LECTURAS CATÓLICAS I
 
GUIDO ADOLFO ROJAS ZAMORANO
LICENCIADO EN CIENCIAS RELIGIOSAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA DE BOGOTA.


JUSTIFICACIÓN: En este libro el autor explica de una manera clara, ágil y sencilla diferentes temas relacionados con la religión (1 Corintios 3,2); cada uno de ellos ha sido fundamentado al máximo en las dos fuentes de la Revelación Divina: la Santa Biblia y la Sagrada tradición (2 Tesalonicenses 2,15); Incluyendo los testimonios de los Santos Padres de la Iglesia (1 Timoteo 3,15). La obra constituye un valioso y eficaz material para los sacerdotes, religiosos(as), seminaristas, agentes de pastoral, catequistas; y para todos aquellos que quieren conocer más a fondo verdades importantes de la fe católica (1 Pedro 3,15).   
LECTURAS CATÓLICAS 
I. UNIDAD:
 
- ¿QUIÉN ES JESÚS?
- ¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS?
- DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUALES SOY CATÓLICO
- LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA
- LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE LA HUMANIDAD
 
II. UNIDAD:
 
- ¿ES VERDAD QUE ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS?
- ¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO?
- ¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO?
- ¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO?
- ¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA?
 
III. UNIDAD:
 
- ¿ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?
- MARÍA: LA NUEVA EVA
- LA VIRGEN MARÍA Y LOS DEMONIOS
- DOS CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN DE MARÍA
- LA VIRGEN MARÍA: PROTECTORA DE LOS EJÉRCITOS CATÓLICOS
 
IV. UNIDAD:
 
- CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA
- CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO
- UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA IGLESIA CRECIENDO EN GRACIA
 
V. UNIDAD:
 
- ¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?
- LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO
  
QUIEN ES JESÚS?
 
Muchas sectas cristiana tienen diferentes opiniones sobre el origen de Jesús, así por ejemplo:
 
- Para los TESTIGOS DE JEHOVÁ, Es la primera criatura creada por Dios, llamado también el “arcángel Miguel”.
- Para los MORMONES, Era el hermano gemelo del ángel rebelde Luzbel.
- Para los PENTECOSTALES, es Dios Padre que se hace hombre.
 
1. QUÉ ENSEÑA LA IGLESIA CATÓLICA
 
- Jesucristo es la segunda persona de la Santísima Trinidad (Mateo 28,19; 2 Corintios 13,14).
 
- En El existe dos naturalezas:
 
a. NATURALEZA DIVINA: Por ser el Hijo del Todopoderoso: “Yo publicaré el decreto, el Señor me ha dicho: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy” (Salmo 2,7).
b. NATURALEZA HUMANA: Por haber nacido de la Virgen María: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo (Lucas 1,31-32).
 
2. QUÉ CUALIDADES MENCIONA LA BIBLIA DE JESÚS 
- “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14,6).
- “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17,3).
- “Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra” (Filipenses 2,10).
- “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en el que podamos ser salvos”. (Hechos 4,12).

3. QUÉ FALSAS ACUSACIONES HICIERON LOS JUDIOS CONTRA JESÚS 
- “Por buena obra no te apedreamos, sino por blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10,33).
- “Mas los fariseos, al oírlo, decían: Este no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios” (Mateo 12,24).
 
4. QUÉ RELACION HAY ENTRE CRISTO JESÚS Y LA IGLESIA CATÓLICA 
- “Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su salvador” (Efesios 5,23).
- “Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no podrán vencerla” (Mateo 16,18).
 
5. CON QUÉ TÍTULOS IDENTIFICABAN LOS DISCÍPULOS AL HIJO DE DIOS 
- “Señor y Mesías” (Hechos 2,36)
- “Santo Hijo Jesús” (Hechos 4,27)
- “Príncipe y Salvador” (Hechos5,31)
 
¿CUÁL IGLESIA FUNDÓ JESÚS? 
INTRODUCIÓN: Hoy en día existen más de treinta mil congregaciones cristianas en todo el mundo, cada una de ellas reclama ser la verdadera, y en cuyas filas solamente se obtiene la salvación eterna. Pero la Iglesia Católica es la única que cuenta con el respaldo de las palabras del Divino Salvador: “Tú eres Pedro y sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16,18). 
 
I. ORIGEN DE LA IGLESIA CATÓLICA 
El Cristianismo estuvo conformado en sus mismas raíces históricas por el Catolicismo, que tiene a Jesús como “cabeza” (Colosenses 1,18; Efesios 5,23) y “piedra principal” (1 Pedro 2,4-7), al fundar su congregación sobre el apóstol Pedro (roca) (Mateo 16,16-18; Lucas 22,32; Juan 21,15-17). La palabra griega “Iglesia” Asamblea de Fieles (1 Corintios 1,2), “Católica” Universal (1 Corintios 12,13; Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9); fue utilizada por primera vez por san Ignacio de Antioquia a principios del siglo segundo de nuestra era. Esta tradición se ha mantenido hasta nuestros días con el Papa Benedicto XVI, quien es el 265 legítimo sucesor de San Pedro.
 
II. CÓMO SE FORMARON LAS DEMÁS IGLESIAS CRISTIANAS 
Desde los inicios de la Iglesia de Cristo se empezaron a presentar divisiones entre los cristianos, así lo da a conocer el apóstol Pablo: “Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones para que se hagan manifiesto entre vosotros los que son aprobados” (1 Corintios 11,19). “Quiero decir que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo?”. (1 Corintios 1,12-13). 
Nótese bien, que la intención del Señor Jesús es que hubiera “un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10,16), “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Corintios 1,11). Por lo tanto, cualquier persona que se declare auténtica seguidora de las enseñanzas del Hijo de Dios, tiene que pertenecer a la única y verdadera Iglesia fundada por El mismo hace más de dos mil años atrás (1 Timoteo 3,15). Con la sola excepción de la Iglesia Ortodoxa que se separó de la Católica en el siglo XI, pero que conserva la misma tradición histórica desde los apóstoles (Efesios 2,20); las demás confesiones cristianas fueron originadas por hombres (Gálatas 1,6-8; 2 Timoteo 4, 3-4), a partir del siglo XVI en Europa, con la llamada “Reforma Protestante”.
 
III. IGLESIAS QUE NACEN CON LA REFORMA PROTESTANTE
 
- Iglesia Evangélica, fundada en Alemania por Martín Lutero en 1517
 
- Iglesia Anglicana , fundada en Inglaterra por el Enrique VIII en 1534
 
- Iglesia Calvinista, fundada en Suiza por Juan Calvino en 1536
 
IV. PRINCIPALES IGLESIAS CRISTIANAS EN AMÉRICA
 
- Iglesia Anabapatista, fundada en Suiza por Stork y Munzer en 1525
 
- Iglesia Mennonita, fundada en Suiza por Menno Simonds en 1525
 
- Iglesia Presbiteriana, fundada en Escocia por Juan Knox en 1560
 
- Iglesia Congregacionista, fundada en Inglaterra por Roberto Brown en el siglo XVI
 
- Iglesia Bautista, fundada en Inglaterra por John Smith en 1611
 
- Iglesia Metodista, fundada en Inglaterra por John Wesley en 1739
 
- Iglesia Episcopaliana, fundada en Estados Unidos por Samuel Seabury en 1758
 
- Iglesia Unitaria, fundada en Inglaterra por Teófilo Lindley en 1774
 
- Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormona), fundada en Estados Unidos por José Smith en 1830
 
- Iglesia Adventista del Séptimo Día, fundada en Estados Unidos por Guillermo Miller en 1860
 
- Iglesia de Los Testigos de Jehová, fundada en Estados Unidos por Carlos Tazé Russell en 1879
 
- Iglesia Pentecostal, fundada en Estados Unidos por Carlos Parham en 1906
 
- Iglesia Asamblea de Dios, fundada en Estados Unidos por Hot Springs en 1914
 
- Iglesia Congregación Mita, fundada en Puerto Rico por Juanita García Peraza en 1940
 
- Iglesia Creciendo en Gracia, fundada en Estados Unidos por José Luis de Jesús Miranda en 1973 
- Iglesia Universal del Reino de Dios (pare de sufrir), fundada en Brasil por Edir Macedo en 1977
 
DIEZ RAZONES BÍBLICAS POR LAS CUALES SOY CATÓLICO
Mientras más se estudie la historia de la Iglesia Católica, más se convence de la verdad del cristianismo
Prof. Franco Molinari 


1. “Cristo es cabeza de la iglesia. Cristo es también el Salvador de la iglesia, la cual es su cuerpo” (Efesios 5,23). 
¡Cuántas veces no nos hemos preguntado ante la gran avalancha de Iglesias Cristianas! ¿Cuál de todas ellas es la verdadera? Al respecto, decía San Cipriano en el siglo III, que “nadie puede tener a Dios por Padre, sino tiene a la Iglesia Católica por Madre”. Asimismo, el cardenal John Henry Newman agregaba que “para conocer la historia del cristianismo, es necesario dejar de ser protestante”. Por esta razón, los católicos afirmamos que nuestra religión no fue fundada por ningún hombre, como ocurre con las demás confesiones cristianas, y que muchas veces como “lobos feroces” quieren acabar con la iglesia (Hechos 20,29-30). Sino por el contrario, tiene sus orígenes en Jesucristo que es la “roca firme” (Mateo 7,24-25), y por lo tanto, nadie puede construir sobre otro cimiento (1 Corintios 3,9-11; 10,4; Efesios 2,20; 1 Pedro 2,4-6).
 
En cuanto al término “Iglesia Católica”, viene de dos palabras griegas: “Iglesia” (Ekklésia) asamblea de fieles (1 Corintios 1,2), y “Católica” (katholikós) universal (Romanos 15,10-11; 1 Corintios 12,13; Colosenses 3,11; Apocalipsis 7,9). Fue utilizada por primera vez, por san Ignacio de Antioquía a principios del siglo II, cuando escribió una carta a los fieles de Esmirna: “Allí donde está Cristo Jesús, está la Iglesia Católica”. Ahora bien, la importancia del catolicismo, y su impacto en la historia de la humanidad han sido muy profundos. Hablamos de una institución que ha existido más que ningún imperio en la historia de la civilización. Ha durado tres veces más que el imperio romano, y dos veces más que las dinastías de los faraones de Egipto y de los emperadores de la China.
 
2. “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates en este mundo, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates en este mundo, también quedará desatado en el cielo” (Mateo 16,18-19). 
Hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino la de Jesucristo representado en el apóstol; ya que Jesús mismo es el “pastor principal” (1 Pedro 5,4). Aunque algunas iglesias cristianas se han atrevido a decir que el pasaje del evangelio de Mateo fue añadido en el siglo II. No obstante, en 1952 el teólogo y exegeta alemán protestante, Oscar Cullmann, reconoció en su libro “El Primado de Pedro”, que este texto del apóstol Mateo es auténtico, y que de hecho designa a la persona de Pedro como el fundamento de la Iglesia de Cristo (Comparar con Lucas 22,31-32; Juan 21,15-17). Igualmente, por haber sido Roma la ciudad donde los santos apóstoles Pedro y Pablo murieron por el evangelio (hacia el año 67), fue tenida desde los albores del cristianismo como la sede principal de la Iglesia del Señor. Hacia el año 95, al final del reinado de Domiciano, se conserva una carta del papa San Clemente Romano (tercer sucesor de Pedro), a la comunidad cristiana de Corintio, donde habla del “glorioso martirio de los apóstoles Pedro y Pablo en Roma”. San Ignacio de Antioquia en el año 106 escribió: “A la Iglesia que preside en la ciudad de la región de los romanos, digna de Dios, digna de honor, digna de bendición, digna de alabanza, digna de ser escuchada, digna de castidad y presidente de la fraternidad según la ley de Cristo”.
Del mismo modo, hacia el año 180 San Ireneo, obispo de Lyón, afirmó que la Iglesia de Roma debía tenerse como “la mayor, la más antigua y la más famosa de todas las iglesias”. 

3. “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo lo resucitaré en el día último. Porque mi cuerpo es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida” (Juan 6,54-55).
Para la mayoría de las Iglesias protestantes, la “Eucaristía” (acción de gracias), es solamente un simbolismo de las palabras de Jesús en la “Ultima Cena”, celebrado con los apóstoles en la víspera de la fiesta de la Pascua (Pésaj), el jueves santo del año 33 de nuestro era. Por otro lado, para las Iglesias Católica y Ortodoxa, fieles a la tradición del mensaje divino, han enseñado que la “Eucaristía” es verdaderamente la presencia del Cristo en la “Hostia”, que será entregado por todos nosotros, y en el “Vino”, que será derramado por todos nosotros, como un “nuevo pacto” con su muerte redentora en la cruz (Lucas 22,19-20). Por eso, el Hijo de Dios mandó a conmemorar a sus discípulos este acontecimiento, en recuerdo suyo (1 Corintios 11,25), hasta que El vuelva (1 Corintios 11,26).
 
En los anales de la Iglesia Naciente hay constancias escritas, como el testimonio de San Justino Mártir, quien hacia el año 155, le explicaba al emperador romano Antonio Pío, sobre el memorial que hacían los católicos: “Los fieles que asistían al santo sacrificio comulgaban bajo ambas especies. Los hombres recibían la santa hostia en su mano y las mujeres en un lienzo blanco; unos y otros bebían del cáliz que les presentaba el sacerdote o el diácono. Al distribuir el pan, el sacerdote o el diácono, decía: “Corpus Christi”, y al presentar el cáliz: “Sanguis Christi”, y el que comulgaba respondía: “Amén”. Lo que sobraba del vino consagrado se repartía entre los niños presentes, y el pan consagrado restante era llevado a los enfermos y a los cristianos presos en los cárceles” (Comparar con Hechos 2,42). También San Ireneo, en su obra contra las herejías (año 180), escribe: “El vino y el pan al recibir las palabras consagratorias se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo”.  


Podemos resaltar además el famosos milagro eucarístico que se conserva en Lanciano (Italia), cuando en el siglo VIII, durante la misa un monje basiliano dudó de la presencia real de Cristo en el momento de la consagración, y para asombro suyo la “Hostia” se convirtió en carne de corazón humano y el “Vino” en sangre de tipo AB [la misma de la Sábana santa en que envolvieron el cuerpo del Hijo del hombre al ser bajado de la cruz, y que se conserva en Turín (Italia)]. Este milagro ha sido plenamente confirmado por los resultados de los análisis de la ciencia moderna, y cuenta con el respaldo de la Organización Mundial de la Salud (ONU).  

4. “Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud” (2 Timoteo 3,16). 
La Iglesia Católica ha sido la custodia de la Palabra de Dios, así por ejemplo: Hacía el año 170, se realizó el primer catálogo de los libros del Nuevo Testamento; llamado el canon (o lista) de Moratori. Este contenía los cuatro Evangelios y las 13 cartas de San Pablo. El teólogo Orígenes (182-254), aseguraba que los cristianos del siglo III, usaban la versión de los libros del Antiguo Testamento llamada de Los Setenta (que incluyen 46 libros), aunque algunos judíos no lo aceptaban. En Antioquía, el sacerdote Luciano (+312), hizo una revisión crítica del Antiguo Testamento de la versión de los “Setenta”. San Atanasio en el año 367 da la lista definitiva de los 27 libros del Nuevo Testamento. La totalidad de los libros aceptados como de inspiración divina, se reconocieron en los concilios de Hipona (393), y el de Cartago (397). La Vulgata (o divulgada) fue la primera versión autorizada de la Biblia de los textos originales del hebreo, arameo y griego al latín; fue hecha por San Jerónimo en el siglo IV, en la misma cueva de Belén donde nació el Salvador del mundo. Antes de Martín Lutero, con la reforma protestante (siglo XVI), existían 56 ediciones de la Biblia en diferentes idiomas en todo el continente europeo. La primera Biblia impresa en la historia fue la Vulgata Latina, por el alemán Johannes Gutenberg en el año 1455. Este ejemplar se encuentra hoy en la biblioteca de Moscú (Rusia). La división de la Biblia en capítulos y versículos del Nuevo Testamento, fue elaborada por el teólogo Esteban Langton; arzobispo católico de Canterbury en el año 1214; mientras que la del Antiguo Testamento, fue impuesta por el fraile dominico Santos Pagnini, en el año 1517. Estas dos modalidades han sido aceptadas por las demás Iglesias Cristianas. En el año 1892 el papa León XIII creó la escuela bíblica de Jerusalén, bajo la dirección de la orden de los dominicos; quienes se encargan de las excavaciones arqueológicas en Tierra Santa. En el año 1907, el papa San Pío X dio origen al instituto pontificio de estudios bíblico, a cargo de los jesuitas. Hoy en día existen diferentes ediciones católicas de la Palabra de Dios (2 Tesalonicenses 3,1).  


5. “Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos. Bautícenlas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñeles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28, 19-20).  


