.

Sor Josefa Menéndez
Recibió mensajes dictados por Nuestro Señor Jesucristo en el convento de la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús en Les Feuillants, en Poitiers, Francia, entre 1920 y 1923.

 Jesús pidió el 13 de Noviembre de 1923: "deseo que hagan conocer Mis Palabras.  Quiero que el mundo entero Me conozca como Dios de amor, de perdón y de misericordia.  Yo quiero que el mundo lea que deseo perdonar y salvar...  Mis Palabras serán luz y vida para muchísimas almas ".

En Sus mensajes, Jesús dice: “Amor busco, amo a las almas y deseo ser correspondido.  Por eso Mi Corazón está herido, porque encuentro frialdad en vez de amor.  Yo soy todo Amor y no deseo más que amor.  ¡Ah!  Si las almas supieran cómo las espero, lleno de misericordia!  Soy el Amor de los amores…  Tengo sed de que las almas se salven…  ¡Que las almas vengan a Mí!...  ¡Que las almas no tengan miedo de Mí!...  ¡Qué las almas tengan confianza en Mí!”

  

El Papa Pío XII (en aquel momento Cardenal Eugenio Pacelli) dio su bendición a la primera edición.

 

MENSAJES del Sagrado Corazón de Jesús a Sor Josefa Menéndez
 
Los mensajes están en orden cronológico, los últimos primero (Mensaje mas mas viejo>>)

24 DE MARZO DE 1923

Jesús dirige ahora Sus Palabras de consuelo y guía a los jóvenes que se han alejado de El:

   “Si sois jóvenes y los escándalos de vuestra vida pasada os han degradado ante los hombres, ¡no temáis! Aún cuando el mundo os desprecie, os trate de malvados, os insulte, os abandone; estad seguros de que vuestro Dios no quiere que vuestra alma sea pasto de las llamas del infierno.  Desea que os acerquéis a El para perdonaros.  Si no os atrevéis a hablarle, dirigidle miradas y suspiros del corazón y pronto veréis que Su mano bondadosa y paternal os conduce a la fuente del perdón y de la vida”.

 24 DE MARZO DE 1923

   Las extraordinarias Palabras de Jesús son transcritas por Josefa a su diario para dar esperanza, guía y aliento a las almas más cargas y atormentadas por sus vidas alejadas de Dios:

   “Almas que estáis enredadas en los mayores pecados…  Si por más o menos tiempo habéis vivido errantes y fugitivos a causa de vuestros delitos, si los pecados de que sois culpables os han cegado y endurecido el corazón, si por seguir alguna pasión habéis caído en los mayores desórdenes, ¡ah!, no dejéis que se apodere de vosotros la desesperación, cuando os abandonen los cómplices de vuestro pecado o cuando vuestra alma se dé cuenta de su culpa…  Mientras el hombre cuenta con un instante de vida, aún tiene tiempo de recurrir a la misericordia y de implorar el perdón”.

24 DE MARZO DE 1923

Josefa escribe las extraordinarias palabras de Jesús, que dan esperanza aún al más despiadado de los pecadores:

   “Desde que Judas Me entregó en el Huerto de los Olivos, anduvo errante y fugitivo, sin poder acallar los gritos de su conciencia, que le acusaba del más horrible sacrilegio.  Cuando llegó a sus oídos la sentencia de muerte pronuncia contra Mí, se entregó a la más terrible desesperación y se ahorcó.

   “¿Quién podrá comprender el dolor intenso de Mi Corazón cuando vi lanzarse a la perdición eterna esa alma que había pasado tres años en la escuela de Mi Amor, aprendiendo Mi doctrina, recibiendo Mis enseñanzas, oyendo tantas veces cómo perdonaban Mis labios a los más grandes pecadores?

   “¡Ah!  ¡Judas!  ¿Por qué no vienes a arrojarte a Mis pies, para que te perdone?  Si no te atreves a acercarte a Mí por temor a los que Me rodean, maltratándome con tanto furor, mírame al menos; ¡verás cuán pronto se fijan en ti Mis ojos!...”.

24 DE MARZO DE 1923

 Jesús dicta a Josefa Sus reflexiones acerca de Su sufrimiento por la ingratitud de aquellos a quienes El con tanto amor ayudó:

   “¡Cuán vivamente se presentaba a Mi memoria los beneficios que con tanta liberalidad derramé sobre aquel pueblo ingrato!...  ¡dando vista a los ciegos, devolviendo la salud a los enfermos, el uso de sus miembros a los que los habían perdido!...  ¡dando de comer a las turbas y resucitando a los muertos!  Y ahora, ¡vedme reducido al estado más despreciable!  ¡Soy el más odiado de los hombres y se Me condena a muerte como un ladrón infame!...  ¡Pilatos ha pronunciado la sentencia!  ¡Almas queridas!: ¡considerad atentamente cuánto sufrió Mi Corazón!”

24 DE MARZO DE 1923

Josefa prosigue la transcripción de cada una de las Palabras que el Señor comparte con ella.  Impresiona la extrema sensibilidad y amor del Señor hacia Su Madre, María y Su Padre adoptivo, San José:

   “Medita por un momento el indecible martirio de Mi Corazón, tan tierno y delicado, al verse pospuesto a Barrabás…  ¡Cuánto sentí aquel desprecio! Y ¡cómo traspasaban lo más íntimo de Mi alma aquellos gritos que pedían Mi muerte!

   “¡Cómo recordaba entonces las ternuras de Mi Madre, cuando Me estrechaba sobre su Corazón!  ¡Cuán presente tenía los desvelos y fatigas que para mostrarme su amor sufrió Mi Padre adoptivo!

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa compartiendo Sus reveladoras Palabras a Josefa acerca de la felicidad:

   “Esto que he dicho a las almas que sienten terror a la vida humilde y oscura, lo repito a las que, por el contrario, son llamadas a trabajar en continuo contacto con el mundo, cuando su atractivo sería la completa soledad y la los trabajos humildes y ocultos…

   “¡Almas escogidas!: Vuestra felicidad y vuestra perfección no consiste en ser conocidas o desconocidas de las criaturas, ni en emplear u ocultar el talento que poseéis, ni en ser estimadas o despreciadas, ni en gozar de salud o padecer enfermedad…  Lo único que os procurará felicidad cumplida es hacer la Voluntad de Dios, abrazarla con amor, y por amor unirse y conformarse con entera sumisión a todo lo que por Su gloria y vuestra santificación os pida.

   “Basta por hoy, Josefa; mañana continuaré.  Ama y abraza Mi Voluntad alegremente; ya sabes que está en todo trazada por el amor”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa compartiendo con Josefa las lecciones de Su vida en este mundo:

   “Cuando dejé Nazaret y empecé Mi vida pública, habría podido darme a conocer por Mesías e Hijo de Dios, para que los hombres escuchasen Mis enseñanzas con veneración; pero no lo hice, porque Mi único deseo era cumplir la Voluntad de Mi Padre...

   “Y cuando llegó la hora de Mi Pasión, a través de la crueldad de los unos y de las afrentas de los otros, del abandono de los Míos y de la ingratitud de las turbas… a través del indecible martirio de Mi Cuerpo y de las vivísimas repugnancias de Mi naturaleza humana, Mi alma, con mayor amor aún, se abrazaba a la Voluntad de Mi Padre Celestial…

   “Entendí, almas escogidas, cuando, después de haber pasado por encima de las repugnancias y sutilezas del amor propio, que os sugiere vuestra naturaleza o la familia o el mundo, abracéis con generosidad la Voluntad Divina, sólo entonces llegaréis a gozar de las más inefables dulzuras, en una íntima unión de voluntades entre el Divino Esposo y vuestra alma”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús dicta a Josefa Palabras especiales para las almas a las que El llama, con un bello mensaje acerca de la aceptación de tareas y posiciones “inferiores” a nuestros talentos:

   “Ahora quiero volver a tratar de las almas de quienes hablaba ayer.  De estas almas a quienes llamo al estado perfecto pero vacilan, diciendo entre sí: `no puedo resignarme a esta vida de oscuridad… no estoy acostumbrado a estos quehaceres tan bajos… ¿qué dirá mi familia, mis amistades?’  Y se persuaden de que con la capacidad que tienen o creen tener serán más útiles en otro lugar.

      “Voy a responder a estas almas.  ¿Rehusé Yo o vacilé siquiera cuando Me vi nacer de familia pobre y humilde… en un estado fuera de Mi casa y de Mi patria… de noche… en la más cruda estación del año?

