Ven. Antonietta Meo
"Nennolina"   15 diciembre, 1930 - 3 julio, 1937
Padre Jordi Rivero

Se entrega a Dios como alma víctima, muere con 6 años de edad
Ver también:  Nennolina.it zenit.org

Jesús exclamó: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar"
-Mateo 11:25-27

Los pequeños, según Jesús, son los que reciben la revelación de Dios. Entonces, pongamos atención a la niña Antonietta Meo, mas conocida como Nennolina. Su fe pura y heroica en medio de grandes sufrimientos, su amor incondicional a Jesús y a todos los hombres es un poderoso testimonio para nosotros los adultos que tan fácilmente torcemos las cosas de Dios para justificar nuestros pecados e indiferencia. Recordemos que Jesús también dijo que hay que ser como niños para entrar en el Reino.  

La Parroquia de Nennolina fue la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén (Roma, Italia), donde se veneran las mayores reliquias de la pasión: porción del madero, los clavos, el letrero INRI. Allí Nennolina recibió a Jesús en el bautismo, la confirmación y la primera comunión. El la escogió para unirla íntimamente a su pasión y ella se abrió sin reservas a su amor ofreciéndose como alma víctima hasta su temprana muerte.

Un cáncer óseo (osteosarcoma) en la rodilla causa la amputación de su pierna el 25 de abril de 1936, pero hizo metástasis en todo el cuerpo. Nennolina ofreció sus enormes sufrimientos unida a Jesús en el Calvario, por la conversión de los pecadores, por las almas del purgatorio y por que no estallara la guerra.  Su hermana Margherita relata que cuando se cumplió el año de su operación, Nennolina celebró muy contenta porque era un año de ofrecimiento a Jesús.  Comenzó a ir a la escuela con una prótesis de madera.

El día de su primera comunión se arrodilló para recibir a Jesús a pesar de su gran dolor. Le dolía mucho caminar pero decía: "Que cada paso que doy sea una palabra de amor".

Las cartas que Nennolina escribe a su amado niño Jesús revelan la pureza de su alma y la intensidad de su fe. Le pide:

Jesús, dame la gracia de morir antes de cometer un pecado mortal

Murió el 3 de julio de 1937. En la basílica de la Santa Cruz se encuentra su tumba rodeada de sus juguetes y otros recuerdos. Su casa natal está cerca de la basílica de San Juan de Letrán donde aun vive su hermana Margherita.

El Papa Benedicto XVI la declara venerable en diciembre del 2007. Ver: zenit.org  El papa dijo en esa ocasión:

«su existencia, tan simple pero tan importante, enseña que la santidad es un camino para todas las edades: para bebes y para gente joven, para adultos y para ancianos... Ella viajaba rápidamente por la 'autopista' que lleva a Jesús ... quien es, en realidad, la verdadera 'senda' que conduce al Padre, y a Su y nuestra casa definitiva que es el cielo. Jesús es el camino que lleva a la verdadera vida, la vida que nunca termina. A menudo es un camino empinado y angosto, pero si nos permitimos ser atraídos por el, es siempre un camino estupendo, como un camino de Montaña: cuanto mas rápido subimos, mas fácil se hace mirar hacia abajo en busca de nuevos panoramas, panoramas todavía mas vastos y hermosos. El viaje es cansado, pero nosotros no estamos solos... Lo que es importante es no perder nuestro camino, no salirnos de la senda, porque nos arriesgamos a caer en un abismo o a perdernos en el bosque».

"La santidad es para todas las edades"

Si llega a ser beatificada será las mas joven no mártir en la historia de la Iglesia.  

"Podemos decir que la existencia de Nennolina Meo puede contenerse en dos grandes palabras que marcan el inicio de la Constitución Pastoral del Consejo Vaticano II: "Gaudium et Spes - Júbilo y Esperanza". El Señor que dona la santidad a los hombres, quiso imprimir claramente, en la vida de la pequeña Nennolina, éste mensaje para nosotros, que vivimos en un siglo rico de recursos materiales pero pobre de júbilo y esperanza".   + AGOSTINO SUPERBO, Arzobispo de Potenza



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