Comienzo de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 1,1-3
Yo, Pablo, llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y Sóstenes, nuestro hermano, escribimos a la Iglesia de Dios en Corinto, a los consagrados por Cristo Jesús, a los santos que él llamó y a todos los demás que en cualquier lugar invocan el nombre de Jesucristo, Señor de ellos y nuestro.
La gracia y la paz de parte de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo sean con vosotros.
Y Juan dio testimonio diciendo:
-«He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo:
"Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo. "
Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.»
Palabra de Dios
Comentario
Padre Jordi Rivero
Este domingo la Biblia nos muestra tres hombres conocieron a Dios y por eso se conocieron ellos mismos. Son una inspiración para nosotros, porque Dios también quiere revelarse a cada uno de nosotros.
En el Evangelio, Juan Bautista ve a Jesús y declara que El es «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».
Los judíos ofrecían a Dios un cordero pero la sangre de los corderos no puede perdonar los pecados. Juan declara que ha venido el Cordero de Dios. Jesús viene como Cordero que se entregará libremente y será llevado al matadero, por nuestros pecados. El si perdona los pecados porque es Dios y hombre.
Juan, iluminado por el Espíritu Santo, pudo descubrir a Jesús entre la multitud. Nosotros también necesitamos el Espíritu Santo para descubrir a Jesús en la Santa Misa. El viene humildemente bajo la apariencia de pan. Debemos reconocer que aunque parece pan es en verdad El Cordero de Dios: Jesús.
El sacerdote toma la Sagrada Hostia en sus manos antes de la comunión, la muestra a todos y dice las mismas palabras de San Juan Bautista: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo". Todos respondemos recordando las palabras del centurión del Evangelio: "Señor yo no soy digno de que entres en mi casa..."
Juan dijo: Jesús "está por delante de mí" porque "existía antes que yo". Juan pudo decir esto aunque Jesús era en edad mas joven. Jesús existe desde siempre como Dios. Nosotros también debemos reconocer a Jesús para alabarle y adorarle. Antes de recibirlo nos preparamos, lavamos el alma en la confesión, nos comprometemos a serle fieles en todo. Entonces, con reverencia y recogimiento interior, nos acercamos a comulgar.
Juan dijo: Jesús "ha de bautizar con Espíritu Santo". El bautismo de Juan no podía perdonar pecados. Era solo una preparación para la venida de Jesús. Es Jesús, el Cordero de Dios, quien con su sangre derramada en la Cruz, nos reconcilia con el Padre y nos envía el Espíritu Santo para que seamos uno en El. El Espíritu nos da las virtudes para poder obrar habitualmente según el bien, nos da los "carismas" que nos capacitan para ejercer la misión de edificar Su Iglesia.
Juan reconoce a Jesús como el "Hijo de Dios" El ha venido al mundo para que nosotros, unidos en El seamos también hijos de Dios.
Solo por gracia de Dios podemos conocer a Jesús. Pero vemos que Juan se preparó intensamente para esta gracia. No solo se preparó el mismo con oración, estudio de la Palabra y ayuno. También con gran valor exhortó a todos a la conversión y a la preparación. Juan es un hombre que vive lo que predica. Dios puede trabajar con personas como el.
Segunda Lectura
San Pablo dice que el es «llamado a ser apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios». Su identidad de apóstol es lo primero y lo que da sentido a toda su vida.
Pablo escribe «a los santos que El llamó».El quiere que todos los cristianos conozcan y vivan su identidad, llamados a la santidad. El cristiano encuentra su identidad en Cristo.
¿Cual es tu PRIMERA identidad, la que orienta toda tu vida? El enemigo nos la quiere robar. Nadie ni nada puede anteponerse a Cristo.
Ser santos: Ser uno con Jesús, permitiéndole a El reinar en nuestros corazones, viviendo su misión que es comunicar el amor. Abrazando cualquier sufrimiento y alegría.
Primera Lectura
Isaías también conoció al Señor. Al conocer a Dios el hombre descubre su propia identidad. Dios le llamó a ser su siervo con la gran misión de recoger a su pueblo y además ser luz de las naciones, para la salvación de todos. Isaías reconocía que Dios lo formó en el vientre de su madre, que estaba orgulloso de el. Pudo saber esto porque alababa a Dios y le daba gracias.
También nosotros podemos conocer a Dios y descubrir nuestra vocación si imitamos a estos grandes hombres.