   “Después viví treinta años de trabajo oscuro y rudo en un taller de carpintero, pasé humillaciones y desprecios de parte de los que encargaban trabajo a Mi padre San José… no me desdeñé de ayudar a Mi Madre en las faenas de la casa… y sin embargo, ¿no tenía más talento que el que se requiere para ejercer el tosco oficio de carpintero, Yo que a la edad de doce años enseñé a los Doctores en el Templo?  Pero era la Voluntad de Mi Padre Celestial y así Le glorificaba”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa compartiendo con Josefa Su mensaje de lo sucedido el Viernes antes de Su Crucifixión:

   “No creáis, sin embargo, que Mi naturaleza humana no sintió repugnancia ni dolor… antes al contrario, quise sentir todas vuestras repugnancias y estar sujeto a vuestra misma condición, dejándoos un ejemplo que os fortalezca en todas las circunstancias de la vida.

   “Así, cuando llegó este momento tan penoso, aunque hubiese podido librarme de él, no sólo no Me libré sino que lo abracé con por amor y para cumplir la voluntad de Mi Padre.  Para reparar Su gloria, satisfacer por los pecados del mundo y alcanzar la salvación de innumerables almas”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa compartiendo con Josefa Sus Palabras de Su encuentro con Pilatos:

   “Pilatos, perturbado por el aviso de su mujer y perplejo entre los remordimientos de su conciencia y el temor de que el pueblo se amotinase contra él, buscaba medios para libertarme…  Y Me expuso a la vista del populacho en el lastimoso estado en que Me hallaba, proponiéndoles darme libertad y condenar en Mi lugar a Barrabás, que era un ladrón y criminal famoso…  A una voz contestó el pueblo: `¡Que muera y que Barrabás sea puesto en libertad!´

   “¡Almas que Me amáis, ved cómo Me han comparado a un criminal, y ved cómo Me han rebajado más que al más perverso de los hombres….!  ¡Oíd qué furiosos gritos lanzan contra Mí!  ¡Ved con qué rabia piden Mi muerte!  ¿Rehusé, acaso, pasar por tan penosa afrenta?  No, antes al contrario, me abracé con ella por amor a las almas, por amor a vosotras y para mostraros que este amor no Me llevó tan solo a la muerte, sino al desprecio, a la ignominia, al odio de los mismos por quienes iba a derramar Mi Sangre con tanta profusión”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa dictando a Josefa Su mensaje:

   “Coronado de espinas y cubierto con un manto de púrpura los soldados Me presentaron de nuevo a Pilatos, gritando ferozmente, insultándome en son de burla a cada paso que daba.

   “No encontrando en Mí delito para castigarme, Pilatos Me hizo varias preguntas, diciéndome que por qué no le contestaba, siendo así que él tenía todo poder sobre Mí…

   “Entonces, rompiendo el silencio, le dije: `no tendrías ese poder si no te hubiese sido dado de arriba; pero es preciso que se cumplan las Escrituras´.  Y cerrando de nuevo los labios Me entregué…”.

23 DE MARZO DE 1923

Josefa sigue adelante en la transcripción del Señor a las almas:

   “Almas por Mí escogidas con tanto cariño, ¿creéis darme la gloria que Yo esperaba de vosotras haciendo vuestro gusto?  ¿Creéis cumplir Mi Voluntad resistiendo a la voz de la gracia que os llama y encamina por esa senda que vuestro orgullo rechaza?

   “¡Ah, Josefa!  ¡A cuántas almas ciega la soberbia!  Quiero que hoy hagas muchos actos de humildad y sumisión a la Voluntad Divina para alcanzar que las almas se dejen guiar por el camino que les preparo con tanto amor”.

23 DE MARZO DE 1923

Josefa continúa transcribiendo, palabra a palabra, lo que Jesús va dictándole acerca de los errores que algunas almas cometen:

   “¡Pero cuántas resistencias!...  ¡Y cuántas decepciones sufre Mi Corazón!  ¡Cuántas almas ciegas por el orgullo, la des de fama y de honra, el deseo de comentar sus vanos apetitos y una baja y mezquina ambición de ser tenidas en algo… se niegan a seguir el camino que les traza Mi amor!”

23 DE MARZO DE 1923

Josefa transcribe palabra a palabra lo que Jesús le dicta acerca de lo que espera de las almas:

   “Hay almas a quienes quiero por esposas y, conociendo como conozco los más ocultos repliegues de su corazón, amándolas como las amo, con delicadeza infinita, deseo colocarlas allí donde en Mi sabiduría veo que encontrarán todo cuando necesitan para llegar a una encumbrada santidad.  Allí donde Mi Corazón se manifestará a ellas y donde Me darán más gloria…  más consuelo…  más amor y más almas.

   “¡Pero cuántas resistencias!...  ¡Y cuántas decepciones sufre Mi Corazón!  ¡Cuántas almas ciegas por el orgullo, la sed de fama y de honra, el deseo de comentar sus vanos apetitos y una baja y mezquina ambición de ser tenidas en algo… se niegan a seguir el camino que les traza Mi amor!”

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa Su mensaje a las almas a través de Josefa, que escribe cada Palabra que el Señor le comparte:

   “¿Y qué diré a tantas almas a quienes llamo a la vida perfecta, a una vida de amor, y que se hacen sordas a Mi voz?

   “¡Cuántas ilusiones, cuánto engaño hay en las almas que aseguran que están dispuestas a hacer Mi Voluntad, a seguirme, a unirse y consagrarse a Mí, y sin embargo, clavan en Mi Cabeza la corona de espinas!”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús dedica palabras especiales para las muchachas jóvenes que piensan en el matrimonio, las cuales Josefa transcribe a continuación:

   “Hay en el mundo muchas jóvenes que cuando llega el momento de decidirse para contraer matrimonio, se sienten atraídas hacia aquel en quien descubren cualidades de honradez, vida cristiana y piadosa, fiel cumplimiento del deber, así en el trabajo como en el seno de la familia, todo, en fin, lo que puede llenar las aspiraciones de su corazón.  Pero en aquella cabeza germinan pensamientos de soberbia… y empieza a discutir así: tal vez éste satisfacerla los anhelos de mi corazón, pero en cambio, no podré figurar ni lucir en el mundo.  Entonces se ingenian para buscar a otro, en el cual pasarán por más nobles, más ricas, llamarán la atención y se granjearán la estima y los halagos de las criaturas.

   “¡Ah!  ¡Cuán neciamente se ciegan estas pobres almas!  Oyeme, hija Mía, no encontrarás la verdadera felicidad en este mundo y… quizá no la encuentres tampoco en el otro.  ¡Mira que te pones en gran peligro!”

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa dictando a Josefa Sus Palabras de guía para las almas:

   “No, almas queridas, no hay camino, estado ni condición humillante cuando se trata de cumplir la Voluntad Divina.  Las que os sentís llamadas a este estado, no queráis resistir, buscando con vanos y soberbios pensamientos el modo de seguir la Voluntad Divina haciendo la vuestra.

   “Ni creáis que hallaréis la verdadera paz y alegría en una condición más o menos brillante a los ojos de las criaturas…  No; sólo las encontraréis en el exacto cumplimiento de la Voluntad Divina y en la entera sumisión para aceptar todo lo que ella os pida”.

23 DE MARZO DE 1923

Josefa escribe una a una las conmovedoras Palabras de Jesús que debiesen llevarnos a incrementar nuestro agradecimiento y amor a la bondad de Dios:

   “Permití que Me coronasen de espinas y que Mi cabeza sufriera igualmente para expiar la soberbia de muchas almas que rehúsan aceptar aquello que las rebaja a los ojos de las criaturas.

   “Consentí que pusieran sobre Mis hombros un manto de escarnio y que Me llamasen loco, para que las almas no desdeñen en seguirme por un camino que a los mundanos parece bajo y vil y quizá a ellas mismas, indigno de su condición”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús continúa narrando a Josefa Su aflicción durante Su terrible Pasión:

   “Miradme, almas queridas, condenado por inicuos tribunales…  entregado a la multitud que Me insulta y profana Mi Cuerpo…  como si no fuera bastante el cruel suplicio de la flagelación para reducirme al más humillante estado, Me coronan de espinas, Me revisten de manto de grana, Me saludan como a un rey de irrisión y Me tienen por loco.

   “Yo, que soy el Hijo de Dios, el sostén del universo, he querido pasar a los ojos de los hombres por el último y el más despreciable de todos.  No rehuyo la humillación, antes Me abrazo con ella, para expiar los pecados de soberbia y atraer a las almas a imitar Mi ejemplo”.

23 DE MARZO DE 1923

Jesús dice a Josefa:

   “Deja que tu alma se penetre de las palabras que te va a confiar Mi Corazón…  Cuando los brazos de aquellos hombres crueles quedaron rendidos a fuerza de descargar golpes sobre Mi cuerpo, colocaron sobre Mi Cabeza una corona tejida con ramas de espinas y, desafiando por delante de Mí Me decían: `¿con que eres Rey?  ¡Te saludamos…!’

   “Unos Me escupían… otros Me insultaban…  otros descargaban nuevos golpes sobre Mi Cabeza, cada uno añadía un nuevo dolor a Mi Cuerpo maltratado y desecho”.

22 DE MARZO DE 1923

Josefa escribe:

   “Un rumor suave me despertó y vi a la Virgen junto a mí.  Llevaba la Cruz apoyada en su brazo derecho”.

   “Hija mía: vengo a traerte la Cruz de Jesús, hay que consolarle, porque muchas almas le ofenden, pero una, sobre todo, llena de amargura Su Corazón…  Guarda tan precioso tesoro y ruega por las almas”.

21 DE MARZO DE 1923

Josefa escribe, impresionada por la revelación que Jesús le ha mostrado, y que mueve a cuantos lo leen a corresponder al Señor a Su amor y sacrificio:

   “Jamás he visto un dolor que se asemeje, ni siquiera de lejos, al dolor de Nuestro Señor.  Lo que más me ha impresionado son Sus ojos.  Esos ojos hermosísimos, que cuando miran penetran hasta el fondo del alma…  ¡Y dicen tantas cosas…!    Hoy estaban cerrados…  muy hinchados y llenos de sangre, que le caía por la cara, los ojos y la boca.  Estaba de pie, pero encogido y atado, no sé a qué, pues yo no veía sino a Jesús.  Atadas también las manos, una con otra, y ensangrentadas.  El cuerpo todo cubierto de heridas y de manchas negras y las venas de los brazos muy hinchadas y de color oscuro.  Por varias partes, jirones de carne, como desprendidos, en particular en el hombro izquierdo.  Sus vestiduras estaban en el suelo, llenas de sangre y una cuerda muy apretada sujetaba en la cintura un trozo de tela, tan ensangrentado que no se distinguía su propio color”.

21 DE MARZO DE 1923

Jesús se dirige a Josefa, exclamando:

   “Contémplame en este estado de ignominia, Josefa”.

Josefa levanta los ojos y ve a Jesucristo, en pie, delante de ella, en el estado tristísimo en que Le ha dejado la flagelación.  Largo rato permanece en esta dolorosa contemplación, como si el Divino Maestro quisiera grabar para siempre en su alma la imagen de sus padecimientos.

   “Dime, ¿no te darán Mis llagas fuerza para convencerte?  ¿No serás generosa para sacrificarte y entregarte completamente a Mi voluntad…?

   “Mírame, Josefa, y déjate guiar por el impulso de la gracia y el deseo de consolarme.  No temas.  Jamás llegarán tus sufrimientos a igualar a los Míos.  Y para todo cuanto Yo te pida, estarás asistida por Mi gracia.  Adiós.  Consérvame así delante de tus ojos”.

Josefa escribe: “Sentí tan gran compasión al verle, que creo que desde ahora tendré valor para todo lo que haya de sufrir hasta el fin de mi vida”.

21 DE MARZO DE 1923

   Jesús comparte a Josefa estas hermosísimas Palabras, en las que se refiere a Su flagelación:

      “¡Ah!  ¿Cómo podéis contemplarme en este mar de dolor y de amargura sin que vuestro corazón se mueva a compasión?

      “Pero no son los verdugos los que Me han de consolar, sino vosotras; almas escogidas, aliviad Mi dolor… contemplad Mis heridas, y ved si hay quien haya sufrido tanto para probaros su amor”.

21 DE MARZO DE 1923

   Jesús narra a Josefa algunos detalles reveladores de Su flagelación:

      “Miradme, almas tan amadas de Mi Corazón, dejándome conducir con la mansedumbre de un cordero al terrible y afrentoso suplicio de la flagelación.  Sobre Mi Cuerpo ya cubierto de golpes y agobiado del cansancio, los verdugos descargan cruelmente con cuerdas embreadas y con varas, terribles azotes.  Y es tanta la violencia con que Me hieren, que no quedó en Mí un solo hueso que no fuese quebrantado por el más terrible dolor…  La fuerza de los golpes Me produjo innumerables heridas…  Las varas arrancaban pedazos de Piel y Carne divina…  La Sangre brotaba de todos los miembros de Mi Cuerpo, que estaba en tal estado, que más parecía monstruo que hombre”.

MENSAJES ANTERIORES


SCTJM
Regreso a la página principal

www.catolico.org
Amor meus crucifixus est