BENDICION

Ver también: Bendito

La bendición ocurre con frecuencia en la Biblia y tiene varios significados:

Significa alabar a Dios; desear el bien a una persona; dedicar una persona o cosa al servicio de Dios. En la liturgia, la bendición es un ritual por el cual un ministro ordenado santifica a personas o cosas para el servicio divino o invoca el favor divino. 

  • Como sinónimo de alabar. Cf. Salmo 33, 1
  • Expresa el deseo de bienestar espiritual.  Cf. Salmo 127, 2.
  • La santificación o dedicación de persona o cosa. Cf. Mateo 26, 26.

El Génesis narra que Dios, al completar cada día de la creación, la bendijo (Cf. Gen 1-2). Cuando Noé salió del Arca, recibió la bendición de Dios (Cf. Gen 9,1). En el tiempo del los patriarcas, la cabeza de cada tribu y familia bendecía. Dios ordenaba a los sacerdotes a bendecir al pueblo (Num 6, 23-26). Jesucristo y los Apóstoles bendecían, por lo que la práctica pasó a la Iglesia como el mayor de los sacramentales. 

Bendición
Catecismo

1078. Bendecir es una acción divina que da la vida y cuya fuente es el Padre. Su bendición es a la vez palabra y don («bene-dictio», «eu-logia»). Aplicado al hombre, este término significa la adoración y la entrega a su Creador en la acción de gracias.

1079. Desde el comienzo y hasta la consumación de los tiempos, toda la obra de Dios es bendición. Desde el poema litúrgico de la primera creación hasta los cánticos de la Jerusalén celestial, los autores inspirados anuncian el designio de salvación como una inmensa bendición divina.

1669. Los sacramentales proceden del sacerdocio bautismal: todo bautizado es llamado a ser una «bendición» (cf Gn 12,2) y a bendecir (cf Lc 6,28; Rm 12,14; 1 P 3,9). Por eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones (cf SC 79; CIC can. 1168); la presidencia de una bendición se reserva al ministerio ordenado (obispos, presbíteros o diáconos, cf. De benedictionibus, 16,18), en la medida en que dicha bendición afecte más a la vida eclesial y sacramental. CIC 1168 Es ministro de los sacramentales el clérigo provisto de la debida potestad; pero, según lo establecido en los libros litúrgicos y a juicio del Ordinario, algunos sacramentales pueden ser administrados también por laicos que posean las debidas cualidades. ss

1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef 1:3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.

Bendiciones reservadas a la autoridad

1672 Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.

2626. La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir a su vez a Aquél que es la fuente de toda bendición.

2627. Dos formas fundamentales expresan este movimiento: o bien sube llevada por el Espíritu Santo, por medio de Cristo hacia el Padre (nosotros le bendecimos por habernos bendecido; cf Ef 1, 3-14; 2 Co 1, 3-7; 1 P 1, 3-9); o bien implora la gracia del Espíritu Santo que, por medio de Cristo, desciende del Padre (es él quien nos bendice; cf 2 Co 13, 13; Rm 15, 5-6. 13; Ef 6, 23-24).

El Ritual Romano contiene bendiciones para diversas ocasiones y cosas.

Hay diferentes tipos de bendiciones.  Se pueden bendecir, por ejemplo, los alimentos. Esta bendición atrae la benevolencia de Dios pero no imparte al objeto un caracter sagrado como sería el caso en la bendición de un cáliz el cual queda reservado irreversiblemente para el uso sagrado en la Santa Misa. 

Las bendiciones no son sacramentos; no son instituidas por Cristo; no confieren gracia santificante; no producen su efecto en virtud del rito mismo ex opere operanto. Son sacramentales

 

¿Bendecir a Dios?
PREGUNTA
En las estaciones del Vía Crucis y otras oraciones, decimos “Te adoramos oh Cristo y te bendecimos”. ¿Pero, qué nos capacita a los humanos para bendecir a Dios?

Respuesta: La palabra "bendecir" tiene diversos significados (ver arriba).

En latín, la palabra bendecire por lo general significa bendecir de la forma comúnmente entendida, es decir trasmitir vida o expresar buenos deseos a otra persona. También puede significar dar gracias a alguien o reconocer la bondad de otros.

Bendecir puede también significar alabanza a Dios

Salmo 68:27  A Dios, en coros, bendecían: ¡es Yahveh, desde el origen de Israel.

I Macabeos 4:24  De regreso cantaban y bendecían al Cielo: "Porque es bueno, porque es eterno su amor."

La frase “Bendito sea Dios”, que aparece frecuentemente en los salmos y el Nuevo Testamento, es una oración de alabanza y reconocimiento a la bondad y misericordia de Dios y a los beneficios que nos ha otorgado. La frase "Bendito sea Dios" o "te bendecimos" tiene ese mismo significado cuando la usamos en nuestras oraciones.


 

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen