dios. Hombre de fe, hombre de lo sagrado, el sacerdote es también un «hombre de comunión,>. Es él quien reúne al Pueblo de Dios y refuerza la unión que hay entre sus miembros por medio de la Eucaristía; él es el animador de la caridad fraterna entre todos. Actúa con sus hermanos en el sacerdocio. Colabora con su propio obispo. Se esfuerza en acrecentar los lazos de unión entre los miembros del presbiterio. Sobre esta base de relaciones tan ricas y tan profundas, el celibato adquiere un significado nuevo: no es ya una condición del sacerdocio, sino el camino de una verdadera fecundidad, de una auténtica paternidad espiritual, porque el sacerdote entrega su vida para que los frutos del Espíritu maduren en el Pueblo de Dios. «Ven y sígueme», sé mi testigo, da todo tu amor a Dios y a tus hermanos, y estarás al servicio del Pueblo de Dios.

REFLEXIONES

Los hombres desean contemplar en el sacerdote el rostro de Cristo, encontrar en él a la persona que, «puesta en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios» (Hebreos 5, 1), pueda decir con san Agustín: «Nuestra ciencia es Cristo y nuestra esperanza también es Cristo. Es él quien infunde en nosotros la fe con respecto a las realidades temporales y es él quien nos revela esas verdades que se refieren a las realidades eternas» (san Agustín, «De Trinitate», 13, 19, 24). -Cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, 6-2004.

Como centinelas de la Casa de Dios que es la Iglesia, velemos para que en toda la vida eclesial de nuestras parroquias se reviva el encuentro con Cristo crucificado y resucitado. Evitemos los escollos del activismo en los que han naufragado en ocasiones los mejores programas apostólicos y pastorales, y por los que se han hecho áridas muchas vidas comprometidas en un servicio que no ha sido adecuadamente regado por la Palabra de Dios y por su presencia en la Eucaristía. -Cardenal Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación para el Clero, 6-2004.
 


La crítica a los sacerdotes y la actitud de San Francisco
En el tiempo de San Francisco, la valdenses también querían renovar la Iglesia pero a base de criticar públicamente al clero. En una ocasión, un valdense observó la gran reverencia que San Francisco tenía por los sacerdotes y le dijo que el párroco de aquel lugar vivía en pecado. "¿Tenemos que creer en sus enseñanzas y respetar los sacramentos que celebra?", le preguntó.  San Francisco fue al sacerdote, se arrodilló ante el y tomó sus manos diciendo, "Yo no se si estas manos están manchadas como dicen. Pero si se que aunque lo estuvieran, en ningún modo se pierde el poder y la efectividad de los sacramentos de Dios... Por eso beso estas manos, por respeto a lo que hacen y respeto por Aquel que les dio Su autoridad".


Santo cura de Ars sobre el sacerdote

"Si desapareciesen los sacerdotes, no tendríamos al Señor.

¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote.

¿Quién ha recibido vuestra alma apenas renacida en el bautismo? El sacerdote. ¿Quién la nutre con la Eucaristía para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote.

¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma llegase a morir (a causa del pecado), ¿quién la resucitará y le dará el descanso y la paz? También el sacerdote...

¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!...

Él mismo sólo lo entenderá en el cielo".


EL SACERDOTE
Vive y obra en el mundo, pero no pertenece al mundo.
Es hijo de hombres, pero tiene el poder de hacerlos hijos de
Dios.
Es pobre, pero tiene el poder de dar a sus hermanos riquezas
infinitas.
Es débil, pero hace fuertes a los débiles con el Pan de la Vida.
Es un servidor, pero ante él se arrodillan los Ángeles.
Es mortal, pero tiene la misión de dar la inmortalidad.
Camina sobre la tierra, pero sus pasos se dirigen al Cielo.
Contribuye al bienestar de los hombres, pero los encamina al
Paraíso.
 
Tiene que ser grandísimo y pequeñísimo,
un héroe que se ha vencido a sí mismo,
un hombre que ha luchado con Dios,
un manantial de vida sana,
un pecador al que Dios ha perdonado,
un dominador de sus propios deseos,
un servidor de los débiles y de los inquietos,
un viejo en contemplar, un niño en confiar,
un discípulo de su Maestro,
un guía en la lucha de los espíritus.
No se postra ante ningún grande,
mas se inclina a los pequeños,
tiende a las cosas más altas, no desprecia las humildes,
destinado a la gloria, le es familiar el dolor,
está lejos de toda nostalgia,
profundo en el pensar, claro en el hablar,
amigo de la paz, enemigo de la inercia,
estable consigo mismo…,
completamente distinto de como son sus hermanos.
 
Es el hombre más amado y menos comprendido,
el más buscado y el menos apreciado.
Es padre y hermano de todos,
cuya misión es servir sin nada pretender.
Es la persona más criticada,
porque con su ejemplo debe confirmar
la autenticidad de su mensaje.
Si es generoso, nos aprovechamos de él;
si es "interesado", lo criticamos.
Si es santo, lo ignoramos;
si es mediocre, lo despreciamos.
Si sentimos necesidad, lo importunamos;
si no nos hace ya falta, lo olvidamos.
Y sólo cuando se nos será quitado
comprenderemos cuánto era indispensable y necesario.
 
Puede hacer cosas que ni siquiera María o los Ángeles
pueden hacer:
celebra la Santa Misa y perdona los pecados.
Cuando celebra nos supera de algún escalón,
pero lo que está haciendo toca el Cielo.
Cuando nos absuelve revela el poder de Dios
que perdona los pecados y nos devuelve la Vida.
Cuando enseña nos nutre con la Palabra de Jesús:
"Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida".
Cuando pide por nosotros el Señor le escucha,
porque lo ha constituido "Pontífice",
o sea, puente de unión entre Dios y los hombres.
Y cuando lo acogemos,
en él descubrimos al amigo más fiel y más sincero.
 
P. Pablo Martin

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen

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