Este mandato divino de dar a conocer la “Buena Nueva” se cumple desde los apóstoles (enviados), cuando “todos los días, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y predicar a Jesucristo” (Hechos 5,42; 20,20). Posteriormente, se ha visto testificada con la cristianización de los césares romanos, con Constantino el Grande, el primer Princeps Christianus (Príncipe Cristiano), y luego confirmado con Teodosio I; ambos en el siglo IV.  Después de esto, sacerdotes y monjes benedictinos, hicieron lo mismo con las tribus bárbaras que poblaban toda Europa; especialmente con la conversión del rey franco Clodovedo en el 496, y con el gran monarca protector de la Iglesia Católica, Carlomagno (742-814). A partir del siglo XVI el catolicismo se extendió por el resto del mundo, gracias a la Predicación de valientes misioneros franciscanos, dominicos, jesuitas, mercedarios, agustinos y demás (Hechos 1,8). 
6. “Dichosos los que sufren persecución por hacer lo que Dios exige, pues el reino de Dios les pertenece” (Mateo 5,10). 
A lo largo de la historia de la salvación la Iglesia Católica es la que ha dado más mártires (testigos de la fe) en el cristianismo. Se calcula que en veintiún siglos han sido 70 millones, entre los que se encuentran papas, obispos, sacerdotes, religiosos, monjas, misioneros, catequistas, neo-catecúmenos, seglares, niños y niñas. Solamente en los cuatro primeros siglos durante las represarías del imperio romano, se estima que fueron once millones. Al respecto, el escritor romano Tácito (siglo II), narra como a los condenados se les colocaba pieles de animales para ser devorados por los leones y los mastines en el circo máximo; a otros les untaban grasa de cerdo para ser luego amarrados a los postes en los jardines imperiales o en la Vía Apia, como antorchas humanas en la noche; o también eran crucificados vivos en masa, por haber proclamado con valentía antes los tribunales paganos: “Chistianus Sum” (Soy Cristiano). Cumpliéndose así la célebre frase de Tertuliano (siglo III): “la sangre de los mártires es semilla para nuevos cristianos” (Apocalipsis 18,24). Del mismo modo, en el siglo XX hubo un promedio de 27 millones de católicos que murieron por la fe; como en las persecuciones religiosas en España, México, la Alemania nazi, en la ex Unión Soviética, en la China comunista, en las guerras internas de algunos países de África, América Latina y demás (1 Pedro 2,20-21). Ellos son “los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero” (Apocalipsis 7,14), están “vestidos de blanco y llevaban hojas de palma en las manos” (Apocalipsis 7,9). 
7. “Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Me faltó ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme” (Mateo 25, 34-36). 
Ninguna otra institución a nivel mundial ha hecho más por el prójimo como la Iglesia Católica; y es así como desde los tiempos de la iglesia primitiva, los obispos construían casas de protección para las viudas y huérfanos, y albergues para los peregrinos. En tiempos del papa Cornelio (siglo III), la Iglesia Romana atendía a 1.500 viudas y huérfanos. Los hospitales de caridad nacen con la reina Santa Isabel de Hungría (siglo XIII). La asistencia a los enfermos se dio por medio de comunidades religiosas fundadas por San Juan de Dios, es España (siglo XVI); o San Camilo de Lelis, en Italia (siglo XVII). El amor a los esclavos africanos, fue el apostolado que caracterizó la vida de San Pedro Claver, en Colombia (siglo XVII). Las escuelas públicas son obra de santos como San Juan Bautista de la Salle, en Francia (siglo XVII); San José de Calasanz, en Italia (siglo XVIII); San Marcelino Champagnat, en Francia (Siglo XIX) o San Juan Bosco, en Italia (siglo XIX). La protección de los derechos civiles de los obreros fue iniciada por el Papa León XIII en el siglo XIX. Hoy en día la ONU ha reconocido que la Iglesia Católica, es la institución a escala mundial, que más asiste a la mujer en el campo de la salud, la educación y la promoción humana. También se ocupa del 26% de todos los enfermos de SIDA en el mundo. La labor social en todo el planeta, está distribuida de la siguiente manera: 42 mil escuelas, 1.600 hospitales, 6.000 dispensarios, 780 leprosarios y 12 mil obras caritativas y sociales (Santiago 2,26).
 
8. “La iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad” (1 Timoteo 3,15). 
La Iglesia Católica a través de los siglos ha defendido la verdadera doctrina del cristianismo (Gálatas 1,6-9), de las continuas herejías (falsas enseñanzas) que empezaron a circular desde los tiempos de los apóstoles (2 Pedro 2,1-2). Esta misión se ha dado por medio de:
- Los Padres Apostólicos: Fueron aquellos santos que conocieron en vida a los Apóstoles, como: San Papías, San Ignacio de Antioquía, San Policarpo, San Clemente Romano, San Justino Mártir. 
- Los Padres de la Iglesia: Fueron los escritores tanto de la Iglesia en Oriente como en Occidente (Siglos II al VIII), como: San Atanasio, San Juan Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San Ambrosio. 
- Los Doctores de la Iglesia: Son aquellos que a parte de haber llevado una vida de virtud, sobresalieron por su ciencia eminente en la doctrina del catolicismo, muchos además fueron Padres de la Iglesia; y han sido declarados como tales por el Sumo Pontífice o un Concilio Universal. Son 33 en total, como: San Agustín, San Jerónimo, Santo Tomás De Aquino, San Buenaventura, San Alfonso De Ligorio, San Juan de la Cruz; incluyendo además a tres mujeres: Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila y Santa Teresita del Niño Jesús. 
- Los Concilios Ecuménicos (Universales): Son la reunión del Papa con los obispos para darle respuesta a una cuestión de fe. Se han celebrado 21 Concilios Ecuménicos.
 - Las Encíclicas: Son cartas pastorales del Romano Pontífice para apoyar o aclarar lo dicho anteriormente.
 
9. “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas” (Lucas 1,48-49). 
La Iglesia Católica siempre ha visto en la Virgen María no solamente a la Madre del Salvador (Mateo 1,18), sino también a la Madre de todos los creen en Jesús (Apocalipsis 12,17), obedeciendo así el cuarto mandamiento de la ley de Dios: “Honra a tu padre y a tu Madre” (Marcos 7,10). La palabra “honrar” en hebreo también significa “glorificar”. Por lo tanto, Jesús que es el hombre perfecto (Hebreos 7,28), también “glorificó a su Madre”. Los padres franciscanos al construir la actual basílica de la Anunciación en Nazaret, encontraron un grafito del siglo II que dicen: “Charia María” (alabada sea María). Igualmente, en la catacumba de Priscila en Roma, hay una pintura del mismo siglo, que representa a la Virgen María y al Niño en compañía del profeta Balaam. Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo papiro, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, o Virgen Gloriosa y Bendita”. Aquí aparece por primera vez la expresión griega “Theotókos”, que literalmente significa “la que ha engendrado a Dios” (Lucas 1,41-45).  
10. “Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto” (Mateo 5,48).
La santidad se ha definido teológicamente como la manifestación del Altísimo en los seres humanos, para que caminen en su presencia y cumplan sus mandatos. Los cristianos por la gracia de Dios participan de este privilegio, y por eso los apóstoles Pedro y Pablo usan la palabra “santo”, para referirse a los fieles y a las comunidades de creyentes (Hechos 9,32; 1 Corintios 1,2); ya que por el bautismo somos liberados del pecado y unidos en Cristo Jesús, quien es el “Santo de los santos” (Hebreos 7,26). Asimismo, todo aquel que está en el cielo, y participa de la visión beatífica del Padre Celestial, es considerado como “santo” (Colosenses 1,12).  
En la “imitación de Cristo” cada santo(a) tiene su propio ideal de lo que es la perfección cristiana, y en ninguna otra faceta de la historia de la humanidad, se encuentra tanta variedad como en la galería de los santos; pues los hay desde papas, cardenales, obispos, sacerdotes, diáconos, monjes, religiosos(as), emperadores y emperatrices, reyes y reinas, presidentes, militares, políticos, abogados, científicos, médicos, campesinos, amas de casa, niños(as) entre muchos otros. Hay también santos(as) llamados “místicos” que tienen dones o privilegios especiales (1 Corintios 12,28-31), tales como: revelaciones particulares, profecías, glossolalia (don de lenguas) o xenoglosia (hablar en lenguas extranjeras), estigmas, visiones, alocuciones (mensajes de parte de Dios), sueños de Jesús, María, los ángeles u otro santo, bilocación (estar en dos lugares al mismo tiempo), clarividencia espiritual (Conocer el estado del alma de otra persona), y levitación (levantarse del suelo). Hay que aclarar que ningún santo(a) incluyendo a la virgen María pueden hacer un milagro, solamente sirven de intermediarios ante El Señor Jesús (1 Timoteo 2,5). 
Desde la época del papa San Clemente en el siglo I, se empezaron a investigar los procesos y las actas de martirio de los cristianos que habían sido sacrificados en las persecuciones del emperador Nerón César. Inicialmente era el mismo fervor popular que proclamaba el culto a los santos, ya que “la voz del pueblo, es la voz de Dios” (Vox Populi, Vox Deus). Igualmente, los obispos hicieron trasladar a sus diócesis las reliquias de un santo o mártir. La práctica de celebrar la liturgia sobre las tumbas de los mártires en las catacumbas de Roma, fue instituida por el papa San Félix en el año 269. No fue sino hasta el año 993, cuando el papa Juan XV intervino personalmente en el proceso de canonizar formalmente a un santo, y lo hizo con Udalrico, obispo de Augsburgo (Alemania). En XXI siglos de existencia de la Iglesia Católica han habido unos 10000 santos(as) canonizados (Hebreos 12,1).
 
LA BIBLIA: EL LIBRO DE INTERPRETACIÓN DIVINA 
Toda Escritura inspirada por Dios es útil para enseñar, reprender, corregir, instruir en la justicia, para que el hombre de Dios viva santamente, y lleno de buenas obras.
San Pablo (2 Timoteo 3,16). 
El que lee la Biblia está más cerca de Dios, o sea de la verdad misma.
Papa San Gregorio Magno.
 
INTRODUCCIÓN: Siempre se ha dicho que la persona que lee la Biblia se vuelve loca. Ciertamente la lectura de este Libro Sagrado no es fácil. Ahora bien, los católicos debemos de estar seguros que la Palabra de Dios es verdadera (Juan 17,17); “permanece para siempre” (Isaías 40,8; Baruc 4,1; 1 Pedro 1,25); el leer sus páginas trae una bienaventuranza (Apocalipsis 1,3). Por esta razón, la Iglesia Católica recurre a dos ciencias llamadas “EXÉGESIS” y “HERMENÉUTICA”, para darle la correcta interpretación de cada texto.
 
I. LA BIBLIA Y EL PUEBLO JUDÍO 
El pueblo de Dios de la “Antigua Alianza”, recurría a la Torá para entender los designios de Yahvé, bajo la conducción de personas versadas en las Santas Escrituras, como sucedió con Moisés durante la travesía en el desierto del Sinaí, cuando “tomó el libro del pacto y se lo leyó al pueblo, y ellos dijeron: -Pondremos toda nuestra atención en hacer lo que el Señor ha ordenado. Entonces Moisés tomo la sangre y, rociándola sobre la gente, dijo: -Esta es la sangre que confirma el pacto que el Señor ha hecho con ustedes, sobre la base de todas estas palabras” (Éxodo 24,7-8). Posteriormente, cuando los israelitas habían regresado de la cautividad en Babilonia, el sacerdote Esdras y los levitas “leían en voz alta el libro de la ley de Dios, y lo traducían para que se entendiera claramente la lectura. Y como todo el pueblo lloraba al oír los términos de la ley, tanto el gobernador Nehemías como el maestro y sacerdote Esdras, y los levitas que explicaban la ley al pueblo, dijeron a todos que no se pusieran tristes ni lloraran, porque aquel día estaba dedicado al Señor, su Dios” (Nehemías 8,8-9).
 
II. JESÚS: LA REVELACIÓN COMPLETA
 
Jesucristo es la “Palabra” de Dios que se hace carne (Juan 1,1; 1 Juan 1,1), quien tiene el poder de darle la auténtica interpretación de la verdad revelada. Ya en su vida pública fueron muchas las ocasiones en que tuvo la oportunidad de instruir a los hombres, así por ejemplo:
 
- “Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: -Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él” (Juan 3,1-2).
- “Uno de los jefes (de los judíos) le preguntó a Jesús: Buen Maestro, ¿Qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: -¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: ‘No cometas adulterio, no mates, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, y honra a tu padre y a tu madre.’ El hombre le dijo: -Todo eso lo he cumplido desde joven. Al oír esto, Jesús le contestó: -Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme” (Lucas 18,18-22).
- Después de su resurrección, el Mesías le explica a los dos discípulos camino de Emaús “todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas” (Lucas 24, 27). Cuando Cristo al partir el pan desaparece en medio de ellos, “se dijeron el uno al otro: -¿No es verdad que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lucas 24,32).
- Más adelante, hizo lo mismo con los apóstoles: “-Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos. Entonces hizo que entendieran las Escrituras” (Lucas 24,44-45).
 
Por otra parte, la gran mayoría del pueblo hebreo con sus jefes, debido a su ceguera espiritual, no quisieron seguir su doctrina; y es así como:
 
- “Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. En el día de reposo entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito: ‘El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor’. Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los que estaban allí seguía mirándole. El comenzó a hablar, diciendo: -Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes…Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se enojaron mucho. Se levantaron y echaron del pueblo a Jesús, llevándolo a lo alto del monte sobre el cual el pueblo estaba construido, para arrojarle abajo desde allí. Pero Jesús pasó por en medio de ellos y se fue” (Lucas 4,16-21.28-30).
- Aunque el mismo Cristo reconocía que existían autoridades religiosas encargados de interpretar la ley mosaica (Mateo 23,2), también reprendió su tremenda obstinación: “Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque son las Escrituras las que hablan de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida” (Juan 5,39-40).
- En la sinagoga de Capernaum, el Ungido de Dios dejó ver en claro que el es el “verdadero pan que da vida”, “Al oír estas enseñanzas, muchos de los que seguían a Jesús dijeron: -Esto que dice es muy difícil de aceptar; ¿Quién puede hacerle caso?...Desde entonces, muchos de los que habían seguido a Jesús lo dejaron, y ya no andaban con él” (Juan 6,60.66).
- “El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes no son de Dios, no quieren escuchar” (Juan 8,47). 
 
III. LA BIBLIA EN LA IGLESIA APOSTÓLICA 
Los apóstoles y discípulos fueron unos verdaderos conocedores de la Palabra de Dios, bajo la guía del Espíritu Santo, así lo narran varios pasajes del libro de los Hechos, conocido como el “Testamento de los Apóstoles”:
 
- En el discurso de Pedro en el templo en el llamado pórtico de Salomón, les proclama a los hebreos la salvación que viene por medio de Jesucristo, y les dice: “Moisés anunció a nuestros antepasados: ‘El señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo aquel que no haga caso a este profeta, será eliminado del pueblo’. Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de estos días”. (3,22-24).
- Por el camino que conduce de Jerusalén a Gaza, el diácono Felipe “se encontró con un hombre de Etiopía. Era un alto funcionario, tesorero de la reina de Etiopía, el cual había ido a Jerusalén a adorar a Dios. Iba de regreso a su país, sentado en su carro y leyendo el libro del profeta Isaías. El Espíritu le dijo a Felipe: ‘Ve y acércate a ese carro’. Cuando Felipe se acercó, oyó que el etíope leía el libro de Isaías; entonces le preguntó: -¿Entiende usted lo que está leyendo? El etíope le contestó: -¿Cómo lo voy a entender, si no hay quien me lo explique? Y le pidió a Felipe que subiera y se sentará junto a él…Entonces Felipe, tomando como punto de partida el lugar de la Escritura que el etíope leía, le anunció las buenas noticias acerca de Jesús” (8,27-31.35).
- En la sinagoga de Berea, los judíos “día tras día estudiaban las Escrituras para ver si era cierto lo que les decía (Pablo y Silas). De modo que muchos de ellos creyeron, y también creyeron muchos de los griegos, tanto mujeres distinguidas como hombres” (17,11-12).  
No obstante y al igual que le pasó al Divino Maestro, no todos tenían la misma disposición para recibir la “Buena Nueva”, como por ejemplo: 
- Apolos, un hebreo converso natural de Alejandría, era un “varón elocuente, poderoso en las Escrituras” (Hechos 18,24). En Acaya, “fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando con las Escrituras que Jesús era el Cristo” (27-28).
- Pablo, el apóstol de las naciones, le exhortaba a sus paisanos: “Precisamente porque tenemos esta esperanza, hablamos con toda libertad. No hacemos como Moisés, que se tapaba la cara con un velo para que los israelitas no vieran que aquel resplandor se iba apagando. Pero ellos no entendieron así, y todavía ahora, cuando leen el antiguo pacto, ese mismo velo les impide entender, pues no les ha sido quitado, porque solamente se quita por medio de Cristo. Hasta el día de hoy, cuando leen los libros de Moisés, un velo cubre su entendimiento. Pero cuando una persona se vuelve al Señor, el velo se le quita” (2 Corintios 3,12-16). 
 
LA BIBLIA: EL LIBRO MÁS DIVULGADO Y DESCONOCIDO DE LA HUMANIDAD 
 “Vienen días, -afirma el Señor- en los cuales mandaré hambre a la tierra; no hambre de pan, ni sed de agua, sino hambre y sed de oír la palabra del Señor”
Amos (8,11) 
 “Hay muchas personas muy letradas en las ciencias, pero analfabetas en el Libro de Dios”
Evely
I. INTRODUCCIÓN 
Según cifras publicadas por Las Sociedades Bíblicas Unidas, hoy en día las Sagradas Escrituras están disponibles completa o en partes en 2400 idiomas, frente a las 6500 lenguas que se hablan en el planeta. Más del 90% de la humanidad tiene acceso a como mínimo, una porción de la Biblia en su idioma nativo. Cada año se vende más de 14 millones de Biblias, y más de 25 millones del Nuevo Testamento. Se calcula que se han distribuido unos cinco mil millones de ejemplares. No obstante, una reciente encuesta realizada en Estados Unidos, ha demostrado que el 12% de las personas leen la Biblia cada día, 16% de quienes se declaran cristianos afirman leerla todos los días. Solo 2 de cada 10 personas fueron capaces de indicar quién pronunció el Sermón del Monte, y ninguno de los encuestados logró citar más de tres o cuatro de los Diez Mandamientos. Los jóvenes alemanes tampoco están ajenos a esta realidad, ya que solamente el 1% lee las Sagradas Escrituras con mucha frecuencia; el 2%, a menudo; el 19%, pocas veces, y cerca del 80%, nunca. Los porcentajes son similares en otras naciones. Otro sondeo señalaba cuántos individuos estaban familiarizadas con los Diez Mandamientos y se guiaban por ellos: El 67% de los mayores de 60 años los conocían y cumplían, mientras que el número era solo del 28% en el caso de los menores de 30 años. Una investigación realizada en Italia, Francia y España por la Alianza Bíblica Universal, dio como resultado que la relación de los fieles laicos con los textos sagrados se da sobretodo en la misa dominical, pero el conocimiento de la Biblia sigue siendo muy deficiente. En muchos hogares católicos la Palabra de Dios se han convertido en un adorno decorativo, donde se exhibe el salmo 23 o el 91.
II. LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y EL PUEBLO JUDÍO 
Los judíos la llaman Séfer (libros), o Miqná (lectura). Clasificaban las Escrituras (ha Ta Nak) en tres grupos: la ley (Torá), los profetas (Nebiím) y otros escritos (Ketubím). En la antigüedad y hoy en día los llamados “judíos ortodoxos”, tienen la costumbre de llevar los mandamientos en un cofre negro de cuero llamado Tefilín, atado con una cinta en la frente y otro en el brazo derecho (Deuteronomio 6,6-9). Los hebreos estudiaban la Torá (Enseñanza) en las sinagogas, que eran lugares de culto, escuelas bíblicas, hospederías y centro de difusión y propagación del judaísmo entre los paganos. Los niños asistían desde los seis años, a partir de los doce era considerado como mayor de edad, y por lo tanto responsable del cumplimiento de la ley mosaica, y apto para leer los rollos sagrados. En las sinagogas se recita la Shemá, confesión de fe que incluía el Deuteronomio (6,5): “Tienes que amar al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente”. Estas palabras sagradas se les enseñan a los infantes desde pequeños y son las últimas que se dicen antes de morir. Todas las ceremonias religiosas sin excepción son conducidas por un rabino. Un rabino es doctor de la ley mosaica, jefe espiritual y religioso de una comunidad en particular. Los judíos de familias importantes mandaban a sus hijos entre los 16 o 18 años, a estudiar con algún rabino o sabio famoso. 
En el Antiguo Testamento encontramos varios ejemplos que demuestran la importancia de que el pueblo de Dios estuviera familiarizado con los textos veterotestamentarios (Salmo 1,1-2; Eclesiástico 24,23): 
Moisés le ordena a los ancianos de Israel que cada siete años durante la fiesta de las Enramadas, todo el pueblo se reúna “para que escuchen la lectura de la ley y aprendan a respetar al Señor su Dios, y pongan en práctica todo lo que se dice en ella” (Deuteronomio 31,9-12). 
El mismo legislador deja constancia que cuando un rey judío “tome posesión del poder, mandará que le hagan una copia escrita de esta enseñanza, tomada del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas. Siempre deberá tener esa copia consigo, y leerla todos los días de su vida, para que aprenda a reverenciar al Señor su Dios, a respetar todo el contenido de esta enseñanza y a poner en práctica sus mandatos” (Deuteronomio 17, 18-19). Esta instrucción fue tomada al pie de la letra por su sucesor Josué (Josué 1, 7-8), en el reinado de Josías después de que la nación de Israel había caído en la idolatría (2 Reyes 23, 1-3), y por el maestro Esdras, cuando los hebreos habían regresado de la cautividad en Babilonia (Nehemías 8, 1-9). 
Los profetas estudiaron e investigaron acerca del plan de la salvación de Dios que en su infinita bondad tenía destinado (1 Pedro 1,10; Romanos 16, 25-26). 
 
