La oración en nombre del Hijo

Card. Ratzinger:  La oración cristiana es oración hecha en nombre del Hijo.
Si san Lucas se goza en hacer alusión a la identidad de la oración de los hijos y del Hijo, en san Juan este elemento esencial se hace explícito.

“Orar en nombre del Hijo” no es una simple fórmula, ni son puras palabras. Para penetrarnos de este nombre de hijos, hemos de aceptar un proceso de identificación, aceptar el camino de la conversión y de la purificación, que es el que nos hace llegar a ser hijos en el Hijo, es decir, la realización del bautismo en la constante penitencia. Es así que respondemos a la invitación del Señor: “Cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí” (Jn 12,32).

Cuando pronunciamos la fórmula litúrgica “por Cristo nuestro Señor”, se hace presente toda esta teología. Día tras día, estas palabras nos invitan a recorrer el camino de la identificación con Jesús, el Hijo, por el camino del bautismo, es decir de la conversión y de la penitencia.

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen