DEMOCRACIA
P. Jordi Rivero

Si en la democracia no existen verdades y principios últimos que guíen y orienten la acción política, las ideas y las convicciones humanas pueden ser instrumentalizadas fácilmente para fines de poder. De este modo, la democracia se precipita por la pendiente que lleva al totalitarismo.  Francesc Torralba

Etim: Griego. Demos (pueblo) + kratia (gobernar): demokratia

La democracia se define en la filosofía social cristiana como la forma de gobierno civil que es para el pueblo, del pueblo y por el pueblo. Toda sociedad política sea o no democrática debe, por ley natural, ser para el pueblo ya que su propósito es el bien común, pero no necesariamente "del" y "por" el pueblo.

En una democracia completa todos los ciudadanos tienen igualdad de derecho para elegir el gobierno. Además, todos gozan de las mas amplias libertades mientras que estas sean consistentes con el bien común.

La democracia puede ser directa o indirecta. En la democracia directa el pueblo ejerce directamente las funciones de gobierno. Esto solo es posible en una comunidad muy pequeña. En la democracia indirecta hay un gobierno representativo elegido legítimamente por el pueblo.

Como toda forma de gobierno, la democracia corre peligro cuando la verdad y la justicia se quieren hacer depender de la opinión de la mayoría. Ni siquiera por acuerdo de todos hay derecho de violar las leyes naturales. Por ejemplo, matar al inocente (aborto) es un crimen aunque la mayoría lo sancione. La mayor injusticia de la historia, la condena a muerte de Jesucristo, posiblemente fue aprobada por la mayoría del pueblo.  

La democracia requiere educación sobre todo en la moral. Cuando hay libertad pero sin formación moral crece la noción de no hay verdad ni falsedad sino tan solo opiniones equivalentes y por lo tanto se llega a creer que todas las conductas son aceptables y lícitas. Se suele entonces caer en la indiferencia y en la falta de discernimiento.

La democracia debe respetar la libertad de conciencia y de expresión de los que disienten de la opinión mayoritaria. Cuando las leyes, aun en la democracia, violan los derechos fundamentales del ser humano, el cristiano debe oponerse y aun resistirse a acatar la ley injusta.

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