El suicidio

Etim.: Suicidio -del latín sui (auto) + cidium (matar)

Ver también:
El Don de la Vida está en manos de Dios -Dr. Raez
Eutanasia y suicidio asistido -Juan Pablo II

Suicidio es el acto voluntario de matarse.

Razón para no suicidarse: Dios te ama y lo demostró en la cruz. Los demostró también dándote vida y permaneciendo contigo en todas las pruebas. El sufrimiento es algo temporal que podemos ofrecerle. En un momento de ofuscamiento podemos cometer un disparate. Espera, confía en Dios. BUSCA AYUDA. PIENSA EN JESUS y entrégate a El. 
Si llevamos nuestro sufrimiento unidos a El tendrá un gran valor.
-Quitarse la vida es un grave pecado contra la ley natural y la ley revelada (5to Mandamiento: "No matarás").
-El suicidio viola el derecho de Dios quien es el dueño exclusivo de la vida humana. Solo Dios puede dar y quitar la vida.


No podemos juzgar a otros.

Para que un acto sea pecado requiere, además de materia de pecado, que se tenga conocimiento de lo que se hace e intención de hacerlo. No podemos juzgar a ciencia cierta la condición mental de quien se suicida. Tampoco sabemos cual fuese el último pensamiento. ¿se habrá arrepentido mientras estaba moribundo en el último instante de su vida?  Recordemos el perdón de Jesús al "buen ladrón" mientras agonizaba en la cruz. 

Ayudemos a los que están tentados con el suicidio. 

Debemos orar por los que se suicidan y encomendarlos a la infinita misericordia de Dios. La mejor manera es celebrando por ellos la santa Misa.

Suicidio en el Catecismo de la Iglesia Católica:
(Ver también nuestra página sobre la Vida Humana)

2280 Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.

2281 El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí mismo. Ofende también al amor del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades familiar, nacional y humana con las cuales estamos obligados. El suicidio es contrario al amor del Dios vivo.

2282 Si se comete con intención de servir de ejemplo, especialmente a los jóvenes, el suicidio adquiere además la gravedad del escándalo. La cooperación voluntaria al suicidio es contraria a la ley moral. Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida.

2283 No se debe desesperar de la salvación eterna de aquellas personas que se han dado muerte. Dios puede haberles facilitado por caminos que El solo conoce la ocasión de un arrepentimiento salvador. La Iglesia ora por las personas que han atentado contra su vida.


Suicidio en relación a la enfermedad

"
Ciertamente existe la obligación moral de curarse y hacerse curar, pero esta obligación se debe valorar según las situaciones concretas; es decir, hay que examinar si los medios terapéuticos a disposición son objetivamente proporcionados a las perspectivas de mejoría. La renuncia a medios extraordinarios o desproporcionados no equivale al suicidio o a la eutanasia; expresa más bien la aceptación de la condición humana ante al muerte." -Evangelium Vitae #65

... Hechas estas distinciones, de acuerdo con el Magisterio de mis Predecesores y en comunión con los Obispos de la Iglesia católica, confirmo que la eutanasia es una grave violación de la Ley de Dios, en cuanto eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana. Esta doctrina se fundamenta en la ley natural y en la Palabra de Dios escrita; es transmitida por la Tradición de la Iglesia y enseñada por el Magisterio ordinario y universal. Semejante práctica conlleva, según las circunstancias, la malicia propia del suicidio o del homicidio. -Evangelium Vitae #65

66. Ahora bien, el suicidio es siempre moralmente inaceptable, al igual que el homicidio. La tradición de la Iglesia siempre lo ha rechazado como decisión gravemente mala.83 Aunque determinados condicionamientos psicológicos, culturales y sociales puedan llevar a realizar un gesto que contradice tan radicalmente la inclinación innata de cada uno a la vida, atenuando o anulando la responsabilidad subjetiva, el suicidio, bajo el punto de vista objetivo, es un acto gravemente inmoral, porque comporta el rechazo del amor a sí mismo y la renuncia a los deberes de justicia y de caridad para con el prójimo, para con las distintas comunidades de las que se forma parte y para la sociedad en general.84 En su realidad más profunda, constituye un rechazo de la soberanía absoluta de Dios sobre la vida y sobre la muerte, proclamada así en la oración del antiguo sabio de Israel: « Tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir » (Sb 16, 13; cf. Tb 13, 2).

Compartir la intención suicida de otro y ayudarle a realizarla mediante el llamado « suicidio asistido » significa hacerse colaborador, y algunas veces autor en primera persona, de una injusticia que nunca tiene justificación, ni siquiera cuando es solicitada. « No es lícito —escribe con sorprendente actualidad san Agustín— matar a otro, aunque éste lo pida y lo quiera y no pueda ya vivir... para librar, con un golpe, el alma de aquellos dolores, que luchaba con las ligaduras del cuerpo y quería desasirse ».85 La eutanasia, aunque no esté motivada por el rechazo egoísta de hacerse cargo de la existencia del que sufre, debe considerarse como una falsa piedad, más aún, como una preocupante « perversión » de la misma. En efecto, la verdadera « compasión » hace solidarios con el dolor de los demás, y no elimina a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar. El gesto de la eutanasia aparece aún más perverso si es realizado por quienes —como los familiares— deberían asistir con paciencia y amor a su allegado, o por cuantos —como los médicos—, por su profesión específica, deberían cuidar al enfermo incluso en las condiciones terminales más penosas. -Evangelium Vitae #66


De nuestro Correo

¿Que le digo a un amigo que intentó suicidarse?

RESPUESTA
Tu presencia, tu interés por su persona sin pasar juicios será lo mas sanador. Le ayudará a valorar su vida.

En caso que seas tu quien lo esta pensando, quiero recordarte que Dios es nuestro Padre y te ama infinitamente. Hay momentos en que nos ofuscamos y no lo vemos. Parece que no vale la pena vivir. Hay momentos que nos ocurre como a un piloto que no ve el aeropuerto. Pero la pista sigue en el mismo lugar.

No atentes contra tu vida porque eres infinitamente amado y precioso. Si has sufrido una crisis, mira a Jesús en la cruz. El también sintió el abandono y el rechazo. Confía en EL y volverás a tener paz. La tempestad se calmará y volverá a salir el sol en tu vida.


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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen
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