III. LAS SAGRADAS ESCRITURAS EN LA VIDA DE JESÚS Y LOS APÓSTOLES 
Jesús era un hebreo observante de la Torá, y debió de haber sido educado en la sinagoga de Nazaret. Como se vio anteriormente no era de extrañarse el hecho que cuando contaba 12 años de edad, hubiera estado tres días en el templo de Jerusalén “sentado entre los maestro de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que le oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas” (Lucas 2,46-47). Cuando empieza su vida pública después de los 30 años, los fariseos, escribas, apóstoles y discípulos lo identificaban como un “Rabi” o “rabuni” (Juan 3,2; Lucas 18,18; 20,39; Juan 1,49; 20,16). Por eso lo llamaban “Maestro y Señor” (Juan 13,13), “poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (Lucas 24,19). Fue esta la razón por la cual un día sábado en la sinagoga de su pueblo, se le permitió leer y comentar el rollo del profeta Isaías (Lucas 4, 16-30). 
Muchos de los apóstoles y discípulos, eran hombres conocedores de la Santa Palabra de Dios: Saulo de Tarso (más tarde Pablo), estudió la ley mosaica en Jerusalén con el respetado maestro Gamaliel (Hechos 22,3). “Apolos, que era de la ciudad de Alejandría. Era muy elocuente y conocía muy bien las Escrituras” (Hechos 18,24). El joven Timoteo, quien desde niño estudiaba las Sagradas Escrituras (2 Timoteo 3,15). El mismo apóstol Pablo quien lo había nombrado obispo de Efeso, le hace la siguiente indicación: “Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos” (1 Timoteo 4,13).  
El entender a fondo las verdades de la Biblia, fue una eficaz herramienta en los recorridos misioneros del apóstol de los gentiles y sus compañeros de travesía, y es así como “En su viaje, Pablo y Silas pasaron por Anfípolis y Apolonia, y luego a Tesalónica, donde los judíos tenían una sinagoga. Pablo, según su costumbre, fue a la sinagoga, y cada día de reposo, durante tres semanas, discutió con ellos. Basándose en las Escrituras, les explicaba que el Mesías tenía que morir, y que después de muerto tenía que resucitar. Les decía: -este mismo Jesús que yo les anuncio a ustedes, es el Mesías. Algunos de los judíos creyeron, y se unieron a Pablo y Silas. También creyeron muchos griegos que adoraban a Dios, y muchas mujeres distinguidas”. (Hechos 17, 1-4).  
IV. LAS SAGRADAS ESCRITURAS EN LA IGLESIA PRIMITIVA 
La llamada “Carta de San Bernabé”, de autor desconocido, escrita en Alejandría a fines del siglo I, cita claramente al evangelio de San Mateo y San Marcos. Alude también a san Lucas y presenta palabras e ideas del de San Juan 
La “Doctrina de los Doce Apóstoles”, el catecismo más antiguo que se conoce (del siglo I), escrito probablemente en Siria, tiene referencias de los cuatro evangelios 
San Ignacio de Antioquia quien murió mártir en el Circo Máximo de Roma hacia el 117. Dejó siete cartas a diversas iglesias de Asia Menor inspiradas en los evangelios de Mateo y Lucas 
En el año 130 D.C.; San Papías (discípulo del apóstol Juan), escribió la obra Explicaciones de los dichos del Señor, considerada como la primera exégesis (explicación bíblica) de los Evangelios  
Entre los años 150 al 170, Taciano, discípulo de San Justino Mártir; compuso su obra “El Diatessarom”, un relato de la vida de N. S. Jesucristo elaborada a partir de los cuatro evangelios 
Los primeros cristianos tenían la antigua costumbre de colgar del cuello una tablilla con un escrito de la “Buena Nueva”
 
¿ES VERDAD QUE ESTAMOS VIVIENDO LOS ÚLTIMOS TIEMPOS? 
INTRODUCCIÓN: Algunas sectas cristianas de corte apocalíptico están proclamando a los cuatro vientos la proximidad del “FIN DEL MUNDO”, y para ello recurren a comparar las profecías bíblicas con la realidad actual. Ante este presagio tan preocupante se ha querido hacer el siguiente informe. 
I. PANORAMA MUNDIAL  
“EN EL CIELO SE VERÁN COSAS ESPANTOSAS Y GRANDES SEÑALES” (Lucas 21,11).
 
- El actual calentamiento del Mundo es debido en un 90% a la mano del hombre.
- El agujero de la capa de ozono corresponde a dos veces el tamaño de Europa.
- Las olas de calor son más frecuentes. De acuerdo a los meteorólogos el año 2007 es el más caluroso que se tenga registrado desde 1659.
- El hielo del Polo Norte podría derretirse completamente en el verano del 2100.
- Con la elevación del nivel del mar en 50 años, podrían desaparecer algunas islas, y zonas fértiles. Estas transformaciones obligarán a 200 millones de personas a abandonar sus casas y el número de refugiados climáticos será superior al de refugiados de la guerra.
- Más de la mitad de los corales podrían desaparecer en 25 años debido al aumento de las temperaturas marinas, los sedimentos de la construcción y otros ingredientes tóxicos.
- Entre 1990 y el 2000 se perdió una tercera parte del área global cubierta por manglares, donde habitan el 85% de las especies comerciales en los trópicos.
- Si la humanidad sigue consumiendo los recursos naturales como lo está haciendo hoy, para el 2050 necesitaría dos planetas Tierra para abastecer sus necesidades básicas.
- En los últimos 33 años, ha habido una disminución en un 30% de especies tanto terrestres como marinas y de agua dulce.
- Debido a la pesca excesiva en el 2050 desaparecerán casi todas las especies de peces y de crustáceos para consumo humano.
- El ritmo de pérdidas de bosques a escala mundial es de 9 millones de hectáreas por año.
- Entre el 5% y 20% de especies de animales y plantas están en peligro de extinción.
- Todos los años mueren tres millones de personas por la contaminación ambiental.
- En nuestro planeta solo el 3% del agua es potable, sin embargo, el incremento de la demanda por el preciado líquido ha superado en más del doble a la tasa del crecimiento demográfico.
- 1.100 millones de personas no tienen actualmente acceso al agua potable, y 2.600 millones carecen de red de saneamiento básico, entre ellos 980 millones de niños. Una gran cantidad corresponde a naciones de África, Asia y América Latina.
- Alrededor del 80% de todas las enfermedades y más de una tercera parte de
- todas las muertes en los países en desarrollo son causados por aguas contaminadas.
- Actualmente, ocurre entre 8.000 y 25.000 muertes diarias por escasez y mala calidad del agua, de las cuales la mitad es de menores de edad.
- 1,6 millones de personas podrían salvarse cada año si se mejorara el servicio de agua para consumo humano.
- En el año 2025, dos de cada tres personas estarán propensas a sufrir la carencia de agua potable.
- Cada año, se gastan 7.000 millones de dólares en cosméticos y cirugías estéticas, suma necesaria para proveer de agua salubre a 2.600 millones de pobres en el mundo, lo que podría salvar 4.000 vidas diarias.  
“TERREMOTOS EN MUCHOS LUGARES” (Mateo 24,7). 
- Los desastres geofísicos y climáticos se incrementaron en más de un 70% en la pasada década.
- En el 2005, se presentaron 360 desastres naturales como ciclones, terremotos, deslizamientos de tierra, erupciones volcánicas y sequías fuertes causados en gran parte por los cambios climáticos y la degradación ambiental. Ese año será recordado como el más trágico en la historia reciente de la humanidad. 90 mil personas murieron y 150 millones resultaron afectadas, además generó pérdidas por 159 millones de dólares.
- Se han intensificación los ciclones, tifones y huracanes, acompañados de un incremento de epidemias como el dengue, la malaria y otras enfermedades tropicales.
- Dos de cada tres personas viven en zonas que presentan alto riesgo de inundaciones.
- 100 millones de personas sufren cada año en sus regiones ciclos de inundaciones y sequías. 
“HABRÁ HAMBRES” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,8). 
- Se calcula que hay en nuestro planeta 1.300 millones pobres. Reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en la pobreza, es una meta que no se alcanzará ni siquiera en el 2030.
- La globalización mundial aumenta la miseria, y hoy en día, 85 países están en peor situación económica que hace diez años.
- 852 millones de seres humanos padecen de desnutrición.
- Más de dos millones de personas mueren de hambre cada día, cifra superior que por la malaria, el sida y la tuberculosis juntos.
- Cada año nacen 80 millones de seres humanos, de los cuales 53% están condenados a vivir en la pobreza.
- 880 millones es el número de analfabetas adultos en el mundo.
- Se calcula que hay 12,3 millones de personas que laboran en condiciones de esclavitud.
- Una de cada tres personas vivirá en un barrio marginal dentro de 30 años. 940 millones de personas ya viven en barrios precarios e insalubres.
- Más de 1.000 millones de niños son víctimas de la pobreza, el sida y las guerras. De este número 640 millones carecen de una vivienda adecuada; 500 millones no tienen acceso a instalaciones sanitarias; 400 millones no disponen de agua potable; 270 millones no gozan de un servicio de salud; 180 millones son explotados sexualmente; 140 millones nunca han ido a la escuela; 90 millones sufren de desnutrición; el hambre mata a seis millones de infantes al año. Dos de cada tres fallecimientos en la temprana edad se producen por enfermedades que se podrían evitar. 1.200 niños mueren cada hora por la pobreza.
- El mundo puede producir comida suficiente para alimentar a diario a 12.000 millones de personas, casi el doble de la población mundial.
- A pesar de que los países ricos tiene la tecnología, los recursos financieros y la acumulación de conocimientos para superar la pobreza, están haciendo muy poco para disminuir esta desigualdad social. 
“ENFERMEDADES EN DIFERENTES LUGARES” (Lucas 21,11; Apocalipsis 6,8). 
- Un programa mundial de inmunización eliminó la viruela de la faz de la Tierra, y otras campañas similares casi han erradicado la polio y la lepra. Sin embargo, durante los últimos veinte años han surgido treinta nuevas enfermedades sumamente contagiosas. La mayoría de ellas como el ebola, el sida y la hepatitis C carecen de cura. Como si fuera poco también se hallan en expansión enfermedades infecciosas como el paludismo, el cólera, la malaria, la tuberculosis, la pulmonía, la tos ferina, el sarampión, la hepatitis B, la diarrea, el tétano y la fiebre hemorrágica que están cobrando millones de víctimas, sobretodo en naciones en vías de desarrollo.
- Las enfermedades crónicas han aumentado. El cáncer ha crecido un 50% en 20 años.
- Hasta la fecha no existe tratamiento para la causa de dos tercios de las enfermedades conocidas (unas veinte mil). Además, muchas enfermedades infecciosas están resultando difícil de curar porque se han hecho resistentes a los antibióticos.
- Desde la aparición del sida en el año 1981, han muerto unos 25 millones de personas; tres millones cada año; 39 millones han sido contagiados; cada día se producen 16 mil nuevos casos y al año son cerca de cinco millones de infectados; las mujeres y niñas constituyen casi la mitad de todos los que viven con el VIH en el mundo; 15 millones de niños son huérfanos a causa de la pandemia del sida.
- Tres días de gasto militar en el mundo equivalen a lo que se invierte para combatir el sida en un año en el planeta.
- El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria solicitó a los gobiernos 13.000 millones de dólares para frenar estas epidemias. Mientras que los mismos gobiernos gastan cada año 700.000 millones de dólares en fines militares.
- Entre 40 o 50 millones de abortos se practican en el mundo cada año.
- La brecha entre el nivel de salud de los ricos y el de los pobres es al menos tan grande como hace medio siglo. 
 
“UNA NACIÓN PELEARÁ CONTRA OTRA Y UN PAÍS HARÁ GUERRA CONTRA EL OTRO” (Mateo 24,7; Apocalipsis 6,4.8). 
- En la I Guerra Mundial (1914-1918), murieron veinte millones de personas entre combatientes y civiles; ya para la II Guerra Mundial (1939-1945), el número ascendió a 50 millones de víctimas; esto sumado al resto de enfrentamientos que se vivieron en el siglo pasado da un gran total de 100 millones de muertos.
- Más de la mitad de los 3,6 millones de muertos en guerras (1,8 millones), desde 1990, son niños; y entre cuatro y cinco millones de discapacitados; además una de cada cinco víctimas de las minas terrestres (que cada año matan a más de 15.000 personas) es un infante.  
 
II. PREDICCIONES ERRADAS 
El montanismo y sus adeptos los montanistas, derivan su nombre de su fundador Montano, oriundo de Frigia, región del noroeste del Asia Menor. Considerado como profeta, anunció el fin del mundo para el año 157, y a quienes le creyeron los invitó a reunirse en la misma ciudad de Frigia, en donde bajaría del cielo la Nueva Jerusalén, tal como se señala en el Apocalipsis (21,2).  
Martín Lutero, iniciador de la Reforma Protestante del siglo XVI en Alemania, pronosticó la proximidad del fin del mundo para sus días. Según cierta autoridad, Lutero declaró: “Por mi parte, estoy convencido de que el día del juicio está a la vuelta de la esquina” 
En el siglo XIX, William Miller, a quien generalmente se le atribuye la fundación de la Iglesia Adventista del Séptimo día, predijo que la segunda venida del Mesías ocurriría el 21 de marzo de 1843; en consecuencia, algunos esperaban ser llevados al cielo en aquel tiempo. En vista de este primer fracaso, Miller reconoció que se había equivocado y cambió la fecha para el 22 de octubre de 1844. Era tanta la gente que iba a escucharlo a todas partes, que había que prepararle los auditorios más grandes de la ciudades. Ese día cerca de 50.000 personas de la costa oriental de Estados Unidos se reunieron nuevamente con su guía espiritual. Los mileritas –así les decían- esperaron en sus lugares de reunión hasta la noche. Al alba el Señor no había venido. Decepcionados, volvieron a sus casas, y desde entonces llamaron a aquel día el “Gran Chasco”. Después otros adventistas dijeron que el mundo se acabaría el 31 de diciembre de 1899 a las doce de la noche. 
Los Testigos de Jehová por ser también una congregación fatalista, han anunciado de manera equivocada la segunda llegada del “Hijo de Dios”. Charles T. Russell (su fundador) aseguró primero que sería en el año 1874; Después cambió la fecha para 1914. Por su parte, el llamado juez Joseph F. Rutherford (su segundo presidente) lo hizo para 1925; y para ello, mandó a construir una enorme mansión en San Diego (California), llamada “la casa de los príncipes” para cuando resucitarán los patriarcas del Antiguo Testamento, pero al ver que esto no sucedió, se fue él mismo a vivir allí hasta su muerte ocurrida en el año de 1942. Por último, su tercer presidente Natahn H. Knorr, le encomendó la misión a su vice-presidente, Federick W. Franz (quien luego sería el cuarto presidente); Quien la profetizó para el año 1975.  
El Grupo Misionero Dami, que reúne a unos 20.000 seguidores en Corea del Sur, presagió la proximidad del fin del mundo para el 28 de octubre de 1992, cuando creían que Jesús regresaría para salvar a unos pocos. Muchos de los creyentes en Seúl (la capital) abandonaron sus casas, empleos y centros de estudio a fin de prepararse para aquel acontecimiento, y se dedicaron a predicar a otros en las calles, en el metro y otros lugares públicos. Además fueron denunciados muchos casos a la policía de personas confinadas a la fuerza por adeptos a este grupo evangélico.  
Una secta de origen ucraniano, denominada la Gran Cofradía Blanca, profetizó el final de los tiempos para el 24 de noviembre de 1993, mientras que Harold Camping, predicador de la radio estadounidense, lo fijo para el mes de septiembre de 1994.  
Hoy en día, casi ninguna iglesia o secta cristiana se atreve a especificar otra fecha apocalíptica por temor a caer en la misma encrucijada, ya que muy tarde comprendieron las indicaciones de las Santas Escrituras:  
- “Manténganse ustedes despiertos, porque no saben en qué día va a venir su Señor” (Mateo 24,42).
- “Pero en cuanto al día y la hora, nadie lo sabe, ni aun los ángeles del cielo, ni el Hijo. Solamente lo sabe el Padre” (Marcos 13,32).
- “Ustedes también estén preparados; porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperen” (Lucas 12,40).
- “En cuanto a las fechas y los tiempos, hermanos, no es necesario que yo les escriba. Ustedes saben muy bien que el día del regreso del Señor llegará cuando menos se le espere, como un ladrón que llega de noche” (1 Tesalonicenses 5,1-2).
- “Miren, yo vengo inesperadamente, como un ladrón” (Apocalipsis 16,15).
 
III. JESÚS Y LOS ÚLTIMOS TIEMPOS 
Con la llegada del Emmanuel al mundo se da inicio a la plenitud de los tiempos, así lo da a entender el autor de la carta de los Hebreos (atribuida posiblemente al apóstol Bernabé), cuando dice: “En tiempos antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por medio de los profeta. Ahora, en estos tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo” (1,1-2). Con El se inaugura el “día de la salvación” (Isaías 49,8; 2 Corintios 6,2); el “cumplimiento de los tiempos” (Gálatas 4,4); la instauración del “reino de Dios” proclamado por Juan el Bautista (Mateo 3,1-2). 
Posteriormente, en su ministerio público Jesús “fue a Galilea a anunciar las buenas noticias de parte de Dios. Decía: -Ha llegado el tiempo, y el reino de Dios está cerca. Vuélvanse a Dios y acepten con fe sus buenas noticias” (Marcos 1,14-15). Asimismo, en la sinagoga de Nazaret, un día sábado leyó la profecía de Isaías que presagiaba entre otros acontecimientos “el año favorable del Señor. Luego Jesús cerró el libro, lo dio al ayudante de la sinagoga y se sentó…El comenzó a hablar diciendo: -Hoy mismo se ha cumplido esta Escritura delante de ustedes” (Lucas 4,16-21). Más adelante, cuando los apóstoles son enviados a anunciar el Evangelio, les da la siguiente instrucción: “Vayan y anuncien que el reino de Dios se ha acercado” (Mateo 10,7).
 
IV. SEÑALES BÍBLICAS ANTES DEL FIN DE LOS TIEMPOS
 
La palabra de Dios resalta cuatro grandes eventos que tendrán que cumplirse antes del “fin de los tiempos”: 
I. “Cuando ustedes tengan noticias de que hay guerras aquí y allá, no se asusten. Así tiene que ocurrir; sin embargo, aún no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres. Eso apenas será el comienzo de los dolores” (Marcos 13,7-8). Nótese bien, que el mismo Redentor no profetiza que las “guerras”, los “terremotos” y la “hambruna” sean la antesala del “fin del Mundo”; sino “el comienzo de los dolores”. De hecho, en toda la Historia Universal después de la Encarnación del Hijo del Dios han habido estas señales escatológicas, como por ejemplo: 
- En todos los conflictos armados desde el siglo I D.C. hasta el año 1899, se calcula que hubo 35 millones de victimas fatales.
- En el año 79 una gran erupción del Vesubio sepultó con lava y ceniza las ciudades de Herculano y Pompeya.
- El paludismo eliminó a la mitad de los habitantes de Bizancio (Turquía) en el 542.
- En el siglo XIV la “peste bubónica” o “muerte negra” asoló a tártaros, mongoles, sirios, mesopotámicos, chinos, egipcios, bizantinos y luego a la mayoría de las naciones europeas. Ninguna epidemia, guerra o hambruna había afectado a un sector tan amplio de la humanidad. En tan solo cuatro años segó la vida de una tercera parte de la población europea (25 millones), y entre el 25% y 50% de los residentes del norte de África y ciertas regiones de Asia.
- Cien años después de la llegada de Cristóbal Colón a América (1492), la viruela traída por los conquistadores españoles había exterminado al 90% de la población indígena del Nuevo Mundo.
- La sífilis fue la pandemia en Europa en los siglos XV y XVI.
- La gripa asiática o influenza comprometió a Asia y Europa en el siglo XVIII.
- El cólera se extendió en Asia y América en el siglo XIX.
- Entre 1918 y 1919 la “fiebre española” considerada la más destructiva en la historia de la humanidad, mató entre 20 o 30 millones de personas en todo el mundo. Ni siquiera la peste bubónica eliminó a tantas personas tan deprisa.
- En 1920, la provincia de Kansu (China), es desvastada por un terremoto que deja 108.000 muertos y miles de heridos y damnificados.  
II. “Y esta buena noticia del reino será anunciada en todo el mundo, para que todas las naciones la conozcan; entonces vendrá el fin” (Mateo 24,14). Ahora bien, de los 6.500 millones de habitantes que tiene aproximadamente la Tierra, 1.300 millones se declaran ateos, agnósticos o sin religión; 1.200 millones son islámicos; 1.115 millones son católicos, otros 1.000 millones de diferentes denominaciones cristianas, incluyendo a 350 millones de ortodoxos y 80 millones de anglicanos; 811 millones de Hinduistas; 400 millones de budistas; 100 millones de animistas; 100 millones de sintoístas; entre otros. Por lo tanto, hay aún un largo camino por recorrer antes que la “Buena Nueva del Reino de Dios” sea proclamada a los hombres “de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos” (Apocalipsis 7,9). 
III. “Los que estaban reunidos con Jesús, le preguntaron: -Señor ¿vas a restablecer en este momento el reino de Israel? Jesús les contestó: -No les toca a ustedes saber en qué día o en qué ocasión hará el Padre las cosas que solamente él tiene autoridad para hacer” (Hechos 1,6-7). Del mismo modo, el apóstol Pablo recalca: “Hermanos, quiero que sepan este secreto del plan de Dios, para que no se crean sabios: los israelitas se han endurecido en parte, pero sólo hasta que haya entrado todos los que no son de Israel. Cuando esto suceda, todo Israel alcanzará la salvación” (Romanos 11,25-26). 
Aunque la conversión al cristianismo del “pueblo de la primera alianza” en una verdad bíblica, todavía está muy lejos de cumplirse. Hoy en día existen unos 20 millones de judíos. Ciertas corrientes del judaísmo incluyendo a algunos rabinos, están de acuerdo en admitir que “Yeshua de Nazaret”, fue un profeta de la Nación de Israel, pero no es el Mesías (Ungido) de Dios. La religión Judaica está dividida en cuatro grandes corrientes doctrinales: 
A. “Judíos Ortodoxos”.
B. “Judíos Ultra Ortodoxos”.
C. “Judíos Reformados”.
D. “Judíos Conservadores”. 
Podríamos citar un quito grupo llamados los “Judíos Mesiánicos” que están unidos en la fe en Cristo Jesús con los gentiles (no judíos), pero conservan su autonomía, sus tradiciones, los mandamientos, las festividades religiosas ordenadas en la Torá, las bendiciones y oraciones en las sinagogas, su ancestral liturgia, la circuncisión, guardan el sábado, el ayuno prescrito en la ley mosaica y otras costumbres. A estas observaciones se añade la fe en las Sagradas Escrituras del Nuevo Testamento. Algunos de estos “judíos mesiánicos” se consideran cercanos o incluso hermanos con la Iglesia Católica; otros en cambio, se ven y proclaman como hostiles a lo que ellos consideran engañados de esta misma institución. 
IV. “Ahora, hermanos, en cuanto al regreso de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, le rogamos que no cambien fácilmente de manera de pensar ni se dejen asustar por ningún mensaje espiritual, discurso o carta que reciban como si fuera nuestra, diciendo que el día del regreso del Señor ya llegó. No se dejen engañar de ninguna manera. Pues antes de aquel día tiene que venir la rebelión contra Dios, cuando aparecerá el hombre malvado, el que está condenado a la destrucción. Este es el enemigo que se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o merece ser adorado, y llega incluso a instalar su trono en el templo de Dios, haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses 2,1-4). Esta última profecía del apóstol de los gentiles está por cumplirse. 
 
¿ES EL PAPA EL ANTICRISTO? 
I. INTRODUCCIÓN 
Hoy en día la Iglesia Católica está empeñada en buscar un acercamiento religioso con las demás confesiones cristianas (Ecumenismo). No obstante, desde los mismos albores de LA REFORMA PROTESTANTE en el siglo XVI, sus fundadores como hijos rebeldes que un día se separaron de la Madre (Romanos 16,17-18), han mostrado un odio abierto por nuestra Iglesia, que no han dudado en tildarla de ser LA GRAN RAMERA DE LA BIBLIA, llamada en el Apocalipsis como BABILONIA LA GRANDE (18,2), y donde el PAPA no sería otro que el ANTICRISTO (13,18). Así por ejemplo, encontramos las siguientes declaraciones textuales: 
- “Me siento ya más libre en mi corazón; pues sé finalmente que el Papa es el Anticristo, y que su silla es la de Satanás”.
Martín Lutero, fundador de la Iglesia Evangélica. 
- “El pontificado romano, con todo su orden y reino, es el mismo Anticristo”. Felipe Melanchthon, colaborador de Martín Lutero. 
- “La cabeza de este reino maldito y abominable en la iglesia occidental es el Papa”.
Juan Calvino, fundador de la Iglesia Calvinista. 
-  “El Papa es el mismo Anticristo”.
Juan Knox, fundador de la Iglesia Presbiteriana.
 
- “El Papa es en el sentido más categórico, el hombre de pecado, porque él representa toda forma de pecado sin medida”.
Juan Wesley, fundador de la Iglesia Metodista.
 
 
II. EL ANTICRISTO EN LAS SAGRADAS ESCRITURAS 
Para hacer un informe más imparcial vamos a utilizar la Biblia Protestante versión Reina-Valera, Edición de 1985. Además, seguiremos la regla de fe de todas las iglesias protestante: “Solo lo que enseñe la Biblia”.
 
El primero en utilizar el título de “Anticristo” en el Nuevo Testamento, fue el mismo Jesucristo: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuera posible, aun a los escogidos” (Mateo 24,24). Nótese bien, que El Mesías en este pasaje del evangelio del apóstol Mateo (escrito hacia el año 85 de nuestra era), al igual que en todo el capítulo 24; está hablando con un lenguaje escatológico, haciendo referencia a los “últimos tiempos”. Explicando que vendrán hombres que con “supuestos milagros” obra del Diablo, llevarán tras de sí a muchos de los verdaderos creyentes, los cuales no tendrán su aprobación (comparar con Mateo 7, 21-23). 
Para el apóstol Pablo, el “hombre de pecado” que se hace pasar por Dios, está por venir (2 Tesalonicenses 2,1-4); (aunque no lo identifica propiamente con el título del “Anticristo”), pero llegará “con gran poder y señales y prodigios mentirosos” (9). Porque “el espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Timoteo 4,1). Además, sus vidas y sus actos son propios de “las obras de las tinieblas” (Romanos 13,12), “siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2,2). 
Vemos como San Pablo en sus epístolas (redactadas entre los años 45 al 65), quiere resaltar dos cosas: 
1. Tanto él como los demás apóstoles, y los primeros cristianos hasta el siglo segundo; creían firmemente que la segunda venida de Cristo (parusía), era un hecho que sucedería pronto.
2. El mundo entero se debate entre dos grandes fuerzas, los “hijos de la luz” al mando de Jesucristo, y los “hijos de las tinieblas”, bien sea representado por un hombre, pero enviado por el mismo Diablo.
Por su parte, el apóstol Juan en sus cartas (elaboradas hacia el año 96), vuelve hacer hincapié en la persona del “Anticristo”: 
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo… ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo” (1 Juan 2,18.22). 
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo” (1 Juan 4,1-3). 
“Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo” (2 Juan 7). 
Para San Juan el “Anticristo”, ya no va hacer un personaje de los “últimos tiempos”, sino que ¡Está ahí!, y en medio de la Iglesia de Cristo. Esto se debe al hecho que ya a finales del siglo I, se empezaban a formar grupos heréticos de cristianos que negaban que “Jesucristo”, sea verdadero “Dios” y al mismo tiempo verdadero “Hombre”. Así lo demuestra el párrafo inicial de su evangelio (escrito hacia la misma fecha que sus tres cartas): “En el principio era El Verbo (la Palabra = Jesús), y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (1,1). Comparar con (1 Juan 1,1-3).
 
III. EL NÚMERO DE LA BESTIA: EL 666 
El mismo Juan, el teólogo, cuando se encontraba desterrado en la isla de Patmos (Asia Menor); escribió el libro de las revelaciones (o Apocalipsis). En uno de sus apartes, dice: 
“Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis. (13,18). 
Este número simbólico, ha dado para una serie de especulaciones y demás. Sin embargo, los exegetas (estudiosos de la Biblia), lo han relacionado con la persona de NERÓN CÉSAR. San Juan, que se hallaba preso por los romanos en el momento de escribir el libro (hacia el año 90), decide recordar a sus hermanos en la fe en un lenguaje a manera de clave, sobre los peligros que años atrás había desatado este cruel emperador que había dictado una nueva ley que decía: “Ut christiani non sint” (“No es lícito ser cristiano”). Además de él se sabe que era bisexual y alcohólico. Mandó a matar a su propia madre Agripina, con la que sostenía una relación incestuosa; al igual que sus dos esposas: Popea y Octavia, y a su maestro Séneca. También ordenó el incendio de Roma, y la ejecución (hacia el año 67) de los dos príncipes de los apóstoles: Pedro y Pablo. Por todo esto, ha sido llamado en la historia como “el verdugo de la humanidad”. Nerón fue muerto en el año 68 por un liberto, quien cumplía órdenes del monarca para evitar caer vivo en manos de sus enemigos. Del mismo modo, hay que tener en cuenta que en la cultura judía de donde venía el discípulo amado, las letras del hebreo que carecen de vocales tienen un valor numérico, y es así como la suma del nombre de “NERÓN CÉSAR” (NRWN QSR), equivale a: N=50+ R=200+ W=6+ N=50+ Q=100+ S=60+ R=200 = 666.  
No han faltado las sectas protestantes que han querido relacionar el número de la bestia con el Papado, y esto se debe a que antiguamente los Romanos Pontífices utilizaban una corona de tres puntas llamada la “tiara”; y según ellos, tenía una inscripción que decía: “VICARIUS FILII DEI” o “VICARIO DEL HIJO DE DIOS”, que al hacer la misma operación matemática da 666.  
Para refutar esta acusación podemos argumentar cuatro cosas: 
1. El Apocalipsis fue escrito en griego mientras que la inscripción de la tiara aparece en latín (idioma oficial de la Iglesia Católica).
2. Los Papas solo empezaron a utilizar la tiara a partir de Clemente V (Siglo XIV). por lo tanto, pasaron más de 1.200 años antes de relacionar esta vestimenta papal con la descripción de san Juan en el libro de las Revelaciones.
3. Es completamente falso que en la tiara que usaban los Sumos Pontífices (hasta Pablo VI), apareciera esta leyenda. El título que los identifica es el de VICARIUS CHRISTI (VICARIO DE CRISTO), y fue empleado por primera vez por Inocencio III, en el siglo XIII.
4. El mismo apóstol aclara que el “666” es el número de un “hombre”, y no de una institución como el papado, que ha abarcado en XXI siglos, a 266 individuos, desde Pedro hasta Benedicto XVI.
 
¿EXISTE REALMENTE EL PURGATORIO? 
 
INTRODUCCIÓN: El pastor protestante Carlos P. Chapmann, en su obra “Lo que creemos los protestantes y contra qué protestamos”, dice lo siguiente: “Negamos la existencia del Purgatorio, creyendo que es inútil pagar para sacar almas de un lugar que no se menciona en la Biblia”. Ahora bien, la Iglesia Católica es la única confesión cristiana que cree en la existencia del Purgatorio. Sin embargo, el catolicismo tiene a su favor no solamente argumentos teológicos y bíblicos, sino también pruebas del más allá que presentaremos a continuación: 
I. EL CAMPO DE LA TEOLOGÍA 
Afirma el Catecismo de la Iglesia Católica en sus numerales 1030 y 1031, que “Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero imperfectamente purificados, aunque están seguros de su eterna salvación, sufren después de su muerte una purificación, a fin de obtener la santidad necesaria para entrar en la alegría del cielo. La Iglesia llama Purgatorio a esta purificación final de los elegidos que es completamente distinta del castigo de los condenados”. (Véase al respecto 2 Tesalonicenses 1,7-9). 
Desde los primeros siglos del cristianismo los Santos Padres enseñaban sobre la existencia de un estado de purificación después de la muerte. En las catacumbas de Roma encontramos inscripciones en las tumbas, que piden orar por los muertos, y sobre los sepulcros de los mártires se celebraba la Eucaristía, a fin de que el sacrificio de Cristo en la cruz redimiera a los fallecidos. En el siglo XI, se le da el nombre de “Purgatorio”. El Papa Inocencio IV, en 1254, será el primero en tocar oficialmente el tema e incorporar la palabra “Purgatorio” a la doctrina de la Iglesia. En el Concilio de Florencia se promulgó solemnemente el día 6 de julio de 1439 un decreto llamado “Laetentur Caeli”, en el que declaraba dogma de fe para todos los católicos tres cosas: 
1. Que el Purgatorio existe
2. Que no es un lugar físico, sino un “estado del alma” en que las almas de los difuntos son purificadas
3. Que los vivos pueden ayudar mediante sufragios (misas, oraciones, penitencia y obras de caridad) para que puedan ascender al cielo 
Posteriormente, en el siglo XVI el Concilio de Trento prohíbe agregar al tema del Purgatorio cualquier otra cuestión. Razonamientos tales como si el Purgatorio es un lugar frío como un glaciar o si por el contrario un océano de llamas, o cuáles son las penas, cuánto tiempo se pasa y cómo se sufre; la Revelación Divina (Biblia y Tradición), no lo dice, y el magisterio de la Iglesia Católica no ha formulado declaración alguna al respecto. De hecho, Santa Catalina de Génova (siglo XV), escribió: “No hay felicidad comparable a la de los que están en el Purgatorio, a no ser la de los santos en el cielo. Este estado debería ser más ansiado que temido, pues sus llamas son llamas de inmenso amor y nostalgia”  
II. EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO 
En el Antiguo Testamento encontramos la siguiente indicación: “Es por lo tanto, un pensamiento santo y saludable el rogar por los difuntos, a fin de que sean liberados de las penas que hayan incurrido por sus culpas” [2 Macabeos 12,46.    
(Este libro no es aceptado por las Iglesias Protestantes)]. Aquí se relata que en el año 160 a. C., en una batalla contra los sirios murieron varios soldados judíos. Al ir a enterrar sus cadáveres, hallaron que tenían bajo sus ropas colgados amuletos y talismanes prohibidos por Dios. Por esta razón, Judas Macabeo hizo una colecta entre los demás combatientes y la mandó al templo de Jerusalén para ofrecer un sacrificio por los pecados de los guerreros abatidos, y así el Altísimo los perdonara y pudieran gozar de la resurrección. 
Ya en el Nuevo Testamento San Pablo al hablar del juicio final, dice: “La obra de cada hombre ha de manifestarse en el día del Señor, el fuego mostrará cuál sea la obra de cada uno…no obstante, él no dejará de salvarse, si bien como quien pasa por el fuego” (1 Corintios 3,13-15). Nótese bien, que el apóstol de los gentiles admite la existencia de un lugar en donde se purifica con el fuego las obras “imperfectas” de los hombres para ser dignos de llegar a Dios (Apocalipsis 21,27). Caso contrario, es la sentencia del mismo Jesús, cuando asegura que los condenados irán al “fuego eterno” del Infierno en compañía del Diablo y sus demonios (Mateo 25,41). 
 
III. LAS EXPERIENCIAS DE LOS SANTOS Y MÍSTICOS CON LAS ALMAS DEL PURGATORIO 
Algunos “santos(as)” y “místicos(as)” han tenido visiones y revelaciones de las almas del Purgatorio. Estas experiencias son consideradas de carácter privado. Por lo tanto, no aportan nada nuevo al dogma del Purgatorio, y cada fiel tiene la libertad de creer o no en las mismas. 
San Juan Macias (siglo XVII), fue un hermano dominico español, que se santificó siendo portero en el convento de Santa María Magdalena en Lima (Perú). Su oficio le permitía orar constantemente por las almas de los difuntos, de modo que un día le confió a su director espiritual: “Por la misericordia de Dios, con el rezo del rosario he sacado del Purgatorio a 1.400.000 almas”. Por eso se le dio el nombre de “Ladrón del Purgatorio”. El mismo afirmaba que le parecía escuchar siempre el murmullo de las ánimas en pena que le pedían oración.
A Santa Faustina Kowalska (Siglo XX), religiosa polaca de Nuestra Señora de la Misericordia, le fue revelado que el mayor sufrimiento de las almas de Purgatorio es no poder gozar de la visión beatífica de Dios en el cielo.  
La Beata estigmatizada Ana Catalina Emmerich (1774-1824), fue una monja agustina alemana, que tuvo no solamente visiones sobre la pasión de Jesús, sino también de la Virgen María, el Cielo, el Infierno y el Purgatorio. En una ocasión recibió el encargo de las almas del Purgatorio de hacer diferentes obras, como rezar letanías de los santos y los siete salmos penitenciales por su liberación.  
María Simma (Siglo XX), fue una mujer austriaca que escribió un libro de sus experiencias místicas con las ánimas del purgatorio, que le fue remitido a su obispo. En uno de sus apartes se cuenta su encuentro con un sacerdote cuya mano derecha estaba negra, al preguntarle la causa, el alma del presbítero le contesto: “Yo debía haber bendecido más, di a todos los sacerdotes con quienes te encuentres que deben bendecir más: Ellos pueden dar numerosas bendiciones y conjurar las fuerzas del mal”.  
La estigmatizada y mística alemana Teresa Neumann (siglo XX), dos veces en el día, mañana y tarde, le era permitido visitar el Purgatorio. Allí observaba las ánimas con una figura luminosa, pero no eran todavía puras. 
La también estigmatizada italiana Teresa Musco (Siglo XX), al no poder visitar el cementerio por sus continuas enfermedades, aconsejaba: “Es realmente hermoso ofrecer no flores que se marchitan, sino oraciones y sufrimientos por las almas del Purgatorio”.  
Uno de los hechos más sorprendentes de encuentros con las ánimas del Purgatorio se dio en el monasterio de las franciscanas de San Leonardo, en Monfalco (Italia), cuando a la abadesa de nombre sor María Teresa de Jesús, entre los años 1918 a 1919, escuchó la voz del alma de un sacerdote después de hacer sonar la campanilla de la sacristía. El alma del levita pedía que se celebraran misas por su eterno descanso, dejando en cada ocasión cierta cantidad de dinero. En total llevó al monasterio trescientas liras, vino veintiocho veces, y fueron celebradas treinta y ocho Eucaristías. Acerca de este caso se realizó un proceso canónico por parte de las autoridades eclesiásticas, que se conserva en la curia arzobispal de Spoleto.  
IV. EL MUSEO CRISTIANO DEL MÁS ALLÁ 
No lejos del Vaticano, en la parroquia del Sagrado Corazón del Sufragio, se encuentra uno de los museos más interesantes del mundo. Allí se exhiben huellas de manos y cruces en libros de oraciones, ropa de cama, prendas, tapices y marcas en fuego en la madera, que fueron dejadas por las almas purgantes en sus visitas a familiares y amigos, generalmente mujeres, y en su mayoría monjas; para que digan oraciones, hagan obras de caridad y manden a celebrar misas para acortar su permanencia en el Purgatorio  
La existencia del museo se remonta a un incendio ocurrido en la iglesia en 1897. A raíz del cual, el padre Víctor Jouet Bruni comenzó a viajar por toda Europa buscando pruebas de las ánimas en pena, que fueron certificadas por un obispo. A la muerte del sacerdote en el año 1912, el museo llegó a crecer tanto, que uno de sus sucesores pidió permiso al Papa San Pío X para reducir los objetos a 19, que se guardan juntos en una misma vitrina, en un pasillo que conduce a la sacristía del templo. La Iglesia Católica considera estas señales sin hacer de ellos objeto de fe, sino como testimonios e invitaciones a orar por las almas de los difuntos. 
 
¿POR QUÉ LOS CATÓLICOS SANTIFICAMOS EL DOMINGO? 
INTRODUCCIÓN: los ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA acusan abiertamente a la Iglesia Católica de haber sustituido la ley de Dios, cuando en el año 321 el emperador Constantino, cambió el día de descanso del sábado por el domingo. 
 
I. EL DÍA SÁBADO EN EL PUEBLO JUDÍO 
El tercer mandamiento del decálogo dice: “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Deuteronomio 5,12), ya que ese día fue creado el hombre (Éxodo 20,11), y porque Dios confía el sábado como signo de la alianza a favor de su pueblo Israel, cuando fue sacado de la esclavitud en Egipto (Deuteronomio 5,15). El sábado o sabbat (Descanso) era el día consagrado a Yahveh. En el pensamiento hebreo tiene una connotación de “júbilo”, “paz” y “luz”. El sabbat empieza cuando desaparece la última luz del viernes, y dura hasta la puesta del sol del sábado. Se celebra mediante reuniones familiares y una cena especial, con la bendición de la comida y del vino; los judíos cumplidores de la ley mosaica acuden a la sinagoga para la oración y para la lectura de la Torá (Antiguo Testamento). 
 
II. JESÚS Y EL DÍA SÁBADO 
En las Escrituras se relatan que Jesús asiste a la sinagoga el día sábado para predicar la “Buena Nueva” (Marcos 1,21; Lucas 4,16), pero con su propia autoridad de Hijo de Dios, le da la auténtica interpretación de este decálogo: “El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado” (Marcos 2,27), “El Hijo del hombre es Señor del sábado” (Marcos 2,28); además realiza varios milagros ese día a pesar de las críticas de los fariseos (Marcos 3,1-6; Lucas 13,10-17; 14,1-6; Juan 5,8-10; 9,13-16). Cuando El mismo describe los mandamientos al joven rico, los resume de esta manera: “Y Jesús le dijo: -No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19, 18-19). Igualmente, el Salvador del mundo al hablar sobre el día del “juicio final”, antepone las obras de caridad a la observancia del  sábado, y de cualquier otro mandamiento (Mateo 25,31-40). “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (Juan 13,34).
 
III. LA PLENITUD DEL DOMINGO 
Jesús resucita de entre los muertos “el primer día de la semana” (Mateo 28,1; Marcos 16,2; Lucas 24,1; Juan 20,1), las apariciones del Señor resucitado ocurren también en este día (Juan 20,19), incluyendo a los dos discípulos de Emaús, que reconocieron que estaban frente al Señor al “partir el pan” (Lucas 24,13-31). “El primer día de la semana”, significa entonces la nueva creación del hombre, la libertad del poder del mal y de los demonios. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el “domingo”. La palabra domingo viene del latín “Dominucus” que significa “lo que pertenece al Señor” (Dominus), es entonces el “Día del Señor” (Dies Domini). 
 
IV. EL DÍA DOMINGO EN LA IGLESIA CATÓLICA 
Ya en tiempo de los apóstoles la comunidad cristiana se empezó a reunir ese día para la celebración de la Eucaristía (Acción de Gracias): “El primer día de la semana nos reunimos para partir el pan” (Hechos 20,7). También se aprovechaba para recoger la limosna para los pobres de Jerusalén: “Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado…para que lleven a los hermanos de allá la colecta hecha por ustedes” (1 Corintios 16, 1-3). 
En los primeros siglos de la existencia de la Iglesia Católica, también se recalca la importancia del día domingo, mucho antes del año 321, con el emperador Constantino: 
- El libro de la Didajé o “Doctrina de los Apóstoles”, escrito entre los años 90 y 99, dice en el capítulo 14: “Reunidos el día del Señor, tened la Fracción del Pan y la Acción de gracias…” 
- San Ignacio de Antioquia, mártir en el año 107, en su carta a los Magnesianos, aclara: “Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la nueva esperanza, no observan ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por su muerte”. 
- San Justino mártir, en su primera Apología, dirigida al emperador Antonio Pío, hacia el año 150, relata así la reunión de los cristianos: ”Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado judío, pero también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos” 
- En el reinado del emperador romano Diocleciano, en el año 304, había prohibido a los católicos “so pena de muerte, poseer las Escrituras, reunirse el domingo para celebrar la Eucaristía y construir lugares para sus asambleas”. En Abitene, pequeña localidad en lo que hoy es Túnez, en un día domingo se sorprendió a 49 feligreses celebrando la Eucaristía, fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino. En particular, fue significativa la respuesta que ofreció Emérito al procónsul, tras preguntarle por qué habían violado la orden del emperador. Le dijo: “Sine dominico non possumus” (Sin el domingo no podemos vivir). Después de atroces torturas, los 49 mártires fueron ajusticiados. 
- El documento apócrifo “La Carta del Domingo”, redactado entre los siglos V o VI, subraya el carácter santo del domingo como exclusividad de los católicos: “El domingo es el día del Señor, porque en él resucitó Cristo de entre los muertos, y en él tuvo lugar la anunciación a María y el bautismo en el Jordán; en él tendrá lugar asimismo el juicio final. También es el día en que Dios creó el universo y en que la Trinidad se apareció a Abrahám en figura de los tres ángeles”.
 
¿POR QUÉ LA IGLESIA CATÓLICA CONDENA LA BRUJERÍA? 
INTRODUCCIÓN: El Diccionario Enciclopédico Mentor define el término “Brujo”como: “Persona que, tiene pacto con el Diablo y, por medio de éste, hace cosas extraordinarias”. Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica considera la brujería, la adivinación, la hechicería o la magia; como actos contrarios al primer mandamiento de la ley de Dios (Artículos 2115 al 2117), y todo aquel individuo que persista en estos ritos, se expone sin duda a una condenación eterna (Apocalipsis 21,8).
 
I. EL FUNDAMENTO BÍBLICO 
En el Antiguo Testamento Yahvé le advierte al pueblo judío: “Cuando hayan entrado en el país que el Señor su Dios les va a dar, no imiten las horribles costumbres de esas naciones. Que nadie de ustedes ofrezca en sacrificio a su hijo haciéndolo pasar por el fuego, ni practique la adivinación, ni pretenda predecir el futuro, ni se dedique a la hechicería, ni a los encantamientos, ni consulte a los adivinos y a los que invocan espíritus, ni consulten a los muertos. Porque al Señor le repugnan los que hacen estas cosas”. (Deuteronomio 18,10-12). La ley mosaica condenaba estas prácticas con la pena de muerte: “No dejes con vida a ninguna hechicera” (Éxodo 22,18), “El hombre o la mujer que estén poseídos por un espíritu, o que practiquen la adivinación, serán muertos a pedradas y serán responsables de su propia muerte” (Levítico 20,27). 
Del mismo modo, el cristiano tiene que tener toda su confianza depositada en el “Hijo de Dios” (filipenses 4,13). Porque no puede haber ninguna relación entre “Cristo y el demonio” (2 Corintios 6,15), ni “beber de la copa del Señor, y, a la vez, de la copa de los demonios; ni pueden sentarse a la mesa del Señor, y a la vez, a la mesa de los demonios” (1 Corintios 10,21); ya que unos son “hijos de Dios” mientras que otros son “hijos del diablo” (1 Juan 3,10). 
La iglesia primitiva entendió muy bien este mensaje, así lo encontramos en varios pasajes del libro de los Hechos de los Apóstoles: 
- En Samaria había un hombre importante llamado Simón, que había practicado la brujería, se había hecho bautizar, pero cuando vio como el Espíritu Santo descendía sobre las personas por medio de la imposición de las manos de los apóstoles, quiso comprar este don divino; lo que le valió la reprobación de Pedro (8,9-24). 
- Cuando Bernabé, Saulo y Juan “llegaron a Pafos, donde encontraron a un brujo judío llamado Barjesús, el cual era además un mentiroso que decía hablar de parte de Dios. Este brujo estaba con el gobernador Sergio Paulo, que era un hombre inteligente. El gobernador mandó a llamar a Bernabé y a Saulo, porque quería oír el mensaje de Dios. Pero el brujo, cuyo nombre griego era Elimas, se les opuso, tratando de impedir que el gobernador creyera. Entonces Saulo, también llamado Pablo, lleno del Espíritu Santo, lo miró fijamente y le dijo: -¡Mentiroso, malvado, hijo del diablo, y enemigo de todo lo bueno! ¿Por qué no dejas de torcer los caminos rectos del Señor? Ahora el Señor te va a castigar: vas a quedar ciego, y por algún tiempo no podrás ver la luz del sol. Inmediatamente Elimas quedó en total oscuridad, y buscaba que alguien lo llevara de la mano porque estaba ciego. Al ver esto, el gobernador creyó admirado de las enseñanzas acerca del Señor”. (13,6-12). 
- En la ciudad de Macedonia Pablo y Silas encontraron “a una muchacha poseída por un espíritu de adivinación. Era una esclava que, adivinando, daba a ganar mucho dinero a sus amos. Esa muchacha comenzó a seguirnos a Pablo y a nosotros gritando: -¡Estos hombres son servidores del Dios altísimo, y les anuncian a ustedes el camino de salvación! Esto hizo durante muchos días, hasta que Pablo, ya molesto, terminó por volverse y decirle al espíritu que la poseía: -En el nombre de Jesucristo, te ordeno que salgas de ella. En aquel mismo momento el espíritu la dejó”. (16,16-18).  
- En la ciudad de Efeso “muchos de los que creyeron llegaban confesando públicamente todo lo malo que antes habían hecho, y muchos que habían practicado la brujería trajeron los libros y los quemaron en presencia de todos” (19,19).
II. LAS FUERZAS DEL MAL ENFRENTADAS A LAS FUERZAS DEL BIEN 
Cuando Moisés y Aarón se entrevistaron con el faraón Ramsés II, ocurrió un hecho sorprendente: “El Señor les dijo a Moisés y Aarón: -Si el faraón les pide que hagan un milagro, les dirás a Aarón que tome su bastón y que lo arroje al suelo ante el faraón, para que se convierta en una serpiente. Moisés y Aarón fueron a ver al faraón, e hicieron lo que el Señor había ordenado: Aarón arrojó su bastón al suelo delante del faraón y de sus funcionarios, y el bastón se convirtió en una serpiente. El faraón, por su parte, mandó llamar a sus sabios y magos, los cuales con sus artes mágicas hicieron también lo mismo: cada uno de ellos arrojó su bastón al suelo, y cada bastón se convirtió en una serpiente. Pero el bastón de Aarón se comió los bastones de los sabios y magos”. (Éxodo 7, 8-12).  
Santa Agueda, nació en Catania, y fue una joven mártir (testigo de Cristo), que pertenecía a una noble y rica familia. Su extraordinaria belleza llamó la atención del cónsul Quinciano, quien la pidió como esposa. Pero Agueda le había prometido ya su vida a otro esposo, Cristo. El cónsul no se dio por vencido y hasta recurrió a la ayuda de una bruja llamada Afrodisia. La mujer echó mano de todos los filtros amorosos que la mentalidad popular consideraba eficaces, y esperaba que la joven se enamorara de su insistente pretendiente. Pero pronto la pitonisa se vio vencida ante la fe y la pureza de la santa. El despechado cónsul pasó del amor al odio, primero trató de amenazarla inútilmente, y luego la hizo torturar quemándola con carbones ardientes, hacia el año 250 de nuestra era. 
En el siglo V, san patricio fue a evangelizar a Irlanda, territorio dominado por aquel entonces por los Druidas (Sacerdotes de la religión Celta). Cierta noche de un sábado santo, el obispo desafiando la prohibición de los falsos sacerdotes prendió una hoguera que simbolizaba el fuego nuevo de Jesucristo, vencedor de la muerte y de las tinieblas. El hecho enfureció tanto a los druidas, que fue hecho prisionero y llevado ante el jefe de esa comarca, quien pidió una prueba para ver si los dioses celtas eran más poderosos que el Dios de Patricio. Al conjuro de un druida empezó a caer una copiosa nevada, seguidamente el santo obispo bendijo los cuatro puntos cardinales, y al instante la nieve desapareció, y el sol disipó la oscuridad. 
 
ES VERDAD QUE LOS CATÓLICOS ADORAMOS A MARÍA?  
 
INTRODUCCIÓN: ¡Cuántas veces no hemos escuchado a los evangélicos y demás cristianos acusar a los católicos de adorar a María como si fuera una “Diosa”!. Desobedeciendo así el primer mandamiento de la ley de Dios dado a Moisés en el monte Sinaí, que dice: “No tendrás otros Dioses a parte de mí” (Éxodo 20, 3). 
1. QUÉ ENSEÑA LA IGLESIA CATÓLICA. 
Existen tres clases de culto sagrado: 
ADORACIÓN (LATRÍA): Es exclusividad de Dios: 
- “Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor” (Deuteronomio 6,4).
- “Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto” (Mateo 4,10).
 
VENERACIÓN ESPECIAL (HIPERDULÍA): Se le da a la Virgen María: 
- “El ángel entró en el lugar donde ella estaba, y le dijo: -¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo” (Lucas 1,28).
- “- ¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo!” (Lucas 1,42).
- “Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán bienaventurada todas las generaciones” (Lucas 1,48).
 
VENERACIÓN (DULÍA): A los Santos(as). 
- “Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones” (Proverbios 10,7).
- “El que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2,17).  
2. QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE MARÍA Y LAS TRES PERSONAS DE LA TRINIDAD. 
María es la única criatura humana que tiene una estrecha unión con las tres personas de la Trinidad (Lucas 1,30-35). Ella es: 
- Hija de Dios Padre
- Esposa de Dios Espíritu Santo
- Madre de Dios Hijo.
 
3. QUÉ CUALIDADES MENCIONA LA BIBLIA DE MARÍA. 
- La humildad, al contestar al celestial mensajero, la voluntad del Dios Altísimo: “Entonces María dijo: -Yo soy la esclava del Señor; hágase en mí según su palabra” (Lucas 1,38).
- El privilegio de haber sido la mujer escogida para llevar en su seno al Unigénito de Dios: “Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas” (Lucas 1,49). De hecho, la primera persona en reconocer tan gran designo fue su prima Santa Isabel, cuando proclama llena del Espíritu Santo: “¿Quién soy yo, para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Pues tan pronto como oí tu saludo, mi hijo se movió de alegría en mi vientre. ¡Dichosa tú por haber creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!” (Lucas 1,43-45).
- El haber guardado en su corazón durante treinta y tres años, la fatídica profecía que el anciano Simeón predijo, cuando su pequeño Hijo fue presentado por sus padres en el templo de Jerusalén: “Entonces Simeón les dio su bendición, y dijo a María, la madre de Jesús: - Mira, este niño está destinado a hacer que muchos en Israel caigan o se levanten. El será una señal que muchos rechazarán, a fin que las intenciones de muchos corazones queden al descubierto. Pero todo esto va a ser para ti como una espada que atraviese tu propia alma” (Lucas 2,34-35). Presagio que se cumplió en el santo sacrificio en el monte Calvario, cuando “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre” (Juan 19, 25).
- La obediencia a Jesucristo, cuando en las bodas de Caná, les dice a los que están sirviendo el vino: “- Hagan todo lo que él les diga” (Juan 2,5).
 
MARÍA: LA NUEVA EVA

María ocupa en la historia de la salvación, una posición esencial, única y definitiva
Karh Rahner 
El Papa Juan Pablo II hizo una interesante comparación entre Eva y María: 
EVA: SE LE APARECE EL ÁNGEL CAÍDO EN FORMA DE SERPIENTE: “La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: -¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?” (Génesis 3,1). 
MARÍA: SE LE PRESENTA UN ÁNGEL DEL SEÑOR: “A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una mujer virgen llamada María, que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David” (Lucas 1,26-27). 
EVA: ESTÁ AL PIE DEL ÁRBOL DEL BIEN Y EL MAL: “Y la mujer contestó: - Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: -No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios” (Génesis 3,2-5). 
MARÍA: ESTÁ AL PIE DEL MADERO DE LA CRUZ: “Junto a la cruz de Jesús estaba su madre” (Juan 19,25).  
EVA: DESOBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió” (Génesis 3,6). 
MARÍA: OBEDIENCIA AL MANDATO DE DIOS: “Entonces María dijo: -Yo soy esclava del Señor; que Dios haga conmigo como me has dicho. Con esto, el ángel se fue” (Lucas 1,38). 
EVA: ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO: “El hombre contestó: -La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: -¿Por qué lo hiciste? Y ella respondió: -La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto” (Génesis 3,12-13). 
MARÍA: ENTRÓ LA SALVACIÓN AL MUNDO: “Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para dar libertad a los que estábamos bajo la ley, para que Dios nos recibiera como a hijos” (Gálatas 4,4-5). 
EVA: MADRE DE LOS VIVIENTES: “El hombre llamó Eva a su mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven” (Génesis 3,20). 
MARÍA: MADRE DE LA IGLESIA: “Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego le dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, ese discípulo la recibió en su casa” (Juan 19, 26-27).
 
LA VIRGEN MARIA Y LOS DEMONIOS
 En las Sagradas Escrituras hay dos referencias que narran la enemistad entre la Madre del Redentor y el Príncipe de las Tinieblas. La primera de ella la encontramos en el llamado proto-Evangelio, cuando después de la caída de nuestros primeros padres, Dios le dice a la serpiente: “-Por esto que has hecho, maldita serás entre los demás animales. De hoy en adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra. Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia” (Génesis 3,14-15). La segunda, está en el Apocalipsis (o Revelación): “Apareció en el cielo una gran señal: una mujer envuelta en el sol como en un vestido, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. La mujer estaba encinta, y gritaba por los dolores del parto, por el sufrimiento de dar a luz. Luego apareció en el cielo otra señal: un gran dragón rojo que tenía siete cabezas, diez cuernos y una corona en cada cabeza…El dragón se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo tan pronto como naciera. Y la mujer dio a luz un hijo varón, el cual ha de gobernar a todas las naciones con cetro de hierro” (12,1-5). 
Por otra parte, en la historia de la salvación, encontramos escritos de santos y revelaciones particulares que resaltan el poder de la Virgen María contra los demonios y el mal: 
San Efrén llamaba a la devoción a María como “carta de libertad o salvoconducto para liberarse del infierno” 
A Santa Catalina de Sena le comunicó el Padre Eterno: “Por mi bondad, y en reverencia al misterio de la Encarnación, he concedido a María, Madre de mi Unigénito Hijo, la gracia de que ningún pecador, por grande que sea, que se encomiende devotamente, llegue a perder su alma en el fuego del infierno”. 
El autor del ESPEJO DE NUESTRA SEÑORA dice que la Virgen manda a la hora de la muerte al príncipe San Miguel arcángel, con toda su celestial milicia, para que defienda a sus devotos, reciban sus almas y las suban al cielo en triunfo. 
Santa Brígida escuchó de la boca de Jesucristo, que hasta el enemigo infernal habría redención, si se humillara a pedir perdón por medio de los méritos de María Santísima. Igualmente, afirmaba que todos los demonios la veneran y le obedecen, y desprenden sus uñas de las almas que tenían atrapadas por el pecado.
 
A San Hugo de Cluny, la Reina del Cielo se le presenta como la vencedora de Satanás.  
 
A Santo Domingo de Guzmán, le fue echa la promesa de que “el rosario será un arma poderosa contra el infierno”.
 
Decía San Antonio de Padua que al invocar con fe los nombres de “Jesús y María”, se abre la tierra y caen precipitados los ángeles del mal.
 
Afirma el Beato Tomás de Kempis, que de tal manera los espíritus de las tinieblas temen a la Reina del Cielo, que al pronunciar su nombre huyen como un fuego que abrasa.  
 
En una visión San Juan Bosco increpó al Príncipe del Mal: “¿Cuáles son las armar que lo derrotan?” Y respondió: “los que me derrotan son los que se confiesan y comulgan con fervor, y los que son devotos de la Virgen María”.
 
El santo cura de Ars interrogó a un poseso: “¿Te posesionarás tú de nuestro país (Francia)?” –Y él contestó: “No puedo hacerlo porque esa Señora que Uds. llaman Virgen María, se pasea de norte a sur y de occidente a oriente impidiéndome actuar”.
 
Estaban conjurando una vez a un endemoniado, y el exorcista preguntó al Tentador: Dime, ¿Qué hace María? A lo que respondió: baja y sube. Queriendo decir que no hace otra cosa que bajar a traer a la tierra beneficios y hacer bien a los hombres, y subir al cielo a presentar nuestras súplicas ante el Divino Redentor.
 
En el caso de los niños de Illfurt (1864- 1869), dos hermanos de nombres Teobaldo y José, de nueve y ocho años; mientras Lucifer injuriaba y se burlaba de las cosas más santas, sin hacer excepción ni siquiera de Dios mismo, nunca se atrevió a insultar a la Virgen; y a alguien que le preguntó la razón, le contestó: “No tenemos derecho. El títere sobre la cruz me lo ha prohibido”.
 
En 1823 en una provincia de Avellino (Italia), un niño de doce años, analfabeta, fue poseído por un espíritu caído. Los padres dominicos Gassiti y Pignataro, que se encontraban en el pueblo para una misión parroquial, le ordenaron, en nombre de Dios, probar teológicamente, con un soneto de rimas, la Inmaculada Concepción de la Virgen, cuestión muy discutida en esos tiempos.
 
El pequeño endemoniado pronunció el siguiente soneto:
 
Verdadera Madre soy yo de un Dios que es Hijo
Y soy su Hija, aunque también su Madre;
Ab eterno nació El es mi Hijo,
En el tiempo nací Yo, pero le soy Madre.
 
El es mi Creador y es mi Hijo
Soy su Criatura y le soy Madre;
Fue prodigio divino el ser mi Hijo
Un Dios eterno, que me tiene por Madre.
 
El ser casi es común entre Madre e Hijo
Porque el ser del Hijo tuvo la Madre
Y el ser de la Madre tuvo también el Hijo.
 
Pues si el ser del Hijo tuvo la Madre,
O se dirá que fue manchado el Hijo
O sin mancha tiene que ser la Madre. 

Treinta años después, en 1854, Pío IX promulgaba solemnemente el dogma de la Inmaculada Concepción. En el mismo año le presentaron al Pontífice el soneto improvisado en el infierno en honor de María. Quedó conmovido y maravillado por los versos tan teológicamente exactos, compuestos por tan singular poeta.  
Alfonso, rey de Galicia y León, en su juventud tuvo un sueño. Vio que llegaba a la eternidad y al querer entrar al cielo algo se lo impedía por no llevar el “traje de la gracia y las buenas obras”. Apareció Nuestra Señora y ordenó que pusieran en una balanza las obras buenas y malas, éstas últimas eran mucho más numerosas, los demonios danzaban de alegría, pero la Bendita virgen colocó su rosario en el otro lado. Los espíritus infernales protestaron furiosos gritando que aquello era una trampa. Nuestro Señor le dijo a la Buena Madre: “¿Por qué has hecho esto?” –Ella respondió: “Este joven Alfonso ha rezado muchas veces mi rosario, y yo con esto quiero pedirte que no lo dejes condenar porque es mi devoto”. Jesucristo le hablo al rey: “¿Has visto? Mi Madre te ha salvado porque tú le rezas con frecuencia. Te dejo un poco de vida: pero aprovecha este tiempo para quitar del manto de tu alma la mancha de tantos pecados, y dedícate a hacer obras buenas”. Cuando se despertó el monarca estaba sudando de tanto miedo. Desde ese día empezó una nueva vida, visitando enfermos, repartiendo mercados a familias pobres, ayudando a los encarcelados, oyendo misa, confesándose y comulgando con frecuencia, visitando iglesias y leyendo libros religiosos. Al morir era ya un verdadero convertido. 
Santa Brígida tenía un hijo muy rebelde, ella rezaba a la Virgen cada día para que su alma no se fuera a condenar. De pronto el muchacho decide irse para el ejército, y en la guerra pierde la vida. Una noche la santa tuvo un sueño. Vio que ante el trono de Dios llegaban los ángeles de la oscuridad a protestar: “Venimos a quejarnos: porque nosotros tenemos permiso de acercarnos a los moribundos a llevarles tentaciones de desesperación. Pero hace unos días murió el hijo de Brígida, y cuando él estaba herido agonizado, llegó María, La Madre de Jesús y nos alejó a todos de allí” –Jesucristo se volvió hacia su Madre, y Ella contestó: “Hijo: la madre de este joven me había rogado tanto por él, que yo consideré como un gran deber acompañarlo en la hora de su muerte, y como no había sacerdote cercano, le inspiré que hiciera un acto de contrición y muriera rezando con mucho fervor”. Entonces el Divino Juez le dijo a los demonios: “Lo que mi Madre hace está bien echo, alejaos vosotros de aquí”. Después de este sueño tan consolador, la santa no volvió a angustiarse por la suerte eterna de su hijo. 
Famosa es la historia de Teófilo, escrita por Eutiquiano, patriarca de Constantinopla, testigo ocular de los hechos. 
Era Teófilo arcediano de la iglesia de Adana, ciudad de Cilicia, y tan estimado por el pueblo que lo pedían como obispo, rehusando él por humildad. Resultó que unos malévolos lo acusaron falsamente para deponerlo de su cargo. Teófilo se llenó de tal resentimiento, que fue a buscar a un mago judío, y éste le propuso invocar al Maligno, para que le ayudara en aquella desgracia. Respondió el Demonio que para merecer su favor, primero tendría que renegar de Jesús y María, y ponerlo por escrito. Teófilo así lo hizo.  
Al día siguiente, habiendo conocido el obispo todo el asunto, le repuso en el ejercicio de su dignidad. Entonces conoció Teófilo lo grave de su ofensa, se va a una iglesia y delante de una imagen de la Santa Madona le pide que interceda por su falta. Con esta súplica estuvo cuarenta días, hasta que una noche se hace la Señora visible, diciéndole: “¿Qué es lo que has hecho, Teófilo? Me has negado a Mí y a mi Hijo. Y ¿A quién has vendido tu alma? A mi enemigo y tuyo”. “Vos, Señora –respondió-, me habéis de obtener perdón de vuestro Santísimo Hijo”. Viendo María tanta confianza, le volvió a decir: “Consuélate, que pediré por ti”. 
Al cabo de otros nueve días de penitencia, se le presentó nuevamente la Celestial Reina, diciendo: “Teófilo, alégrate, que he presentado en la presencia divina tus plegarias y han sido bien oídas, y ya Dios te ha perdonado”. “No basta, Señora –replicó Teófilo-, tiene todavía el Adversario aquel pacto satánico, y Vos podéis hacer que se me devuelva”. 
Tres días pasaron, y la tercera noche despertó y se halló con el papel en el pecho. A la mañana siguiente, estando el obispo en el templo, con gran cantidad de fieles, se presenta Teófilo, y de rodillas cuenta todo lo ocurrido; el obispo quemó en público dicho documento, y todos alababan al Altísimo por su infinita misericordia. Tres días más tarde, murió Teófilo, lleno de gratitud con la Madre de Dios.
 
DOS CONVERSIONES AL CATOLICISMO POR LA INTERCESIÓN DE MARÍA
 INTRODUCCIÓN: Según el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana), cada día más de 11 mil ex fieles abandonan la Iglesia Católica para pasarse a alguna de las sectas protestantes. Pero poco se sabe de las historias de personas que han encontrado la verdad plena en nuestra religión. Aquí presentamos dos ejemplos que se dieron por la intercesión de la Santísima Virgen María.
  
I. EL JUDÍO INCRÉDULO
 En el año de 1830 la Madre de Dios se presentó a una novicia de nombre Catalina Labouré, en el convento de las Hijas de la Caridad en París (Francia). En esta ocasión la Reina del Cielo pide que se fabrique una medalla con su imagen tal como apareció en aquella ocasión, y con la inscripción: “OH, María, concebida sin pecado, ruega por nosotros que recurrimos a Ti”. Además prometió que aquella persona que la llevara con fe recibiría grandes gracias.
 
Entre los hechos más notables en relación con la llamada “medalla milagrosa” está la conversión del judío Alfonso de Ratisbona (1812-1884), abogado y banquero ateo muy hostil al cristianismo, quien se encontraba en Roma por motivos de salud, en casa de una familia católica amiga, la pareja le regaló una “medalla Milagrosa” para que la cargara en todo momento. El 20 de enero de 1842, fue a visitar por curiosidad la iglesia de Sant´Andrea delle Fratte, y alzando los ojos hacia el altar vio a la Virgen María, de la misma forma que llevaba en la imagen en su pecho. Quedó tan maravillado por la visión que se hizo católico, y en 1847 se ordenó como sacerdote jesuita, y luego fundó la congregación de los “Sacerdotes de Nuestra Señora del Sión”, con sede en Israel, y con la misión especial de buscar la conversión al catolicismo del pueblo judío (Romanos 11, 25-26).
 
II. DE ADVENTISTA FANÁTICO A HIJO DE MARÍA
 Bruno Cornacchiola era un italiano quien en la guerra civil española conoció a un protestante alemán que le había inculcado un odio feroz contra el Papa y la Iglesia Católica. Al volver a su patria se hizo primero bautista y luego adventista, caracterizándose por criticar abiertamente el culto a la Virgen María. 
El 12 de abril de 1947, Bruno se encontraba paseado con sus hijos Carlo, Isola y Gianfranco en las afueras de la ciudad de Roma, en la colina Laurentina. Mientras los tres niños juegan, Bruno prepara un texto con el que pretendía demostrar que María no es virgen, que la Inmaculada Concepción es una fantasía al igual que la Asunción al cielo. Mientras Cornacchiola consultaba la Biblia para demostrar sus afirmaciones, los niños lo interrumpen diciéndole que han perdido la pelota. Lo sucedido después lo cuenta él mismo en un libro que relata su experiencia con la “Santa Madonna”. 
“Le pido a Gianfranco que no se mueva, luego con los demás me pongo a revisar el lugar. Para asegurarme de que el más pequeño no se aleje lo llamo de cuando en cuando, pero, en cierto momento no me responde más. Entonces, me precipito a ver. Y descubro al niño en la entrada de una gruta, de rodillas y con las manos juntas. Hablaba con alguien que yo no veía pero que parecía estar con él, diciéndole: “¡Bella Señora!”. Llamo a mis otros dos hijos. Nos acercamos los tres a Gianfranco. De pronto, Isola se arrodilla y junta las manos y exclama: ¡”Bella Señora”!, Carlo también se arrodilla y mira junto a donde lo hacen sus dos hermanos. Me lleno de miedo y busco sacudir a los niños, pero parecen de piedra. Los miro mejor, se han vuelto blanquísimos, casi transparentes. “¡Bella Señora, sálvanos tú!”, murmuró espontáneamente. Apenas termino la invocación y me parece sentir dos manos detrás que me empujan y me quitan un velo de los ojos. En ese instante, la gruta desaparece ante mí, rodeado de una luz eterna, en medio de la cual veo la figura de una mujer. Luego la “Bella Señora” habló con voz hermosísima y dijo: “Soy la Virgen de la Revelación. Tú me persigues, pero ¡basta! Entra en el rebaño santo”. Bruno se siente invadido de una intensa felicidad, al tiempo que la cueva –de costumbre maloliente- despide un dulcísimo perfume. La Madre de Cristo le manda con un mensaje ante el Papa, pastor supremo de la cristiandad; luego le señala a Bruno la Biblia que aún tiene en la mano, posteriormente se voltea y se aleja entre las rocas. El gesto de las Santas Escrituras puede interpretarse como una invitación a buscar allí la verdad que él estaba combatiendo antes de la aparición (Hebreos 4,12). 
Padre e hijos salen del éxtasis, se dirigen hacia su casa y comentan lo sucedido a su esposa, con los días ambos se confiesan y comulgan, y vuelven a hacer parte de la comunidad parroquial, de la que hacía tiempo habían salido. Después de esto, siguen las apariciones en la gruta, y se convierte en un sitio de peregrinación. El vidente se entrevistó personalmente con el Papa Pío XII en 1949. Desde 1956, el lugar es custodiado por los frailes menores franciscanos. Bruno Cornacchiola fundó una comunidad llamada “Escuadras Ardientes de Cristo rey Inmortal”, que congrega a fieles que quieren vivir un ideal de conversión, oración, paz y amor.
  
