MODESTIA
Etim: Del latín: modestia, moderación.

Ver también: Frutos del Espíritu Santo

La virtud que modera todos los movimientos internos y externos y la apariencia de la persona según sus dones y estado de vida. Para el cristiano esto se logra a la luz de su relación con Dios. La modestia incluye: humildad, estudiosidad y dos tipos de modestia externa: modestia en el vestir, modestia en el comportamiento.

La humildad regula el deseo de excelencia personal para que se dirija hacia amar a Dios y no a la satisfacción del ego. El humilde descubre su propio valor ante Dios y no a la luz de apariencias humanas.  

La estudiosidad modera el deseo y la búsqueda de la verdad según la fe y la razón. Evita dos peligros contrarios: La curiosidad (el deseo de conocer lo que no debe) y a la negligencia (descuido en la adquisición del conocimiento que se debe tener para mejor servir a Dios en la vocación o estado de vida).

Modestia en el vestir y en los adornos del cuerpo inclina a la persona a evitar no solo lo que es ofensivo a otros sino también lo que no es necesario.

Modestia en los movimientos del cuerpo dirige a la persona a observar el decoro según la guía de San Agustín. "En todos tus movimientos que nada sea evidente que ofendiere los ojos de otro". 

Para el cristiano que vive en un ambiente en que no se respeta a Dios, la modestia no se puede limitar a no ofender a otros ni a lo que se considere aceptable en la sociedad. Se debe mas bien recordar que el cuerpo es templo del Espíritu Santo. La Virgen María, en las apariciones de Fátima nos pide con urgencia la virtud de la modestia. 

-Padre Jordi Rivero  

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