¿Castiga Dios?
Padre Jordi Rivero

Ver tambien: Dios_No_Castiga 

Dios es Amor y todo lo que procede de El está dentro de Su amor.  La palabra "castigo" puede entenderse de diversas maneras. Las Sagradas Escrituras relatan los "castigos" de Dios. Estos relatos, sin embargo deben entenderse tomando en cuenta las diversas formas literarias y la revelación fundamental de que Dios es amor infinito. Jesús muere en la Cruz por todos, buenos y malos. 

Los padres castigan pero siempre por el bien de los hijos, para corregirlos, nunca para hacerles daño. Podemos decir que el castigo le duele mas a los padres. En eses sentido las Sagradas Escrituras relata castigos de Dios.    

Dios no causa mal alguno. Los males son consecuencia de nuestro mal uso de la libertad que afecta a todos. Sufren buenos y malos. Ante una enfermedad u otro mal no se debe concluir que la víctima ha recibido un castigo. (Ver: sufrimiento | evangelio del_sufrimiento en JPII)

Cardenal Joseph Ratzinger (Benedicto XVI):

"Dios no nos hace el mal; ello iría contra la esencia de Dios, que no quiere el mal. Pero la consecuencia interior del pecado es que sentiré un da las consecuencias inherentes al mal mismo. No es Dios quien nos impone algún mal para curarnos, pero Dios me deja, por as decirlo, a la lógica de mi acción y, dejado a esta lógica de mi acción, soy ya castigado por la esencia de mi mal. En mi mal está implicado también el castigo mismo; no viene del corazón, viene de la lógica de mi acción, y así puedo entender que he estado en oposición con mi verdad, y estando en oposición con mi verdad estoy en oposición con Dios, y debo ver que la oposición con Dios es siempre autodestructiva, no porque Dios me destruya, sino porque el pecado destruye."

En la misma entrevista le preguntan al Cardenal Ratzinger: «¿Tiene usted a veces miedo de Dios?».

No tengo miedo de Dios porque Dios es bueno. Naturalmente soy consciente de mi debilidad, de mis pecados. En este sentido existe un temor de Dios, que es otra cosa que el miedo entendido en sentido humano. San Hilario dijo: «Todo nuestro temor está en el amor». Por lo tanto el amor implica no temor, sino digamos la preocupación de no contrariar el don del amor, de no hacer nada que pudiera destruir el amor. En este sentido hay algo distinto que no es temor, es reverencia, mucha, de modo que nos sentimos obligados realmente a responder bien a este amor y a no hacer nada que pudiera destruirlo.  zenit.org/es/articles/entrevista-al-cardenal-ratzinger-despues-del-11-s

Este contexto nos ayuda a reconocer con confianza y temor de Dios que el infierno y el purgatorio son realidades. Podemos tambien apreciar el concepto de "Castigo de Dios" en los escritos de la Iglesia.  

San Alfonso Maria de Ligorio:  «Dios... aguarda pacientemente hasta que se cumpla la medida de los pecados, y a partir de este día ya no espera, sino que castiga » [San Alfonso, Doctor de la Iglesia, patrono de los profesores de teología moral: Sermones Abreviados. Parte I, serie IV, sermón 33, punto I.]  

Jesucristo a Santa Catalina de Siena:

"A ninguna criatura se le priva de mi providencia, porque todas las cosas están invadidas por ella. Le parecerá algunas veces al hombre que es crueldad que yo mande granizo o tempestades, o rayos sobre mis criaturas, juzgando que yo no he velado por su salud. Y lo he hecho para librarle de la muerte eterna, aunque le parezca todo lo contrario. Los mundanos en todo quieren condenar mis obras y entenderla conforme a su bajo entendimiento... Por eso aborrecen lo que tendrían que reverenciar. Como soberbios se atreven a juzgar de mis ocultos juicios, que son todos rectos. (Santa Catalina de Siena. Doctoras de la Iglesia. Páginas 126 y siguientes. Antonio Royo Marín, BAC).



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