LA VIRGEN MARÍA: PROTECTORA DE LOS EJÉRCITOS CATÓLICOS
 
INTRODUCCIÓN: a lo largo de la historia del cristianismo no han sido pocas las veces en que la Reina del Cielo ha brindado su maternal protección a sus hijos contra los ejércitos enemigos de nuestra fe; haciéndose evidente la antigua oración de San Bernardo: “Acuérdate OH María Santa que jamás se oyó decir que alguno te haya implorado sin tu auxilio recibir”. Aquí relatamos dos memorables ejemplos:  
I. LA BATALLA DE LEPANTO
 Corría el año de 1571 y las fuerzas turcas estaban empeñadas en destruir la cruz cristiana en Europa. Cada vez más se apoderaban de nuevos territorios amenazando incluso con llegar hasta la misma ciudad de Roma. Fue entonces cuando el Romano Pontífice San Pío V, convocó a los príncipes católicos al mando de Don Juan de Austria, para crear un ejército capas de hacer retroceder a la temible invasión de la media luna islámica.  
El día domingo 7 de octubre del mismo año, se encontraron los dos bandos en el golfo de Lepanto. Los mahometanos comandados por Alí-Pachá tenían 290 galeras y 120.000 soldados, los cristianos eran inferiores en número y poseían 208 navíos. Antes de empezar la batalla, los ejércitos católicos con el rosario sobre sus cuellos se confesaron, oyeron la santa misa, comulgaron, rezaron el santo rosario, y entonaron un cántico a la Madre de Dios. Terminado estos actos religiosos se lanzaron en busca de las fuerzas enemigas. A eso del mediodía la capitana de Juan de Austria, da un cañonazo como señal de ataque, al cual contesta Alí-Pachá con otro tiro que acepta el reto. Al principio el combate era desfavorable para los cristianos, pues el viento corría en dirección opuesta y detenía sus embarcaciones. Pero luego de manera sorpresiva el viento cambio de rumbo, batió fuertemente las velas de los barcos de los católicos, dándoles una ventaja contra sus adversarios. Luego se vieron desmoralizados cuando hacia las cinco de la tarde una bala acaba con la vida del comandante turco. Al finalizar el combate 112 galeras del Islam yacen en el fondo de las aguas del Mediterráneo, al par que flotan sobre las olas treinta mil cadáveres musulmanes, el resto son hechos prisioneros. Por su parte, la armada católica perdió 15 naves y ocho mil marinos.
 
Es de notar que mientras la batalla se llevaba a cabo, una gran multitud de fieles recorría en procesión las calles de Roma rezando el santo rosario. Hacia la misma hora del triunfo de la flota naval cristiana, el Papa San Pío V se asoma por una ventana del Vaticano, y en una visión consoladora profetiza la victoria que se ha producido. En agradecimiento a tan esplendido hecho, el Vicario de Cristo mandó que en adelante cada año se celebrara el 7 de octubre la fiesta de “SANTA MARÍA DE LA VICTORIA”, que más tarde fue cambiada con el título del “SANTÍSIMO ROSARIO”; además quiso que en las letanías lauretanas se invocara siempre esta oración: “MARÍA AUXILIO DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS”.

II. LA GENERALA DEL ALCÁZAR DE TOLEDO 
En 1936 España se vio amenazada por el régimen imperialista del comunismo. La ciudad de Toledo fue ocupada por la horda enemiga, que se caracterizaba por un odio especial contra el clero y la piedad popular del pueblo español, pero lo único que no pudieron dominar fue el ALCAZAR DE TOLEDO. Esta era una academia militar, donde se habían refugiado 750 combatientes católicos con sus familias. En total eran 1.100 hombres acompañados por 800 mujeres y niños. Por su parte, 10.000 milicianos del ejército rojo los atacaban. Cada mañana el jefe comunista le gritaba al coronel Moscardo, jefe del Alcázar: “¿Cuándo se van a rendir?” –“¡Nunca jamás!”, era su respuesta. La confianza a tales palabras se debía al hecho que todos los que se encontraban atrincherados en la escuela militar se habían consagrado a la Virgen Santísima. Entronizaron solemnemente una imagen de Nuestra Señora y la nombraron “GENERALA DEL ALCÁZAR”. Organizaron el rezo del rosario perpetuo, de manera que todo el día y toda la noche hubiera alguien suplicando ante el trono de María. Dos veces por día se reunía toda la guarnición para meditar con gran devoción en los misterios de esta oración mariana.
 
 
 
 
Cuando los cañones de las tropas comunistas eran más fuertes, las 1.900 personas tenían que refugiarse en los sótanos. Allí pasaban horas enteras con poco aire y una escasa luz, sin que ninguna epidemia los llegara a afectar. Al faltar el agua, hicieron una procesión con la imagen de la Virgen Bendita, y poco después descubrieron una cisterna profunda que contenía agua fresca y pura. El alimento era pan con moho y carne de mula. Las operaciones quirúrgicas a los valerosos “soldados de María” estaban a cargo de tres médicos que no tenían camillas, anestesia, elementos para desinfectar el lugar, o luz eléctrica.
 
Los enemigos pusieron una enorme carga explosiva debajo del Alcázar. Se abrió una brecha de 100 metros de diámetro. Todos los que se encontraban rezando cayeron al suelo, pero ninguno quedo herido. A los 72 días de continuo asedio un avión dejaba caer un mensaje del general Francisco Franco, jefe de la resistencia católica: “Estamos llegando en su auxilio”. El entusiasmo de los sitiados fue indescriptible, se oyeron gritos de jubilo, llorando y cantando todos se dirigieron a la estatua de María Santísima, el propio coronel Moscardo llevaba la bandera, profundamente conmovido por el inminente rescate tomó en sus manos la sagrada imagen y entre lágrimas exclamo: “Madre tú nos has salvado, porque no abandonas nunca a aquellos que en ti confían”.
  
CUANDO LA FE EN CRISTO ES PUESTA A PRUEBA
 INTRODUCCIÓN: El Papa Benedicto XVI como guardián supremo de nuestra religión, ha declarado que “la Iglesia Católica sabrá superar las pruebas que le deparan el futuro, igual que resistió en el pasado a las invasiones musulmanas, a los nazis y al comunismo que quisieron destruir el catolicismo”. De hecho, el mismo Jesucristo había presagiado “Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán” (Juan 15,20). A continuación relatamos tres ejemplos que pueden ilustrar mejor el tema. 
 
I. EL MARTIRIO DEL APÓSTOL PABLO
Uno de las mayores conversiones al cristianismo es la de Pablo de Tarso, quien de ser perseguidor pasó a ser perseguido por la nueva fe de los llamados “nazarenos” (Hechos 24,5). El mismo en su segunda carta a los fieles de Corinto (11,23-28), narra a comparación de otros, la gran cantidad de padecimientos que le ha tocado vivir: “¿Son siervos de Cristo? Yo soy más que ellos, aunque al decir esto hablo como un loco. Yo he trabajado más que ellos, me han encarcelado más veces que a ellos, he sido azotado más que ellos, y muchas veces he estado en peligro de muerte. En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los treinta y nueve azotes. Tres veces me apalearon, y una me apedrearon. En tres ocasiones se hundió el barco en que yo viajaba, y, a punto de ahogarme, pasé una noche y un día en alta mar. He viajado mucho, y me he visto en peligro de ríos, en peligro de ladrones, y en peligro entre mis paisanos y entre los extranjeros. También me he visto en peligros en la ciudad, en el campo y en el mar, y en peligro entre falsos hermanos. He pasado trabajos y dificultades; muchas veces me he quedado sin dormir; he sufrido hambre y sed; muchas veces no he comido; he sufrido por el frío y la falta de ropa. Además de estas y otras cosas, cada día pesa sobre mí la preocupación por todas las iglesias”. Por esta razón, también llegó a decir: “De ahora en adelante no quiero que nadie me cause más dificultades; pues las cicatrices que tengo en mi cuerpo muestran que soy un siervo de Jesús” (Gálatas 6,17). 
Posteriormente, San Pablo fue martirizado en Roma. De la permanencia del apóstol de lo gentiles en la Ciudad Eterna, aparece constatada al final del libro de los hechos de los apóstoles, en la epístola a los romanos, y en la segunda carta a Timoteo; cuando estaba preso en la cárcel mamertita. Aquí en una celda se puede observar la columna en la que fue atado. San Pablo por ser ciudadano romano fue decapitado en las afueras de la ciudad. La tradición cristiana asegura que la cabeza del mártir dio tres vueltas sobre la tierra, y en cada punto brotó una fuente de agua; es por eso que este lugar es conocido como “tre fontane”. La tumba de este príncipe de los apóstoles está en la basílica de San Pablo Extramuros, edificada por el emperador Constantino el Grande en el siglo IV. En el año 2006, se dio a conocer la noticia del descubrimiento del sarcófago del apóstol de las gentes, donde se puede leer la inscripción en latín: Paulo Apostolo Mart (Pablo, apóstol y mártir).
II. LOS CUARENTA SOLDADOS DE CRISTO
Durante los primeros años del siglo IV, en el llamado período de las “persecuciones romanas”, en la ciudad de Sebastes, en Armenia, y por orden del emperador Licinio; fueron encarcelados cuarenta soldados cristianos que se habían negado a ofrecer sacrificios a los ídolos falsos. El gobernador Agricoloa, después de atormentarlos cruelmente, los mandó a arrojar a un estanque de agua fría, en lo más crudo del invierno, para que allí murieran congelados. Esa noche junto al estanque helado había un baño de agua tibia, al que podía pasar los que renegaran de su fe católica. Todos los soldados perseveraban animándose mutuamente, pero uno de ellos se acobardó y se pasó al baño caliente, donde murió en el acto. Un centinela que presenciaba el suplicio, vio que bajaban del cielo ángeles portando cuarenta resplandecientes coronas, y al ver que sobraba una, fue tocado por la gracia divina y no dudó en ocupar el lugar del apóstata, entregando así su vida con sus compañeros de martirio. De estos “soldados de Cristo”, dice Las Santas Escrituras: “Dichoso el hombre que soporta la prueba con fortaleza, porque al salir aprobado recibirá como premio la vida, que es la corona que Dios ha prometido a los que le aman”. (Santiago 1,12).
 
III. SACERDOTES VICTIMAS DEL COMUNISMO
 En el año 1996, cuando se celebraban las bodas de oro sacerdotal del Papa Juan Pablo II, durante el rezo de vísperas en el aula Pablo VI, y ante más de mil sacerdotes de 89 países, el Pontífice abrazó al jesuita albanés padre Luli, de 86 años, quien llevaba impresas aún en sus manos las huellas de las torturas a que fueron sometidos los miembros del clero y seglares en los primeros años del comunismo en las naciones del Este y Centro de Europa. El jesuita quedó en libertad a los 79 años de edad, después de permanecer 41 años en prisión: “mis carceleros me han robado la vida” afirmó en aquella ocasión. “Al principio me hicieron permanecer nueve meses en una letrina, me debía postrar ante los excrementos endurecidos sin conseguir jamás acostarme del todo, pues las dimensiones no lo permitían”. Además de ser sometido a diversas torturas fue obligado a realizar trabajos forzosos, pese a lo cual se las ingenió para celebrar él solo la misa.
 Otro presbítero, el rumano Ioan Rosca, relató también su odisea en las cárceles de su país. El padre Rosca es miembro de la Iglesia greco-católica de Rumania, que fue proscrita por orden del dictador José Stalin en 1948, año en que fueron arrestados los seis obispos de esta Iglesia y luego fueron encarcelados los otros seis que habían sido consagrados clandestinamente para sustituirlos. “De los doce obispos murieron en la cárcel siete, así como más de 300 sacerdotes y muchísimos fieles laicos no salieron jamás de prisión”. El sacerdote rumano dijo que tras ser golpeado toda la noche para que rechazara sus creencias religiosas, cayó de rodillas en una celda inmunda y fría, y dio gracias a Dios por el privilegio de ser perseguido a causa de Jesucristo (Comparar con Lucas 21, 12-13). Los supervivientes de esta Iglesia fiel al Papa de Roma fueron liberados en 1964, y entonces comenzó para ellos la clandestinidad, que duró hasta 1989, cuando con la caída del régimen comunista pudieron abrir nuevamente los seminarios y las parroquias, cumpliéndose así las palabras proféticas de la Virgen María en Fátima, en 1917: “Si atendieren mis pedidos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia; los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas; por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”.
 
CUANDO EL ISLAM ATACA AL CRISTIANISMO
I. INTRODUCCIÓN
 En el viaje del Papa Benedicto XVI a su natal Alemania, el día 13 de septiembre de 2006, pronunció un discurso en la Universidad de Ratisbona sobre el tema de “la razón y la fe”, criticó el uso de la violencia en el nombre de la religión, citando un aparte de un diálogo entre el emperador bizantino Manuel II con un erudito persa en 1391 en Ankara (hoy capital de Turquía). “Mostradme qué ha traído Mahoma que fuera nuevo, y allí sólo encontrarás cosas malignas e inhumanas, tales como su orden de extender mediante la espada la fe que él predica…A Dios no le gusta la sangre”. Ante estas palabras del Vicario de Cristo, el mundo musulmán reaccionó con furia, así por ejemplo un grupo armado iraquí, amenazó en un comunicado: “Juramos destruir su Cruz en el corazón de Roma (…) y que su Vaticano será golpeado y llorado por su Papa”, en Indonesia el Frente de Defensores del Islam, agregó que “el profeta Mahoma es sublime, el Papa es pequeño y vil”. También fueron lanzados cócteles molotov contra dos iglesias católicas en el norte de Cisjordania, otros cinco templos fueron atacados en Palestina. Una religiosa italiana de 66 años de Las Misioneras de la Consolata, fue asesinada en un hospital pediátrico de Mogadiscio (capital de Somalia). De hecho, en el mes de febrero del mismo año, un sacerdote fue martirizado en Turquía a manos de un joven musulmán, en represalia por la publicación de varias caricaturas del profeta Mahoma en un periódico de Dinamarca.  
 En vista de toda esta oleada de “fanatismo religioso”, el Romano Pontífice en el rezo del Ángelus dominical, en la plaza de Catelgandolfo, dijo: “Me siento extremadamente afligido de que una cita tomada de un texto histórico haya sido interpretada como una agresión mía al islamismo. Ese pasaje en sólo una cita que no compromete de ninguna forma mi posición personal frente al Islam”. Esta última declaración de Benedicto XVI logró aplacar un poco los ánimos, pero queda la pregunta: ¿Serán ciertas las palabras de un emperador cristiano (dichas hace 615 años), sobre las agresiones de la “Media Luna Islámica” contra la “Cruz Cristiana”? El siguiente informe dará una respuesta al respecto.
 
II. MAHOMA Y EL ISLAM
El Islam (Sometimiento a Dios), es la religión monoteísta más numerosa del planeta con 1.200 millones de seguidores. Se inició en el siglo VII en Arabia con Mahoma, el “glorificado” o “alabado”, considerado el último y más grande de los profetas del Dios Único, Alá, el “compasivo” o “misericordioso”. Esta religión enseña que el mundo está dividido en dos grandes grupos: Los territorios dominados por el Islam, y los territorios (de los infieles) que tienen que ser conquistados por el Islam. Siempre se ha dicho que para todo musulmán (seguidor del Islam), el libro del “Corán” (Versos Sagrados) en una mano y la “espada” en la otra, son sus dos elementos de vida; y es por eso, que se habla de la Jihad o “guerra santa”. Este mandato esta consignado explícitamente en su libro sagrado: “Combatid a vuestros enemigos en la guerra iniciada para defender la religión… matad a vuestros enemigos allí donde los encontréis, hasta que no haya otra religión sino la de Alá” (8,39). Además, a los mahometanos que mueran en esta campaña tienen asegurado un “paraíso”, donde vestirán esplendidos ropajes, disfrutarán de jardines con árboles frutales surcados por ríos de leche, agua, miel, vino; y estarán servidos por hermosísimas mujeres vírgenes llamadas las huríes. 
III. LA CONQUISTA DEL ISLAM EN TIERRAS CRISTIANAS 
En cuestión de pocos siglos de existencia la “Media Luna” (símbolo religioso del Islam), se apoderó a sangre y fuego de los patriarcados católicos de Alejandría (en Egipto), Antioquía (en Siria), Constantinopla (en Turquía) y el de Jerusalén (en Israel), donde el califa Omar mandó a construir en el año 691, la monumental mezquita (lugar de culto) llamada el “Domo de la Roca”, sobre el monte Moria (sitio donde la tradición islámica creé que Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael en vez de Isaac). Los “sarracenos” (así se les llamaba en el Edad Media) en “Tierra Santa”, asaltaban las caravanas de peregrinos llegados de Europa, y los fieles laicos eran muchas veces vendidos como esclavo. Esto sin contar la destrucción de la basílica del Santo Sepulcro en la misma Ciudad Santa por el califa loco Hakin en el año 1009. Dichos acontecimientos dieron origen en el año 1095 a las famosas “Cruzadas”, convocadas por Pedro el Ermitaño y con el apoyo del Papa Urbano II, al grito de ¡Dios lo quiere! (Joel 3,9-11.17). Los enfrentamientos entre ambos bandos finalizaron en 1291, cuando a consecuencia del fracaso de la cuarta cruzada, “Tierra Santa” quedó nuevamente en manos del Islam.  
En este mismo período de tiempo fue fundada en el año de 1218 la Orden de la Merced en la ciudad de Barcelona (España), por San Pedro Nolasco, con la ayuda del rey Jaime I de Aragón. El motivo principal de su creación no era otro que poder redimir a los cristianos esclavizados por los mahometanos. A partir de su fundación, y durante los seis siglos siguientes, redimió a miles de cautivos, liberándolos y permitiéndoles mantener y extender la fe católica; apostolado que costó la pérdida de miles de vidas. 
En el año 1250, el emperador Federico II, desoló el país de Spoleto, perteneciente a los Estados Pontificios. Comandando una banda de sarracenos asalariados, a su paso destruían las iglesias, capillas y conventos. Habiendo sitiado la ciudad de Asís, quisieron asaltar el convento de San Damián. Estaban ya los musulmanes a punto de subir las murallas, cuando Santa Clara viendo el peligro a que se enfrentaba con sus hermanas religiosa, en un acto de confianza en la divina providencia sacó de la capilla la custodia con el Santísimo Sacramento a la vista de los enemigos, en ese momento escuchó una voz que salía de la custodia: “Yo os protegeré siempre”. Al punto se sintieron los mahometanos sobrecogidos con un pavor espantoso, bajando precipitadamente de las murallas para huir en desbandada.
    La osadía del Islam ha sido tal que en 1453, Mahoma II, sultán de los turcos, había prometido dar de comer a su caballo en el altar mayor de la Basílica de San Pedro del Vaticano, epicentro de la Iglesia Católica. Tres años más tarde, San Juan Capistrano se encontraba en la ciudad de Belgrado (amenazada por el mismo ejército turco), animando a las tropas cristianas, armado con una cruz de madera, y con una voz fuerte decía: “Invoquen el nombre de Jesús. ¡En él está la salvación¡”. Después, el Islam sufrió otros fracasos, como la expulsión definitiva de los moros en Granada (España), por los Reyes Católicos en 1492, tras ocho siglos de dominación. Asimismo, la arremetida turca en el Centro del Mediterráneo llegó hasta las puertas de Viena (Austria), y fueron aniquilados por la liga de los Estados Católicos convocados por el Papa San Pío V, y al mando de Don Juan de Austria, en la recordada batalla naval de Lepanto en 1571.
 Otra de las grandes derrotas que se dio por la intervención divina, se presentó en Polonia en el año 1621, cuando el sultán otomano Osmán II con un ejército de cuatrocientos mil guerreros quería invadir esta nación católica. El general polaco Juan Carlos Chodkiewicz mandó a traer de Roma la cabeza del santo joven jesuita Estanislao Kostka. Cuando la reliquia llegaba a la ciudad de Varsovia, al mismo tiempo los soldados católicos inferior en número, arrasaron a las tropas turcas, quienes perdieron cien mil hombres en combate.
 
IV. PERSECUCIONES A LOS CRISTIANOS EN TIERRAS DEL ISLAM
En muchos países donde impera el “fundamentalismo islámico”, como en Sudán, Argelia, Nigeria, Somalia, Arabia Saudita, Irán, Irak, Afganistán, Pakistán o en la India; los cristianos católicos, ortodoxos, armenios y coptos; se han visto sometidos a una serie de infamias, así por ejemplo:
 
- Varios obispos, sacerdotes y religiosos (as) han sido asesinados, torturados, encarcelados o deportados por llevar la palabra de Dios
- Los musulmanes que se conviertan a la fe cristiana son sentenciados con la pena de muerte, algunos incluso son crucificados vivos o lapidados
- Les está prohibido llevar la cruz, leer la Biblia en público, tampoco son aceptadas las publicaciones religiosas que fomenten el cristianismo
- En las escuelas, colegios y universidades católicas no se puede hacer ninguna clase de proselitismo religioso
- Las iglesias, capillas y cementerios han sido incendiados, dinamitados o demolidos, incluyendo la profanación de la eucaristía y la destrucción de las imágenes sagradas; también son transformados en baños públicos o como corrales para el ganado
- No se les permite celebrar las fiestas religiosas o realizar procesiones en Semana Santa
- Están completamente prohibidos los matrimonios entre cristianos y musulmanes
- Los cristianos no tienen derecho al voto popular o a ocupar cargos públicos

UNA RESPUESTA CATÓLICA A LOS DESAFÍOS DE LA IGLESIA CRECIENDO EN GRACIA
 
Inventa tus propias doctrinas, las apoyas en la Biblia, y las tienes por divinas.
Weremfelds. 
INTRODUCCIÓN: En el mundo de las iglesias cristianas se encuentra de todo, desde líderes que se autoproclaman “profetas”, “enviados”, o “ángeles de Dios”; pero muy pocos se han atrevido a afirmar que su fundador sea “Jesucristo Hombre”, o el “Segundo Jesucristo”, “Mediador de un Nuevo Pacto”. Pues bien, estas últimas afirmaciones que rayan en la IDOLATRÍA (Falsa adoración), en la HEREJÍA (Falsa enseñanza religiosa), y que además es una BLASFEMIA (Injuria en doctrina religiosa), contra “EL HIJO DE DIOS”, y la segunda persona de “LA SANTÍSIMA TRINIDAD” (2 Corintios 13,14); se está dando hoy en día en JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA, un puertorriqueño que fundó en el año de 1973, EL MINISTERIO INTERNACIONAL CRECIENDO EN GRACIA, con sede principal en Miami (Estados Unidos). 
Por esta razón, y para darle una respuesta católica a tal agravio, se ha hecho el siguiente informe que ha sido extraído de lo que ellos llaman “el evangelio eterno”, que comprende las 13 cartas de Pablo, más la epístola a los Hebreos; además se tomará como referencia el libro de los Hechos de los Apóstoles, por dos razones: -Porque fue escrito por Lucas, discípulo de Pablo; y porque de los 28 capítulos que trae este texto, 20 son dedicados casi exclusivamente a este apóstol. También utilizaremos la Biblia Protestante versión Reina Valera, edición de 1985. 
1. Los seguidores de Creciendo en Gracias, creen que en su “líder (al que también le llaman apóstol), habita el espíritu divino de Jesús”. No obstante, esta es una gran mentira pues el autor de la carta a los Hebreos (que ellos le atribuyen a Pablo, pero que al parecer fue escrita por Bernabé), dice claramente: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos”. (13,8). Solo en el nombre de Jesús encontramos la salvación eterna (Hechos 2,21; Romanos 10,9). El es el único mediador entre el Altísimo y los hombres (Romanos 8,34; 1 Timoteo 2,5; Hebreos 7,25; 9,24). Incluso, si tomáramos también el tema de la “segunda venida del Hijo de Dios”, Parusía (que significa presencia), Pablo dice al respecto: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo” (Tito 2,13). ¡Quien vendrá no en forma de un hombre para fundar una nueva iglesia cristiana en el siglo XX¡ Sino que su llegada será “con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4,16-17).  
2. Aseguran ellos que el “poder de los Demonios” ha sido ya derrotado en la Cruz (Colosense 2,15), por lo tanto su persuasión maléfica ya no surte efecto, pues los hombres están ya en estado de gracia completa. No obstante, si hacemos un análisis exegético de dicho pasaje, nos da a entender que solamente fue “JESÚS DE NAZARET”, como “Verdadero y Único Hijo de Dios”, quien tiene autoridad sobre el Diablo y el mal (Hechos 10,38), pero los seres humanos si podemos ser influenciados y tentados por el Maligno; así lo enseña el apóstol Pablo:  
- “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia” (1 Corintios 7,5).
- “Y al que vosotros perdonáis, yo también; porque también yo lo que he perdonado, si algo he perdonado, por vosotros lo he hecho en presencia de Cristo, para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros, pues no ignoramos sus maquinaciones” (2 Corintios 2,10-11).
- “Me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” (2 Corintios 12,7).
- “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes…Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6,11-12.16).
- “Escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él” (2 Timoteo 2,26).
3. Otro de los caballitos de batallas de los fieles de Creciendo en Gracia, es repetir constantemente que el “pecado ya no existe”, argumentándolo con el pasaje de Hebreos (2,14), que dice: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también (Jesús) participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”. Nótese bien, que el escritor del libro sagrado dice claramente que el “Unigénito de Dios” con su muerte redentora quitó el poder de la “muerte” y no del “pecado”. “Pues si por la trasgresión de uno solo (Adán) reinó la muerte, mucho más reinará en vida por uno solo, Jesucristo…para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” (Romanos 5,17.21). Por el contrario, el pecado sigue palpable en nosotros. Pablo reconoce de si mismo: “Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí” (Romanos 7,19-20). Igualmente, “Como está escrito: No hay justo, ni aun uno” (Romanos 3,10). Por lo tanto, la salvación eterna se logra si luchamos en nosotros mismo los “deseos de la carne” que se oponen a los “deseos del espíritu” (Gálatas 5,16-26). Ya que el ser humano es una unidad indisoluble de “espíritu”, “alma” y “cuerpo” (1 Tesalonicenses 5,23). Del mismo modo, seremos juzgados en “espíritu” de acuerdo a lo que hayamos hecho mientras estábamos en el “cuerpo” (2 Corintios 5,10; Hebreos 9,27). 
4. Tampoco la iglesia de Creciendo en Gracia acepta el Bautismo, pues al no existir el “poder del Demonio”, ni el “pecado en el mundo”, ¡Para qué bautismo¡ Sin embargo, la doctrina de bautizar (del griego baptizein, que significa “sumergir”) a los neófitos en la fe cristiana, hacia parte de las enseñanzas paulinas:“¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6,3-4; Comparar con Colosenses 2,12). El bautismo une a todos los hijos de Dios en una sola comunidad de creyentes: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio de beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12,13). O también: “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3,27-28). De hecho, el mismo apóstol Pablo fue bautizado por Ananías en Damasco (Hechos 22,11-16); después de esto bautizó a Lidia y su familia (Hechos 16,14-15); al carcelero con toda su familia (Hechos 16,27-33); a Crispo, el principal de la sinagoga, con toda su casa y con muchos habitantes de Corinto (Hechos 18,8); a los discípulos de Efeso (Hechos 19,5-6); a Gayo, y a la familia de Estéfanas (1 Corintios 1,14.16).
 5. Entre las doctrinas más absurdas de Creciendo en Gracia está en hacerles creer a sus integrantes que el “único apóstol verdadero fue Pablo”, mientras que los demás apóstoles a la cabeza de Pedro son falsos. Ahora bien, nuevamente veamos a ver que nos dice la Santa Palabra de Dios:
 - “Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Níger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron” (Hechos 13,1-3).
- “Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro; Sea Pablo, sea Apolos, sea Cefas (Pedro), sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir, todo es vuestro, y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios” (1 Corintios 3, 21-23).
- “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas” (1 Corintios 12,28).
- “Porque yo soy (Pablo) el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios…Porque sea yo o sean ellos (los otros apóstoles), así predicamos, y así habéis creído” (1 Corintios 15,9.11).
- “Y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles” (2 Corintios 11,5).
- “Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la circuncisión (Gálatas 2,9).
- “Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Efesios 2, 19-20).
- “Y el mismo (Cristo Jesús) constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros” (Efesios 4,11).
 Finalmente, qué bueno sería que JOSÉ LUÍS DE JESÚS MIRANDA, dejara tanta prepotencia y reconociera con humildad lo que realmente es, un simple hombre mortal que algún día tendrá que darle cuenta al verdadero “JESUCRISTO”, sobre su tremenda osadía (2 Corintios 11,4). Ojalá que reflexionara profundamente sobre el incidente que les sucedió a Bernabé y Pablo, cuando “predicaban el evangelio. Y cierto hombre de Listra estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo de nacimiento, que jamás había andado. Este oyó hablar de Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y él saltó y anduvo. Entonces la gente, visto lo que Pablo había hecho, alzó la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros. Y a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra. Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios. Cuando lo oyeron los apóstoles Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo” (Hechos 14,7-15).
¿ES EL ABORTO UN CRIMEN?
INTRODUCCIÓN: EL aborto se ha convertido en una realidad social de todos los días. En el mundo se registran 240 millones de embarazos anuales, de los cuales 50 millones son interrumpidos, mientras que 19 millones se presentan en países donde el aborto es ilegal. Al año mueren cerca de 80 mil mujeres por malos abortos.
 
I. EL CAMPO DE LA MORAL CRISTIANA
 El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña que “la vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción” (Art. 2270). Las Sagradas Escrituras resaltan como la “vida humana” es un don de Dios:
- “Desde antes que yo naciera, fui puesto bajo tu cuidado; desde el vientre de mi madre, mi Dios eres tú” (Salmo 22,10).
- “No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo mientras yo era formado en lo secreto…Tus ojos vieron mi cuerpo en formación; todo eso estaba escrito en tu libro. Habías señalado los días de mi vida cuando aún no existía ninguno de ellos” (Salmo 139, 15-16).
- “El Señor me llamó desde antes que yo naciera; pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre” (Isaías 49,1)
-  “Antes de darte vida, ya te había yo escogido; antes de que nacieras, ya te había yo apartado” (Jeremías 1,5).
-  “Pero Dios me escogió antes que yo naciera, y por su mucho amor me llamó” (Gálatas 1,15).
 
“Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable…No matarás el embrión, mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido” (Didajé 2,2; Bernabé, ep 19,5; Epístola a Diogeneto 5,5; Tertualiano, apol. 9). (Art. 2271). El magisterio de la Iglesia también recalca que todas las personas que participen en un aborto, incluyendo a la pareja de la mujer, familiares, doctores, enfermeras, legisladores, políticos y demás; incurren en la pena canónica de “excomunión latae sententiae, es decir, de modo que incurre ipso facto (en el acto) en ella quien comete el delito” (Art. 2272). Por lo tanto, quedan apartados de la comunidad de los creyentes, no pueden recibir la Eucaristía, al igual que los demás sacramentos y sacramentales, participar en los actos litúrgicos, ser padrinos, colaborar activamente en la vida de la Iglesia o ser sepultado en un cementerio católico.
 Esta sanción eclesiástica no es un invento de los jerarcas católicos, sino que tiene sus misma raíces en La Biblia (Mateo 18, 15-17; 1 Corintios 5,12-13). No obstante, “Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad” (Art. 2272). Esta última declaración tiene total concordancia con la predicación de Jesús, quien no vino al mundo a “condenar” sino a buscar la “salvación” del pecador (Mateo 9,13; Marcos 2,17; Lucas 9,56; 15,7.10; 18,13-14; 19,10).
  
II. ASÍ EMPIEZA LA VIDA HUMANA
 
- La vida humana comienza cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero, lo cual tiene lugar cerca del sexto o séptimo día después de la fecundación.
- A los veinte días en el feto se forma los ojos, el sistema nervioso y empieza a latir el corazón.
- Al mes comienza el desarrollo de los brazos, las orejas y la nariz.
- A los dos meses se forma el esqueleto, los dedos de las manos, los pies, y órganos como el cerebro, el hígado y los riñones.
- A los tres meses mueve los ojos, aparecen las uñas y respira líquido amniótico.
- A los cuatro meses aparecen los órganos genitales y da patadas al vientre.
- A los cinco meses aparece el cuero cabelludo y puede llorar, ya presenta un desarrollo completo.
 
III. CLASES DE ABORTOS INDUCIDOS
PÍLDORA ABORTIVA (RU-486): Interrumpe el embarazo si se toma antes de las siete semanas de gestación.
DILATACIÓN O CURETAJE: Se hace por medio de pinzas, sacando al feto por pedazos.
ASPIRACIÓN ÚTERINA: Una aspiradora 30 veces más potente que una casera, va desmembrando el feto completamente.
ENVENENAMIENTO SALINO: Se extrae líquido amniótico de la madre, y se le inyecta una sustancia venenosa, que produce la muerte del feto a los dos días.
HISTERECTOMÍA: Se realiza después de cuatro meses de gestación, es una operación parecida a una cesárea, el feto es extraído vivo y luego lo matan.
  
IV. DE MÉDICO ABORTISTA A CATÓLICO PRO-VIDA
  
El Dr. BERNARD NATHANSON era considerado el “rey del aborto”, de religión judía pero ateo por convicción, estudio medicina como su padre en la Universidad de MecGill (Montreal). En 1945 se enamoró de Ruth, una joven y guapa judía. Vivieron juntos los fines de semana. Cuando Ruth quedó embarazada, Bernard escribió a su padre para consultarle la posibilidad de contraer matrimonio. La respuesta fueron cinco billetes de 100 dólares junto con la recomendación de que eligiera abortar o ir a los Estados Unidos para casarse. Así que Bernard puso su carrera por delante y convenció a su novia de que abortara. “Este fue el primero de mis 75.000 abortos “, confesó más adelante.
 La relación con su novia terminó después del aborto, y tras graduarse pasó al Hospital de Mujeres de Nueva York, entrando en contacto con el mundo del aborto clandestino. Con un amigo médico fundó en 1969 la Liga de Acción Nacional por el Derecho al Aborto, una asociación que intentaba culpar a la Iglesia Católica por cada muerte que se producía en los abortos clandestinos. Desde 1971 se involucró más directamente en el tema tanto en el plano médico como dictando conferencias, encuentros con políticos y gobernantes de toda la Nación, presionándoles para que fuera ampliada la ley del aborto, y fue por eso conocido como el “rey del aborto”, pues llegó incluso a abortar a uno de sus propios hijos.
A partir de ahí, las cosas empezaron a cambiar. Dejó la clínica abortista y pasó a ser jefe de obstetricia del Hospital de St. Luke´s. La nueva tecnología del ultrasonido, hacía su aparición en el área médica. Un día que Nathanson pudo escuchar el palpitar del corazón del feto en los monitores electrónicos, comenzó a plantearse por primera vez la posibilidad que el feto era en realidad un ser humano. Decidió entonces reconocer su error escribiendo un artículo en una revista científica. Aquel informe provocó una fuerte reacción, tanto él como su familia recibieron amenazas de muerte, pero el Dr. Bernard llegó a la conclusión de que “el aborto es un crimen”. Asimismo, en 1984, el documental “El Grito Silencioso”, mostraba un aborto utilizando un aparato de ultrasonido y pequeñas cámaras de video dentro de la madre, se pudo observar como el feto trata de defenderse y llora de dolor.
 Quedaba aún el camino de vuelta a Dios. Una primera ayuda le vino de su admirado profesor universitario, el psiquiatra Karl Stern, quien después de un largo estudio personal se había convertido a la fe católica. En 1989 asistió a una acción pacífica de Operación Rescate en los alrededores de una clínica abortista. El peso de la conciencia por sus anteriores prácticas le hizo llegar a leer “Las Confesiones” de San Agustín. En este período de conversión no faltó la tentación del suicidio, acompañado del “alcohol, tranquilizantes, libros de autoestima, consejeros. Incluso cuatro años de psicoanálisis”. Posteriormente, empezó a conversar periódicamente con el Padre John McCloskey. Por fin, el 8 de diciembre de 1996, en la solemnidad de la fiesta de la Inmaculada Concepción, en la Catedral de San Patricio de Nueva York, el Dr. Bernard Nathanson se convertía en Hijo de Dios. Entraba a formar parte del Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia Católica. Ese día memorable de manos del Cardenal John O´Connor, le fue administrado los sacramentos de iniciación cristiana del Bautismo, la Eucaristía y la Confirmación. Su madrina era Joan Andrews, una de las más sobresalientes y conocidas defensoras del movimiento Pro-Vida. Las palabras de Bernard Nathanson al final de la ceremonia, fueron: “No puedo decir lo agradecido que estoy ni la deuda tan impagable que tengo con todos aquellos que han rezado por mí durante todos estos años en los que me proclamaba públicamente ateo. Han rezado tozuda y amorosamente por mí. Estoy totalmente convencido de que sus oraciones han sido escuchadas. Lograron lágrimas para mis ojos”. (Testimonio de su libro autobiográfico “La Mano de Dios”).
 
LOS DIEZ MANDAMIENTOS CONTRA EL DIABLO
El cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Génova (Italia), imprimió una carta pastoral en la que enumera los “diez mandamientos” para defenderse del Tentador.
I. No olvides que el Diablo existe, porque su primera mentira es hacernos creer que no existe.
II. No olvides que el Diablo es un tentador. No te consideres ni exento ni invulnerable.
III. No olvides que el Diablo es sumamente inteligente y astuto. Logra su insidia siendo fascinante, como lo hizo con el primer hombre.
IV. Sé vigilante: con los ojos y el corazón. Y sé fuerte: es espíritu y virtud.
V. Cree firmemente en la victoria de Cristo sobre el Tentador, pues esto te hará seguro e imperturbable incluso ante la agresión más violenta que se desate contra ti.
VI. Recuerda que Cristo te hace partícipe de su victoria.
VII. Continúa escuchando la Palabra de Dios.
 VIII. Sé humilde y ama la mortificación.
 IX. Reza siempre, sin cansarte, para que superes la tentación.
 X. Adora al Señor tu Dios y solamente a El ríndele culto.
 

 

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Laudetur Jesus Christus.
Et Maria Mater ejus. Amen